9. Bruce White

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Ambos estamos quietos ante la sorpresa de encontrarnos en New York.

Es muy extraño, demasiado para mi gusto, encontrarnos tan pronto y en un lugar completamente diferente, la ultima vez que nos vimos fue hace tres días en Oregón y ahora está frente a mi al lado de una despampanante rubia en New York.

—¿Se conocen? —dice la chica que acompaña a Matteo con un tono curioso y con el ceño levemente fruncido—.

Al ver que no respondemos sigue hablando.

—¡¿Hola?! —dice mientras le pasa la mano a escasos centímetros del rostro de Matteo—.

—Si, si, lo siento, em.. que sorpresa verte aquí en New York—dice mientras me observa de arriba abajo tratando de descifrar que es lo que ocurre.

—Lo mismo digo, es una coincidencia extraña, no sé qué decir—enfoco la vista una par de veces para ver si solo es un efecto del alcohol, pero Matteo se ve extremadamente guapo.

Matteo lleva puesta una camisa gris arremangada hasta los codos unos pantalones negros de vestir y unos zapatos elegantes del mismo color, está demasiado elegante para un club como este.

Pero no me preocupo por eso si no porque estoy hasta las neuronas de alcohol, no sé cómo estoy de pie en estos momentos.

—Amor, ya vámonos de este club, mira la gente con la que te topas, esta me hizo derramar mi bebida. —dice mientras me señala con su mano y hace un gesto de disgusto—.

—¿Rebeca puedes esperarme en el coche?

—esta bien. —dice, mientras rueda los ojos, cuando pasa por mi lado me empuja con su hombro—.

—Lo siento, es intensa. —se pasa la mano por la cara—.

—N..No pasa nada, mejor me voy, no quiero incomodar a nadie.

—No, no te preocupes por incomodarme—sonríe— esta es tu forma de conocer a gente nueva.

—Ni me lo digas —hago una pausa— y ¿qué haces aquí? —me atrevo a preguntar porque ya ni sé lo que hago con tanto alcohol en mi sistema.

—Vivo aquí, estaba en Oregón con un amigo por negocios pero me vine primero que el. —hace una pausa— ¿y tú qué haces tan lejos de Oregón?

—Vine a una entrevista de trabajo pero cuando llegue la cancele y estoy en —busca de trabajodigo con detalles, no necesito explicarle a un extraño de porque vine pero estoy demasiado borracha para notarlo—.

—Si quieres te puedo llevar a tu casa, creo que estás un poco pasada de copas—dice mientras nota que me tambaleo un poco—.

—No hace falta, vengo con unos amigos, que ahora que lo pienso no se donde se encuentran pero los encontraré tarde o temprano, gracias pero no te preocupes.

—Esto es una situación demasiado extraña, o es pura coincidencia o es el destino que está jugando con nosotros, te puedo llevar, si te quedas aquí más tiempo alguien podría aprovecharse de ti en el ese estado que te encuentras, déjame llevarte a tu casa no es para tanto.

—¿Sabes que? está bien, porque de veras estoy cansada.

—De acuerdo sígueme.

Me tambaleo un poco pero, lo sigo hasta la salida.

Sentir el golpe de aire cálido y fresco me relaja.

—Es por aquí. —dice Matteo mientras se abre paso en la acera—.

Camino despacio y con la cabeza baja estoy un poco avergonzada y aunque si estoy borracha, al sentir el aire fresco estoy más calmada y más consciente, de verdad no se porque acepte, aunque si nos hemos visto dos veces en el pasado, el es un extraño.

Tú, Yo y el Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora