Luz I

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Pueblo de Serra, calabozos

- Una formula antica per bloccare il potere delle streghe - recitaba Marzio a un cubo de agua bajo la atenta mirada de Iria - magnum imperium haec cruces extiguant et fatum vestrum decernant - el agua tornó a un color rojizo y con una brocha comenzó a exparcirla sobre unas túnicas negras - el sol está a punto de salir, debemos prepararnos.

Al mismo tiempo Leo desde su calabozo comenzó a pintar en las paredes el eclipse lunar.

- ¿Cómo estás? - se acercó a Leptis que comenzó a toser, el niño se quitó su chaqueta y se la puso encima.

- Gracias, pero quédatela tu que hace frío y si no enfermarás de nuevo -

- Que más da, nos matarán de todos modos -

- Encontraremos un modo ya lo verás -

- Nadir va a venir a salvaros - interrumpió Iria desde el otro lado de la mazmorra - al menos que nos digas dónde está la bruja -

- ¿Crees que los Benandantes te han aceptado como uno de ellos?, vistes como un hombre, luchas, la verdadera fuerza y él verdadero poder no requieren de estos sellos, ¿por quien estás luchando en realidad?, ¿por tus convicciones o por las de ellos? - dijo Leptis desafiante.

Iria ante esa situación pegó una patada a la puerta con rabia y se fue de allí sin mediar palabra.

[...]

- ¡Compren telas solo por cuatro monedas! - decía Aitana desde su puesto en el mercadillo de la plaza del pueblo - ¿van a la fiesta de las velas? - se dirigió a unas clientas - yo creo que esta tela contrasta bien con tu piel -

- Aitana - apareció Ana - necesito tu ayuda - la cogió del brazo - tengo que salvar al niño -

- Pero intentó matar a tu padre -

- No podemos matar a su hermano, eso también mataría a Mimi -

- ¿Viste lo que pasó en la taberna?, el también forma parte de las brujas -

- Tu mejor amiga también vive con ellas, ¿la quemarías en la hoguera por ello? -

- Todos me llamarán traidora - dijo la pequeña cabizbaja.

- Aitana tú eres la única que puedes ayudarme, es lo último que te pido -

- Está bien - suspiró la pequeña - ¿que tengo que hacer? -

Ciudades Perdidas

- ¡Abridme!, ¡dejadme salir! - gritaba desde su habitación Mimi.

- Mimi cálmate - Tebe intentaba relajarla desde el otro lado de la puerta.

- ¿Pero porque me tenéis encerrada? -

- No me arriesgaré a perderte -

- Pues perderás a Leptis - supiró - ¿no era ella el amor de tu vida? - Tebe se quedó inquieta y sus ojos se volvieron un tanto vidriosos.

- ¿Estás bien? - le preguntó Janara que subía por las escaleras para abrazarla.

- No sabemos dónde los tienen - interrumpió Miriam el abrazo de ambas - ni tampoco que les harán, deja que vaya yo -

- Es demasiado peligroso Miriam - le respondió la jefa.

- No podemos quedarnos aquí sentadas esperando a que pase algo -

- ¿Y si te cojen a ti? - dijo Gaia - ¿que será de nosotras? -

- Deja que vaya yo - insistió Miriam.

Luna Nera // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora