Forgive Me «Yoonmin»

Capítulo 19

Yoongi miraba las grietas del asfalto con sumo interés. Vivir dolía. Jamás pensó que el dolor del pasado aparecería como una herida que ardía cuando rozaba el jabón. En esos momentos se sentía perdido y lo peor es que no entendía porque. Jimin había desaparecido en el aire, Taehyung se había largado con él, dejando detrás un quisquilloso Jungkook. La pregunta era ¿Por qué extrañaba tanto esa cabellera negra, si se conocían hace tan poco tiempo?

Con una determinación que pocas veces en su vida le había atravesado, dejó la casa de su padre tan pronto el paradero de ese par de mocosos se hizo desconocido. Ahora, aquel hombre le había quitado su trabajo. Nadie entendía porque el viejo y convaleciente Min había regresado a la presidencia pero todos estaban seguros que tendría que ver con su único hijo, al cual había degradado a un pequeño cubículo en la sala de diseño.

Su corazón se sintió aún más perdido cuando el proyecto de Busan fue rechazado por su padre. Todas sus intenciones para redimirse se estaban jodiendo. Suspiró caminando por el caluroso comienzo del verano hacia su nuevo hogar. El celular vibró en su pantalón y un presentimiento de incertidumbre lo atravesó.

— ¿Hola?

— Encontré lo que estabas buscando — Aseguró Namjoon al otro lado de la línea — Pero hay algo extraño en todo esto — Yoongi aguantó la respiración — Los dos siguen dentro de Seúl en una parte muy alejada pero aún los podrás encontrar. Lo que no me gusta es este... Park Jimin

— ¿A qué te refieres? — cuestionó con voz ansiosa.

— Sus antecedentes son... sucios Yoongi. El chico entró y salió de reformatorios toda su infancia... pero se pone peor 

Yoongi tragó saliva sonoramente ¿Es un asesino?  

— Él estuvo en el centro donde... donde fue enviado Chim Chim luego del juicio. ¿Crees que se conozcan?

El corazón de Yoongi se heló como nunca antes. El pánico que le recorrió no tenía presentación. El aire de sus pulmones desapareció así como el color en su rostro.

— Encontré otras inconsistencias... el chico se supone qu-

— ¡No! — chilló angustiado Yoongi al teléfono. — Deja que él se explique. Lo quiero escuchar de sus labios. Si él me conocía a través de Chim se que me lo dirá.

— No lo entiendes Yoongi, hay muchas cosas en su expediente que no se ve-

— Suficiente Namjoon solo envía esa maldita dirección — gruñó colgando la llamada.

Al otro lado de la ciudad Jimin daba vueltas en su cama. No podía sentirse tranquilo. La duda le estaba matando y tan solo habían pasado tres semanas. Tres malditas semanas en las que no había escuchado nada sobre Yoongi o al menos nada que no fuese Min Hyuk siendo de nuevo el CEO de Industrias Min.

Taehyung entró a su habitación suspirando. Observó los ojos miel de su mejor amigo y el que consideraba su única familia así que respiró profundo, lanzándose a la cama.

— Lo extraño Minnie — susurró él ahora rubio.

Jimin se volteó para abrazarle. — Lo sé, Tae Tae lo sé... tal vez tu podrías...

— ¿Esperas que lo busque? ¿Qué haré cuando pregunte por ti? ¿O si quiere seguirme?

El peli-negro observó la pared. Su mejor amigo estaba sacrificando su corazón por él. ¿Y como le estaba pagando Jimin? Con nada más que su presencia. La vida definitivamente jamás era justa.

— Traeré chocolate para ti Tae — El contrario sonrió de forma brillante.

— Es fue una buena respuesta Minie.

El peli-negro sonrió y dejó el apartamento. Caminó hasta el 7-eleven ubicado en la esquina y buscó exhaustivamente el helado favorito de su mejor amigo. Mudarse implicó abandonar sus trabajos y correr, pero lo habían logrado exitosamente. Al menos su secreto estaba seguro y guardado en su corazón. 

Cuando salió sonriente por haber encontrado algo de vainilla para él, sintió como como todos los vellos de su nuca se erizaban.

— ¡Jimin! — gritó Yoongi en su espalda, parqueando con la habilidad de un corredor de Dakar,  bajando del auto en un parpadeo.

El menor iba a salir corriendo cuando otro grito le alcanzó.

— ¡No puedes correr! ¡Tenemos que hablar! ¡Joder! — Jimin estaba a punto de responder que no tenían nada que decir cuando el mayor agregó — ¡No hasta que me digas que sabes sobre Christian Park! 

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