Capítulo VII

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- Podríamos ir a la tienda del señor Gold. El tiene todo tipo de pociones que podrían solucionar esto.

- si, buena idea.- le cogí la mano y fuimos a la tienda.

Como el señor Gold estaba dormido no abría ningún problema para entrar.

Entramos intentando no tocar nada para cuando despertara no supiera que habíamos estado allí.

En una estantería vi una botellita de vidrio que ponia: poción anti maleficios del sueño.

- Ahora hay que encontrar la manera de que la poción haga efecto en todo el pueblo.-

Rebuscamos en un libro la manera de hacerlo posible.

El libro decía así:
Debéis ir al centro de la ciudad con la poción y decir las siguientes palabras, despertar del sueño eterno.

Fuimos a la Torre del reloj, que era el centro de la ciudad y pronunciamos las palabras.

De ese acto salió un arcoiris mágico en señal de que el maleficio se avía roto.

Salí corriendo para ver a nuestras familias. Al llegar a casa nos abrazamos todos y lloramos.

- Que tal si celebramos este reencuentro.- dijo Regina ilusionada.

Estuvimos celebrándolo con una maravillosa cena en la Abuelita el mejor restaurante de la ciudad.

Mi padre no dejaba de hacernos miraditas a Henry y a mi porque estábamos más juntos de lo normal.

En el ambiente, empezé a percibir magia que no era familiar no era de nadie de los aquí presentes.

Mi madre Regina y yo nos miramos. Ellas también lo habían notado.

- Mantener la calma creo que hay alguien fuera.-dijo mi madr con voz temerosa.

Lo que no se conto - Once Upone A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora