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Evangeline=

Mi turno había terminado, aquél hombre el cual nombre desconozco me dijo que me esperaba a la díez en la puerta de un club de strippers. Traté de negarme, lo hice y no funcionó

Con tan solo una noche el chico se sabía todos mis horarios y los de mi padrastro, amenazó con matarnos y no me quedó otra que acceder a ir a uno de esos lugares que la novia de mi padrastro tanto frecuenta

No tuve la oportunidad de volver a casa y cambiarme de ropa, si lo hacía no me iban a dejar volver a salír. Tampoco podía volver tarde a casa, debía hacer las compras y cocinar luego de esta noche viviré el resto de mi vida castigada y todo por intentar salvar mi vida y la de dos personas a las que no les importo

Caminé los tres kilómetros hasta uno de los barrios más pobres de la ciudad y en cuanto llegué a la esquina en donde se situaba el lugar me quedé con la boca abierta

Había un guardia seguridad y muy pocas personas entraban al establecimiento

Me puse en la fila sintiéndome más pequeña que nunca, las personas me miraban como si creyeran que me había equivocado de lugar

Llegó mi turno y el hombre de seguridad se me quedó mirando como si de mi se estuviera tratando de una muy mala broma

—Aquí no es la iglesia— se cruzó de brazos

—Tengo que entrar— murmuré sin atreverme a mirarlo, personas tan altas y amenazantes como él me hacían sentír intimidada

—No sin el pase, ya largate. Me estás haciendo perder el tiempo, todas las personas detrás de tí quieren entrar también— saqué la bala que me había dado él bandolero y él hombre de seguridad quitó la cinta
—Adelante— murmuró a regañadientes y enseguida de que puse un pie en el lugar me arrepentí de haberlo hecho

La música estaba muy alta y el lugar estaba lleno de tipos que miraban hacia una larga pasarela por la cuál una chica semidesnuda estaba bailando

Este lugar no es para mí

—¿Eres la nueva bailarina?—negué —¿Entonces qué esperas para serlo?— me alejé del borracho que apenas podía pararse y busqué por todos lados al tipo que me había obligado a venír a este horrible lugar

—¿No te dije que me esperaras en la puerta?— mi labio tembló al escuchar su voz tan cerca

Me giré y él estaba parado detrás de mí recargado en la pared y con un pie apoyado también en esta

—¿Por qué vine aquí?— sonrió y caminó hasta mí con mucha seguridad de sí mismo

Ojalá pudiera tener su misma seguridad y poder mandarlo a la mierda

—¿Tú qué crees?— no supe que responderle, no tenía idea de que era lo que este tipo quería conmigo

Me encogí de hombros, él suspiró y pasó un brazo por sobre mis hombros, me removí incómoda y él ajustó su agarre bajando su brazo de mis hombros para dejarlo en mi espalda baja

—¿Ves esa pasarela?— seguí sus ojos y la chica de hoy estaba casi desnuda, solo faltaba que se quitara la diminuta tanga y quedaría completamente expuesta

—Quiero irme— traté de hacerlo a un lado y salír pero su brazo apretó mi cintura y me hizo retroceder hasta volver a quedar a su lado

—No tan rápido— murmuró y se relamió los labios al ver a la chica que había quedado completamente desnuda y que con una enorme sonrisa se despedía de su baboso público
—La próxima eres tú— tiró de mí y me obligó a caminar por detrás del escenario donde estaban ubicados los vestidores y sectores de maquillaje para las bailarinas

—No— le dije y lo empujé

—Es una orden— me dan lo mismo sus órdenes
—Bailarás en el caño— ni en broma me rebajaré a eso

—No lo haré— le dije —No bailaré en el caño— le repetí y a él no pareció gustarle mi respuesta pero en vez de gritarme o amenazarme comenzó a buscar algo en los vestuarios

—Si, lo harás y te pondrás esto— me enseñó un body azul

—No me pondré eso— sonrió con malicia

—Lo harás o te dispararé bomboncito, los libros no te ayudarán en este caso—

—Solo si tú también lo haces. Bailaré si tú te desnudas frente al público— no lo hará, si lo hace se arriesgará a que reconozcan su rostro y se pondrá en peligro, él mismo dijo que no puede exponerse.

—Hecho, sabía que te morías por verme mover mi cuerpo contra el tuyo, debajo de esa imágen de bibliotecaria hay una chica pervertida— retrocedí y negué

No, esto no puede estarme pasando, se supone que él no puede dejar que lo vean, es un bandolero, es una de las personas más buscadas en el país

¿Por qué arriesgarse a que lo atrapen en un lugar como este?

—Chicas— llamó a las mujeres detrás de mí —Ella es nueva, tiren sus arapos y denle ropa nueva, ella será la siguiente—todas hicieron protestas —Ya hermosas, yo también desfilaré ¿No extrañan verme desnudo?—mi boca casi tocó el piso

Lo hizo a propósito, el cabrón ya había venido aquí

—¡Lo hiciste aproposito!— le grité

—¿Y? Si te sigues quejando no dudaré en matarte churrita— una chica peliroja se volteó en nuestra dirección y se me quedó mirando con odio

—¿Ella es la churrita?— preguntó cruzada de brazos

—Mami eso no te importa, tú concéntrate en hacer el nuevo trabajo que para eso te pago...

—Mami eso no te importa, tú concéntrate en hacer el nuevo trabajo que para eso te pago

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A Las Ordenes Del BandoleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora