Ciudades Perdidas
Un nuevo día amaneció en ciudades perdidas, la mañana había sido de lo más tranquila para las mujeres. Por la tarde, Tebe se encargó de ordenarle a las chicas que limpiaran las caballerizas.
Uno de los caballos se asustó comenzando a relinchar y a colocarse sobre sus dos patas traseras, Miriam, que en ese momento estaba al lado del animal, se quedó bloqueada en el sitio. Mimi que observaba de lejos la escena acudió para sacarla de ahí antes que el caballo la dañará.
- ¿Porque le tienes tanto miedo a los caballos? - envolvía Mimi a su amiga.
- ¡Porque me caí! - gritó - una noche robé un caballo, estaba persiguiendo a una chica, nos criamos juntas en un orfanato y éramos como mejores amigas, hermanas - explicaba Miriam - un día la cogieron para trabajar de criada, ella no quería irse, y cuando fueron a por ella estábamos en el comedor, lloré y grité, las monjas me sujetaron pero estaba hecha una furia me puse a gritar y a gritar su nombre hasta que los platos empezaron a temblar y de repente cayeron al suelo, todos empezaron a rezar, a santiguarse y a llamarme bruja - Mimi se quedó sorprendida - luego llegó Tebe, ella me acogió cuando nadie más me quería - termino de explicar tristemente y Mimi la abrazó de inmediato.
Caminaron agarradas hasta la cocina del edificio y comenzaron a limpiar los platos de la comida.
- ¿Cómo se llama la chica de la que me has hablado? -
- Aitana, se llama Aitana -
- ¿Hace mucho que no la ves? -
- Desde que llegaste tú -
- ¿Estás segura?, el otro día te vi salir, ¿fuiste a verla? - Miriam la miró y rodó los ojos mientras reía, obviando la pregunta.
- ¿Y tú?, ¿tienes a alguien fuera? -
- Se llama Ana, la conocí en el río -
- ¿Y es guapa? -
- Es preciosa - se sonrojó - dijo que me iba a enviar una señal para volver a vernos, teñirá de rojo el agua de la fuente del acueducto, cuando podamos reunirnos -
- ¿La fuente?, cuesta verla desde aquí -
- ¿Habéis acabado? - las interrumpió Janara.
- Si - respondieron al unísono colocando el último plato de la vajilla.
- Es hora de que os vayáis a la cama, es tarde - las chicas hicieron caso a Janara y subieron a sus respectivas habitaciones.
Al día siguiente después de que Mimi le preparase el desayuno al pequeño Leo ambos salieron al jardín.
- Mira lo que traigo - exclamó a sus espaldas Miriam sacándose un catalejo de el bolsillo del vestido.
- ¿Para que sirve? - preguntó Leo.
- Para mirar a lo lejos, pruébalo -
El pequeño lo cogió y llevándoselo al ojo izquierdo observó el horizonte.
- ¿Que ves? - le preguntó su hermana
- Un nube -
- Déjamelo, yo también quiero ver -
La rubia del pelo rizado cogió el catalejo y observando a su alrededor vio la fuente pintada de rojo.
- ¡Mimi, la fuente! ¡mira! -
Mimi le arrebató el catalejo observando el color de la fuente por sí misma.
- ¡Tengo que irme ahora mismo! - la chica salió corriendo del lugar dirección a la fuente.
- Suerte - dijo Miriam con una sonrisa.
Mimi puso rumbo a su destino atravesando el pasadizo secreto que llevaba a la fuente, allí la esperaba Ana con una sonrisa en la cara, ninguna dijo nada, simplemente se fundieron en un abrazo.
- Te he estado esperando - dijo Ana separándose - temía mucho no volver a verte, media falda -
- Me llamo Mimi -
- Yo soy Ana -
- Lo se - dijo con una sonrisa la rubia - he venido en cuanto he visto el color de la fuente - la miró fijamente.
Lentamente las caras de las dos muchachas se fueron acercando hasta juntar sus frentes, la respiración de Mimi estaba entrecortada, Ana en cambio no podía mantener la mirada fija en sus ojos verdes sin desviarlos a su boca.
Primero se produjo un roce sutil de sus narices para luego unir sus labios en un tierno beso. Se separaron para observarse pero les duró poco porque volvieron a lanzarse a los labios de la otra.
- Una noche soñé contigo - dijo Mimi apoyada en la fuente.
- ¿Que soñaste? -
- Soñé que bailábamos -
- No sería yo, bailo fatal - las chicas rieron.
- Yo te enseñaré - Ana permaneció callada - ¿que pasa? -
- Te están buscando por todas partes, esto ya lo es un lugar seguro para ti -
- He encontrado un refugio en un lugar seguro -
- No puedes fiarte de nadie, los conozco son capaces de venderte por una miseria - dijo Ana preocupada.
- Las que me han acogido nunca lo harían -
- ¿Desde cuando las conoces? -
- Es como si fuera desde siempre -
- En Serra todos piensan que eres una bruja -
- ¿Tú que piensas? - dijo la rubia cogiendo sus manos.
- Pienso que las brujas no existen - Mimi sonrió ante sus palabras - sólo en la mente de las personas -
- ¿Y si tuvieran razón?, ¿y si tuviera una maldición en mi?, no se quien soy ni quien podría ser, solo el libro puede darme la respuesta - Mimi se levanto rápidamente y se fue de allí.
- ¡Espera! - Ana se levantó y fue tras ella, pero la rubia ya se había marchado.
A punto de entrar de nuevo a su hogar decidió ir antes a su antigua casa a recuperar el libro.
Cuando llegó al lugar se encontró que su casa estaba rodeada por Benandantes.
Sigilosamente se dirigió hacia la ventana trasera y entró en el interior de la casa, levantó los tablones de madera y colocó sus manos sobre la raíces que envolvían el libro, mientras pronunciaba el conjuro que le habia enseñado su abuela, las raíces fueron desapareciendo y Mimi pudo recuperarlo sin problema.
Salió de la casa con el libro en sus manos pero para su sorpresa un Benandante la estaba esperando, intentó huir de ahí alarmando su presencia entre el resto de Benandantes que corriendo hacia ella la acorralaron.
Mimi intentó huir pero no tuvo más remedio que sacar su espada y comenzar una lucha.
En ese mismo instante aparecieron Tebe y Leptis para ayudar a la chica, las tres mujeres lucharon ganando la batalla pero perdieron el libro que fue recogido por uno de ellos,concretamente por Iria, la hija del jefe del grupo de Benandantes.
- ¡Vamos Leptis!, ¡acaba con el! - decía Mimi nerviosa sobre su caballo.
Leptis decidió guardar su espalda y marcharse de allí subiéndose en su caballo y largándose con Mimi.
- ¿Porque no lo has matado? -
- Porque era una mujer -
Montadas en sus respectivos caballos las mujeres entraron en su hogar.
- Janara, Miriam, dejad a los caballos en sus sitios - ordenó la jefa.
Tebe y Leptis entraron enfurecidas al salón seguidas por Mimi.
- ¿En que estabas pensando?, ¿no sabías lo peligroso que era?, si Leptis y yo no hubiéramos llegado a tiempo ahora estarías muerta -
- Lo siento, solo quería ayudar -
- Asi no ayudas, así sólo empeoras las cosas - dijo Leptis.

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Luna Nera // Warmi
FanfictionEn la Italia del siglo XVII, Mimi descubre su destino junto a una familia de brujas, mientras que el padre de Ana trata de darle caza por practicar magia negra. Adaptación de la serie Luna Nera (+16)🌙