Dear Africa » harry styles (sin editar)

Capítulo 11

Nota de la autora: hola! creo que el capítulo quedó un poco ñeh, perdón, pero igual tenía esa necesidad de actualizar ya que no lo hago hace mucho así que si las defraudé, perdón :( De todas maneras, disfruten el capítulo y me voy a poner exigente so... a los +90 votos actualizo el siguiente! :)

Harry punto de vista.

—Es hora de continuar, caballeros —Marley nos llamó una vez que había terminado de intercambiar unas palabras con el guía.

Observé el lugar por donde se había ido la pelirroja hace cinco minutos, y todavía no había rastros de ella. Comencé a preocuparme, ¿y si se había perdido? ¿si un animal la atacó? La incertidumbre comenzó a correr por mis venas y por un momento mi cuerpo se vio obligado de ir tras ella. Aún así no lo hice, de todas maneras ella iba a volver, ¿no?

—Falta Hillary —comentó Zayn frunciendo el ceño—. ¿A dónde se fue?

—Fue a buscar agua ya que el idiota de nuestro amigo se la bebió toda —respondió Liam, arrojándome una mirada asesina.

Sólo me limité a encogerme de hombros y volví la vista hacia aquél camino desconocido.

—Ve por ella Harry, no es tan difícil llegar al río —Marley dijo al mismo tiempo que ponía su mochila en sus hombros—. Será mejor terminar esta excursión a tiempo y no estar aquí en cuanto anochezca.

Obedecí a sus órdenes y comencé a tomar el mismo rumbo que ella había tomado, llegando hasta una quebrada con una perfecta vista al río, sólo que Hillary no estaba al alcance de mis ojos.

—¿Hillary? —la llamé, pero no obtuve respuestas. Bajé por la quebrada y me alarmé al ver sus cosas en el suelo, empezando a imaginar lo peor.

—¡Harry! —escuché un susurro preocupado. Giré mi cabeza hacia la derecha y ahí la vi, recostada en el suelo y mirando con temor hacia arriba.

—Nena, está bien descansar pero ya es hora de irnos —bromeé mientras me acercaba a ella.

—¡No te acerques!

Y esas palabras fueron lo suficiente para darme cuenta de lo que en verdad estaba pasando. Me quedé inmóvil en mi posición al mismo tiempo que seguía su mirada hacia arriba, para encontrarme con una especie de guepardo, jaguar, cheetah, no tenía idea, acercándose lentamente hacia Hillary.

—Hillary, corre —le susurré, pero en cuanto noté que ella no se inmutaba, insistí:—. Sal de ahí.

—¡Ojalá pudiera! —reprochó silenciosamente y se removió con dolor—. Joder, ¿puedes hacer algo en tu vida? ¡Ve por ayuda!

Mis piernas acataron otra orden, moviéndose hacia ella con rapidez, pero Hillary no pareció tan satisfecha ante mis acciones.

—¡Ve por ayuda! —repitió enojada y moviendo su brazo hacia una dirección.

—¡Yo quiero ayudarte! ¿Qué pasa si es que cuando vuelva te conviertes en esqueleto? No va a pasar. —le respondí e intenté tomarla en brazos pero ella se resistió.

—¡No quiero tu puta ayuda! —exclamó esta vez más fuerte, ganándose así la completa atención del felino.

Lo siguiente que escuchamos fue un fuerte rugido de su parte y un sonido que pareció haber sido su salto desde el tronco en el que estaba. Por inercia, cubrí el cuerpo de Hillary con el mío, poniéndome sobre ella y apoyando mis manos a cada lado de su cabeza para no aplastarla. Si aquel animal nos iba a atacar, yo estaba dispuesto a que me atacara a mí primero.

Pero no pasó nada. En vez de sentir sus garras sobre mi espalda, escuché que algo se desplomaba a nuestro lado. Aún así, los dos no podíamos quitar la mirada de sorpresa que compartíamos mutuamente. Sus ojos mostraban enojo, de eso estaba seguro, mas sus labios entreabiertos combinados con la agitada respiración que producían sus pulmones, daba la clara señal de que quería golpearme hasta matarme, pero de que también estaba tan sorprendida como yo.