Tú, Yo y el Destino.

1. Sin azúcar

Antes de leer: Esta historia les parecerá el típico cliché, aunque quizá lo sea, pero tendrá giros inesperados, aunque solo digo, no es la típica historia de amor.

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"El destino nos pone en el mismo camino que a otra persona, solo que sin darnos cuenta vamos de la mano."

—Antonella M.

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Mis párpados pesan al abrirse, me molesta mucho la columna cuando me levanto de golpe, llevo mi mano a mis ojos para restregarlos —bostezo—, me acomodo, y doy pequeñas cachetadas para despertarme.

Tengo energía al despertarme tarde un sábado, aunque tengo que ir a mi trabajo de medio tiempo en tres horas, recupere todo ese sueño perdido de la semana, ya que estoy terminando la universidad, estoy estudiando gastronomía.

sacudo mi cabeza para comenzar el día, vuelvo al mundo real cuando mi madre me grita, como siempre.

—¡Hija, a desayunar!

—¡Ya voy mamá!

Me levanto y camino hacia el baño, al entrar me doy una ducha rápida y me cepillo los dientes, al terminar de asearme, me pongo unos vaqueros ajustados para que se note mi silueta, un suéter de lana amarillo oscuro, unos Vans negros, me perfumé de mi colonia favorita y cepillé mi cabello.

Al cerrar la puerta de mi alcoba bajo las escaleras y hago una mueca de asco al sentir el hedor a quemado, me rio levemente mirando hacia el techo.

—Mama, te he dicho que yo soy la chef aquí, con razón papá nunca te dejaba cocinar.

Pensar en papá me pone nostálgica y triste, pienso mucho en él, lo ame tanto, después que nos dejó nunca he sabido más de él.

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en ese tipo de cosas. Mejor sigo con lo mío.

Al terminar mi desayuno y despedirme de mi madre abro la puerta principal, salgo y veo el auto de Sebastián que está frente a mi casa.

Sebastián es mi novio desde hace 3 años nos conocimos en la preparatoria hace 5 años, cuando lo conocí me caía mal pero cuando supe cómo es el en realidad, me enamoré.

Siempre ha estado ahí para mí, me enamora todos los días con esa sonrisa con cada abrazo, cada beso.

Lo amo demasiado, aunque no sea el príncipe azul que toda adolescente sueña con tener, él es diferente, cuando lo conocí él era el "chico malo", todas las estudiantes estaban locas por él, cuando el pasaba por los pasillos con esos pantalones negros raspados en las rodillas, el polo blanco, la chaqueta de cuero negra, con cabello dorado alborotado, alto, piel pálida, labios rojos e húmedos por naturaleza, ojos azul claro, con un único brillo en ellos, no sé cómo las chicas se quedaban de pie cuando el cruzaba los pasillos.

***

Era mi primer día de escuela, entre al instituto haciendo que todos me miren con curiosidad, mientras pasaba por la multitud podía escuchar a las personas murmurando cosas de mi pero no les hice caso, empecé a buscar mi casillero, cuando lo encontré puse mis cosas y vi que materias me asignaron.

Cuando estaba a punto de irme una chica se acercó, su nombre es Alice es bajita como yo, tiene pelo castaño claro con mechones dorados y rizado, tiene una cara dulce e inocente, una sonrisa que te ilumina cuando la vez tiene ojos azules como el cielo, es muy amable y rara, eso me hizo sonreír porque creo que hice una nueva amiga.