Voces II

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Ciudades Perdidas

Tebe había mandado a las chicas a prepararse para la salida. Entró en su habitación donde se encontraba Leptis doblando la ropa.

- Tengo que pedirte que te quedes - Leptis dió un paso al frente.

- ¿Me estás diciendo que no me quieres a tu lado en nuestra batalla?, ¿o debo decir en la tuya? - dijo tensa.

- Lucharemos con armas que tú no conoces, no las posees -

- Tengo las armas que necesito - respondió firmemente Leptis.

- No bastarán y lo sabes - dijo acariciandole la cara para calmar la situación.

Leptis le apartó la mano de un manotazo y la empujó contra la pared, sacó su espada y le apuntó al cuello.

- Mi espada sabe encontrar vidas inesperadas, ¿lo ves? -

- Puedo soportar que seas mi enemiga pero perderte no -

- Aun así nos perderemos - Leptis bajó su espada para guardarla y se marchó de la habitación.

[...]

Mimi esperaba nerviosa a que Tebe le ordenara a emprender la marcha, era la primera misión que iba a realizar y tenía miedo de equivocarse.

- ¿Que te pasa?, ¿ya te vas? - entró Miriam en el salón.

- En cuanto venga Tebe, pero necesito que me hagas un favor - suplicó.

- ¡Claro!, dime Mimi -

- Que Aitana le diga a Ana que no era mi voluntad faltar a nuestro encuentro - le rogó Mimi.

Miriam asintió convencida y le deseó suerte a su amiga.

Janara, Tebe y Mimi cogieron sus caballos y se marcharon mientras Leptis se quedó al cuidado del pequeño Leo enseñándole tiro con arco y Míriam corrió a Serra.

La rubia del pelo rizado andó hasta el pueblo para encontrarse con Aitana, se colocó debajo de la ventana de la pequeña y le silbó para que bajase, la del flequillo se asomó y al ver a Miriam se le dibujó una sonrisa en la cara. Se saludaron con un cálido abrazo y caminaron hasta un banco para hablar tranquilamente.

- Tengo un mensaje para Ana, dile que no ha podido acudir a su encuentro y que lo hará esta noche en el mismo sitio de siempre -

- ¿Quien? - preguntó la pequeña y Miriam rodó los ojos - vale se lo diré -

- Gracias - Aitana le abrazó.

- Oye, ¿no será la chica a la que defendió Ana delante de todos? -

- Hay cosas que no puedes entender Aitana -

- Como no las voy a entender, si es que no me lo cuentas - gruñió - ¿tú también perteneces a ese grupo de brujas?, si es así no quiero saberlo -

- Yo tampoco quiero saber qué formas parte de un grupo de hombres enmascarados - Aitana se calló - ¿crees que esas mujeres son diferentes a mi? -

- Tu no eres una bruja -

- Es más que eso, son la familia que nunca hemos tenido, son la familia que tú buscas en los Benandantes -

[...]

Ana cansada de esperar a Mimi en la fuente decidió marcharse a casa no sin antes pararse a ver cómo su madre iba con el tratamiento, allí estaba su padre que la sacó al pasillo para comentarle una cosa.

- Respira con calma y no se ha despertado - dijo Carlo.

- El tratamiento empieza a hacer efecto -

Luna Nera // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora