El despertar

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-No hay señales en el norte- le informó Leo, uno de los oficiales mas jóvenes, acompañado por su perro.

-Tampoco los hay hacia el este- una policía, empapada hasta el alma y moqueando, tenía sus dudas pintadas en la cara -Si... si no le molesta que le pregunte señor Auron...-

-Dígame-

-¿Por qué estamos haciendo esto?-

"Ojala pudiera decírtelo, Arline"

-El alcalde explicó todo esto ¿No escuchaste?-

-Llegue algo tarde, no pude escuchar más que la parte final- lucia avergonzada.

-Nuestro alcalde dice que encontraron pruebas que incriminan a Luzu como el responsable de esta lluvia que está arrasando con todo- respondió Leo.

-¿Pero cómo puede ser responsable del clima?-

-Hay quienes afirman que se trata de brujería, yo le creo, tengo una amiga que la pasó muy mal por esas cosas y puedo decirte que funciona-

Auron se sintió aliviado de que él hubiera acaparado la atención de la muchacha y le diera la oportunidad de escabullirse, porque si tuviera que responderle con sinceridad, diría que Lolito se había vuelto completamente loco, y que él poco pudo hacer como mano derecha y psicólogo para detenerle. El alcalde estaba incontenible, apenas despertar ya había dado signos preocupantes por lo que Auron había adelantado su próxima sesión. Pensò que con eso bastaría, o que al menos podría hacerle reflexionar un poco antes de impartir una orden tan descabellada como la que tenía en mente.

Pero no, ni siquiera lo desaceleró un segundo. Ni bien pudo ponerse de pie reunió a todos los oficiales de policía, agentes, guardias y aliados al gobierno con el objetivo de dar a conocer cuál era la prioridad en esos momentos: Encontrar a Luzu. Cuando surgieron voces contrarias Lolito fue muy hábil para convencer a la mayoría de la importancia de la misión, y al quedar unos pocos que no habían comprado las palabras del alcalde Auron se vio obligado a intervenir para evitar la violencia. Ellos tenían como prioridad la defensa del pueblo, sus opositores se encontraban entre los guardias de hecho, y solo fue tras una acalorada discusión que finalmente pudo convencer a Lolito de no mover a todas las fuerzas fuera del pueblo y dejar vulnerables a los ciudadanos.

Arline no estaba sola en sus dudas, Auron podía ver que con el paso de los días más y más se le estaban uniendo. No se reunían ni decían nada porque Lolito ya había dejado claro que quien empezara a decir tonterías seria despedido, pero él como mano derecha no podía hacer la vista gorda al problema que se estaba gestando. Si antes la gente cuestionaba que alguien como Lolito fuese capaz de gobernar, ahora tendría razones para hacerlo con el circo que se estaba montando.

-¡Auron!-

El Comisario Alexby se acercó corriendo hacia él.

-¿Por qué andas sin pantalón? Estas de servicio-

-Sí, pero con todo el barro y la humedad ya se me estaba pegando al cuerpo y era muy incomodo, pero no me quité lo demás- ladeó su gorro para volcar el agua acumulada -Además siempre voy así, pensé que no te sorprendería-

-El resfrío que te vas a pegar...-

Podía escucharse entre la gente reunida allí varios estornudos y moqueos.

-Me parece que eso da igual- se cruza de brazos -Pero volviendo al tema, el alcalde ha dado la orden de que nos detengamos por hoy y pasemos la noche-

Eso sería un gran alivio para todos, ya llevaban dos días seguidos sin detenerse y la gente se estaba poniendo irritable, el mismo incluido. En cierto punto la lluvia torrencial que caía sobre la zona se debilitaba y pasaba a ser una simple llovizna intermitente, pero aun así todos estaban húmedos y nada le gustaría mas a Auron que quitarse sus ropas mojadas y sucias y dejar su piel respirar junto a una fogata.

Lluvia EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora