Capítulo 13

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¿Como empezó todo esto? No tengo ni idea. Me lo han preguntado mucho y aún no he sabido responder. He preguntado y no me saben responder con claridad.

Muchos dicen que fue por un acto de violencia de género, otros por los diferentes pensamientos que tenemos entre las personas o algo totalmente ajeno a esto. Quién sabe, a lo mejor algún día alguien me sabe responder a esta duda que tengo en mi cabeza desde que tengo conciencia. Pero la pregunta sigue rondando sin importar el momento, ni siquiera mi madre me supo responder antes de morir. Y es Alya White, unas de las que fue la que más se acercó a responderme basándose en su punto de vista:

«Yo tan solo tenía 24 años cuando todo esto pasó. Es como si nuestro conocimiento por lo correcto hubiera cambiado de un momento a otro. Yo tenía amigos –chicos y chicas–, y con los que me llevaba genial y un novio guapísimo. Pero un día, nos empezamos a distanciar, no solo nosotros sino todos por los constantes maltratos que estaban habiendo esos días y pronto, mi novio, comenzó a verme como un simple objeto. Por eso cortamos.

En la universidad se nos separaron por grupos, éramos como escuelas privadas de un solo grupo. Y luego vinieron los primeros asesinatos, uno de ellos en mi propia universidad, de una mujer a un hombre por golpearle con un palo hasta la muerte. Ella ni siquiera tuvo remordimientos y acabó en un psiquiátrico y fue allí donde comenzó nuestro cambio. ¿Por qué lo mató? La causa fue el plagio. Un chico prodigio le robó su trabajo de ciencias y le pusieron un 10 mientras que, a ella, quien hizo todo el trabajo, la tomaron por plagio y la suspendieron. Algunas la apoyaron, otras se mantuvieron al margen (Como yo) y los chicos, comprendieron que aquello no estaba bien, pero que no podía matarle por una cosa como esa... Ella, en un acto de furia justo antes de que se la llevaran respondió lo siguiente, «Haré lo que me dé la puta gana, ¡Vosotros pedazos de mierda, hijos de puta!».

Aquel mes ocurrieron otros asesinatos por parte de hombres a mujeres y de mujeres a hombres en todo el mundo y ese acto se le conoce como El Primer mes del Conflicto. Aunque muchos lo llaman, Guerra».

Era un punto de vista muy acertado y aun con mis 16 años de edad, entendía perfectamente la situación. Un plagio no es causa de muerte. Pero seguía sin responderme a mi pregunta. A lo que Alya afirmó como «No estoy segura, pero creo que la influencia y el cambio de la ideología pudo provocar este conflicto». ¿Era cierto aquello? ¿Fue la ideología de los hombres y de las mujeres que hizo volverse en contra unos de los otros? ¿Fue la influencia de las personas sobre las otras? Por mi parte, por los recuerdos que tengo de mi madre junto a mí, esta "guerra" fue un error.

Ella estaba en contra de todo y echaba de menos a mi padre, quien desapareció sin dejar rastro. Mi madre me hablaba muy bien de él y decía: «Tu padre hablaba de una isla para nosotros tres». Luego vino mi hermana, y luego perdí a mi madre.

Desde entonces solo somos mi hermana y yo en un mundo devastado por la sangre y por el control. No me pareció correcto al principio, pero al no tener a mi madre conmigo, mi hermana y yo, cambiamos de parecer. Y luego apareció él. Aquel huérfano totalmente diferente a todos los chicos que había visto. Al principio le tomé como otro más, pero, desde que me entregó esa lata, algo en mi interior cambió y me interesé por él.

No supe como acercarme a él. Lo que sucedió en el rio fue muy repentino y desde ese día, comencé a sentir algo en mi estomago... Como mariposas. No sabía lo que significaba. Y no fue hasta el día que vi a mi hermana y a él entrenando. Quise acercarme a él y conocerlo más en el fondo, ya que sabía que no tenía malas intenciones, pero en un acto involuntario le eché la bronca a mi hermana y a él, y luego le golpeé. Cuando se marchó definitivamente me sentí destrozada. Y buscando por internet lo que me pasaba, dio un resultado. Estaba enamorada de Dani.

Y un año después se presenta en mi puerta y me dice que me vaya para luego atacar la resistencia y tratar de destruir la bomba rosita.

Regresé a casa después de bajar la montaña. Cerré la puerta de casa y pensé en si seguir el consejo de Dani. Me dejé caer sobre mi cama y comencé a llorar. Mi hermana se me acercó y trató de consolarme, pero no sabia ni por lo que estaba pasando, aun era muy joven. Levanté un poco la cabeza:

- Haz las maletas... –Le dije.

Ingrid corrió a su habitación a hacer las maletas. Por mi parte, cogí el teléfono y avisé a mi tía que vivía en Barcelona y le supliqué que nos dejara quedar una temporada con ella.

- ¿Crees que Dani estará bien? –Me preguntó mi hermana apoyada en la puerta.

Entonces recordé que dijo que no huiría esta vez. Sabía que él iba a morir, pero mentí a mi hermana para que no se preocupara. Volví a sentir esas mariposas en el estómago después de tanto tiempo e hice las maletas. A la mañana siguiente, cogí unos billetes de tren en dirección Barcelona y me di de baja en la resistencia sabiendo que tal vez no volvería a pisar ese lugar.

Horas antes de que el cohete se lanzara, mi hermana y yo estábamos esperando al tren. Ella escuchaba música mientras que yo dibujaba. Esa siempre fue mi pasión de pequeña. El arte de dibujar. Y le dibujaba a él según mis recuerdos. Mi hermana al ver el dibujo, se quitó los auriculares y me preguntó:

- ¿Le quieres?

- ¡¿Q-Qué?! –En aquel momento me sonrojé–. ¡N-No! Es simplemente que...

- Soy pequeña, no tonta –Me dijo–. Haces como Dani, lo negarás, luego me lo contarás y te enfadarás.

Aquello me sorprendió bastante al ver que Dani le habia dicho que sentía algo por mi y ella ni me lo contara:

- No lo sé. Mi cabeza está hecha un lio –Le confesé–. Mama decía que las personas son buenas y malas por naturaleza, no solo se refería a hombres, también a mujeres –Dije–. En la resistencia no dicen nada de eso, están cegadas por su odio y categorizan a los hombres como monstruos –Me paré en seco mirando el dibujo–. El único al que he conocido y que no creo que sea un monstruo, es Dani.

- Si los hombres son unos monstruos, ¿Somos nosotras iguales por lo que hacemos? –Me preguntó. No supe que responder–. Nadie se salva de ser un monstruo... Ni siquiera yo –Susurró, pero yo lo oí perfectamente.

- ¡Tú no eres un monstruo! Y yo tampoco –Le dije–. Y Dani mucho menos...

- Somos humanos –Me respondió. Yo le sonreí y afirmé, repitiendo lo que dijo ella «Somos humanos».

Las palabras de mi hermana me hicieron darme cuenta de la verdad. Quería a Dani y él ni lo sabía porque no le dejaba verlo. Fue difícil comprender que le queria y al igual que él, no queria perderlo. Pero el tren ya estaba aquí y no tenía oportunidad de decirle lo que pensaba.

Subimos al tren sin tener elección. Nos sentamos y en los cinco pitidos que tiene el tren antes de cerrar sus puertas, me pasaron como cinco eternidades que me dieron mucho de que pensar. Podía quedarme, con mi hermana y que nuestra tía nos recogiera en Barcelona o bajar del tren e ir a por Dani y buscarlo. Una decisión difícil que marcaría mi vida de ahora en adelante. Coloqué mi mano en mi frente y suspiré, cerrando mis ojos con fuerza.

Al igual que Dani, era hora de tomar mis propias decisiones por estúpidas que fueran...

Igualdad por desigualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora