Amnesia ║ Bakudeku

49

Midoriya

El día había llegado.

Luego de tanta espera y de amargos sabores de boca, al fin tendría la oportunidad de enfrentar mis demonios. Con cada paso, me acerco al lugar donde me esperan los recuerdos de cada palabra dicha, de cada mirada dada.

Recuerdos amargos, que me recuerdan que estoy lejos de ser alguien perfecto, suelto un suspiro y observo a mi alrededor, alumnos vienen y van concentrados en sus mundos, tan ajenos del miedo que siento.

¿Cómo observas a alguien luego de estropearlo todo? Kacchan dice que debo tener el mismo valor que tuve para resolver esto, y estoy de acuerdo.

Sé que debo dar la cara, y es aquel pensamiento lo que me mantiene en este camino, si fuera por él, mis piernas correrían, esquivaría mis propios deseos de enfrentar esto y huiría.

Aunque admito, no me siento orgulloso con dicho pensamiento.

Cierro mis ojos cuando llego a mi objetivo, respiro hondo y observe aquella puerta frente a mí. Detrás de ella, está la persona a la que más he admirado, aquella con la que fui injusto y le exprese de mala manera los sentimientos que se encontraban cubiertos por la neblina.

Por última vez, me repito que todo saldrá bien, que debo ser honesto. "Enfrentare este problema con la cara en alto y con una sonrisa" Aquel pensamiento, solo llego a mi mente y fue suficiente para que una pequeña sonrisa se asome en mis labios, no iba a escapar.

Y con aquella motivación, dirigí mi mano a la puerta y luego de unos golpes, se me autorizo pasar. Cuando entre, clave mis ojos en la única persona de la sala.

Se encontraba sentado, con aquella mirada tan tranquila y una sonrisa avergonzada y afligida. Por instinto sentí la necesidad de desviar la mirada, esconderme y no salir.

Sentía que no tenía derecho de recibir aquella mirada amable, que aguardaba pacientemente a que entrara. Y aun con aquel pensamiento, di mis primeros pasos a aquella sala, cerrando la puerta tras de mí, y tomando asiento en aquel sofá.

Nuestras miradas se encontraron y sentí el nudo en mi garganta crecer.

-Joven Midoriya.-Escuche. ¿Cómo podía mantener un tono tan amable?-Quería disculparme, cuando ocurrió todo, no seguimos del todo el protocolo, pretendimos ocultar este incidente, pensando que sería lo mejor, no solo a nivel académico, sino para ti y tu madre. Creímos que te protegíamos, y terminamos concentrándonos en proteger a la institución descuidando tu bienestar. Me siento verdaderamente avergonzado, perdóname.

¿Porque era tan amable?

"Porque es un héroe..." "Por qué verdaderamente te aprecia"

Al final, no pude mantener aquel contacto visual, mi mirada se enfocó en mis puños que eran apretados sobre mis piernas, cerré con fuerza mis ojos, sentía aquellas gotas amargas caer. Una sensación de amargura recorría todo mi cuerpo, y sentí injusta aquella situación. Yo fui quien se dejó guiar por las palabras de una extraña, cayendo en las redes de la ira y enfadándome sin comprender lo que me decían, sin entender por qué lo hacían.

La realidad es que yo fui quien huyo, quien desobedeció la orden de Aizawa, traicionando su confianza. Engañando a mis propios amigos, para salir egoístamente. Le oculte la verdad a Kacchan....Creí que estaba bien, pero la realidad es que fui yo quien se equivocó.

¿Cómo se sentiría mi yo de antes? Muy probablemente avergonzado, aunque así me siento yo ahora.

Porque en estos momentos estaba siendo consolado por la persona a la que le grite cosas muy feas, la persona que juzgue, frente a mi tenia a alguien que fue y es importarte para mí. Sentía como sus palabras tan amables calaban en lo profundo de mi, quemando todo...Llevándose cualquier rastro de enfado que aun pudiera permanecer encendido en mí. Mis manos se deslizaron hacia mis mejillas en un intento por parar aquellas gotas de arrepentimiento y vergüenza que bajan por mi apenado rostro.