Des yeux qui font baisser les miens
Un rire qui se perd sur sa bouche
Voilà le portrait sans retouches
De l'homme auquel j'appartiensAmbas estaban reposando en la hamaca que colgaba de la pared, afuera de la casa, donde tenían una vista increíble del atardecer. Hacía bastante frío, la nieve estaba presente, pero el calor de ambas hacía que todo pudiese ser más llevadero.
Ninguna había querido hablar del tema en concreto: ni Amelia pidió perdón, ni Luisista asumió su error por ser tan impulsiva. Las rodeaba una paz que antes no tenían pero a su vez la incomodidad estaba presente.
-Oye, cariño, ¿te ocurre algo?- Amelia fue la primera en hablar porque no soportaba el pozo de agonía en el que se habían metido.
-No, tranquila que todo va bien- y Luisita responde con toda la tranquilidad que se permite tener.
Luisita no quería ser egoísta por pensar sólo en ella y lo fatal que la pasó los últimos días. Sin embargo, hacía tiempo que venía pensando que las cosas con Amelia no estaban siendo fructíferas: discrepaban en muchas cosas, las prioridades de ambas eran completamente distintas y las dos eran reticentes a hablar sobre algunos temas. Más allá de eso, Luisa tenía el corazón más grande que puede tener alguna persona y sabía que no era el tiempo ni el espacio.
Toda su familia quería a Amelia y ya la habían adoptado como una más. Todos estaban asombrados por lo hermosa persona que era y los ideales y valores que traía consigo. Amelia era capaz de encantar a cada persona en una habitación con tan solo una sonrisa, y eso a Luisita le hacía bien al corazón y le alegraba un poco.
Pero la rubia, sabía también que a su familia le iba a doler muchísimo lo que iba a pasar en unos días. Si bien no estaba segura de que sea la decisión correcta, sabía que lo iba a ser a largo plazo. Tenía que dejar ser feliz a Amelia como ella lo quisiese aunque tuviera que sacrificar su felicidad. Pero sentía que fuese lo que fuese, iba a estar bien porque las dos lo iban a estar.
Quand il me prend dans ses bras
Il me parle tout bas
Je vois la vie en rose
Il me dit des mots d'amour
Des mots de tous les jours
Et ça me fait quelque choseLa cena y la fiesta de navidad fueron todo una fantasía. Amelia se sintió como en casa y por primera vez sintió cariño por las personas que la rodeaban. Pasó por alto muchas cosas sobre Luisita: el que no la miraba, las muestras de cariño fueron apagándose con el paso de los días, la distancia que había impuesto y lo callada que estaba con toda la familia. Sí, le pareció extraño porque sabía todo lo que la rubia extrañaba a su familia y no era un hábito normal que Luisa se aleje de las personas que ama.
Cuando llegó el momento de retornar hacia la ciudad, la morena tenía en claro que Luisa se iba a quedar a pasar la nochevieja con su familia y después volvería; sin embargo, la vió preparar su maleta y mostrarse decidida al querer volver. Amelia tenía un presentimiento -muy en el fondo- de que algo malo iba a ocurrir pero no quería detenerse en eso si estaba dentro de una nebulosa del amor.
Durante el viaje en tren, Luisita fue durmiendo todo el viaje... o al menos eso le hizo creer a Amelia. No quería hablar dentro de un vagón si sabía que iban a acabar discutiendo, y tampoco quería hacer un número al frente de veinte personas con las que estaban compartiendo el espacio enlatado.
Luisa tuvo que contenerse y morder su lengua para no decirle nada durante el camino en taxi, sino que esperó a la cena.
Il est entré dans mon cœur
Une part de bonheur
Dont je connais la cause
C'est lui pour moi,
moi pour lui dans la vie
Il me l'a dit,
l'a juré pour la vie

ESTÁS LEYENDO
Degradé
Fanfiction"El amor era un sentimiento completamente relacionado con el color, como miles de arcoíris superpuestos uno sobre el otro." - Paulo Coelho.