[Final]

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Un aire fresco, sus labios bien humectados con un bálsamo sabor a durazno para que no se rompieran por al frío de los alrededores. Subió las escaleras de la pequeña colina y se acomodó la bufanda buscando que cubriera su Nariz.

Buscó a lo lejos una cabellera castaña, un hombre alto y con flores en sus manos. Y lo encontró. Singto estaba frente a una tumba con unas flores marchitadas sobre ella. Krist vio como Singto se agachaba y las quitaba, colocando las flores frescas sobre la lápida con un rostro serio. Krist no sonrió, solo se acomodó las mangas de su saco café y se acercó en silencio. Singto se volteó y le miró sin expresión alguna, ni una sola sonrisa digerida a él.

Krist se colocó a su lado y observó la lápida como el nombre "Haneul". La madre de Singto tenía un nombre hermoso. Un silencio sorprendentemente cómodo se instaló en el lugar, Krist no decía nada, no sabía qué decir.

—Ella era una mujer muy bonita, tenía unos hoyuelos muy marcados y su cabello era castaño claro natural junto con ojos negros, muy oscuros. Su belleza atraía a todos los hombres de los lugares a que iba. —Singto comenzó— Cuando cumplió veinte entró a la universidad y allí conoció a mi padre, él era de último año de la misma carrera, ella se enamoró de él y ni siquiera duraron un año cuando él le había propuesto matrimonio.

Krist se sorprendió, ¿Quién se casaba con alguien que acababa de conocer?

—Supongo que estaban muy enamorados. —agregó Singto sonriendo levemente.

« A los meses de casados mi madre se quedó embarazada, de mi hermana mayor. Sí, tenía una hermana mayor. Todo estaba muy bien hasta ese punto, estaba hasta que mi padre entró a trabajar en una empresa la cual apenas le daba tiempo de ir a dormir a casa. Entonces mi madre se quedó embarazada por segunda vez, ésta vez de mí. Mi padre pensó que yo no era su hijo ya que al parecer ni siquiera tenían tiempo de tener un buen sexo, entonces acusó a mi madre de engañarlo y se desató el verdadero hombre de su interior.

Mi madre dejó de trabajar y se dedicó a mí y mi hermana, ella dos años mayor que yo. Mi padre se había vuelto alguien muy obsesivo, y cuando yo cumplí cuatro años, envió a mi madre a ésta ciudad para que trabajara como sirvienta en la casa de uno de sus jefes, uno de esos jefes era el señor Itthipat, el padre de Gxxod, mi padrastro.

Mi madre trabajó años siendo su sirvienta, se hizo amiga de la señora Itthipat hasta el punto que nos volvimos parte de la familia Itthipat, la señora Itthipat me amaba tanto que terminó ayudando a mi madre a pagar una buena escuela para mí, por eso desde pequeño fui a la escuela con Gxxod. Cada fin de semana íbamos a Ilsan para visitar a mi padre en casa y pasar el rato con él. Los peores días de mi vida, él golpeaba a mi madre y la tenía como su sirvienta personal, y también llegaba a castigar a mi hermana cuando ella se negaba a seguir sus órdenes. Él creía que las mujeres eran objetos y no personas. Demasiado machista para la actualidad.

Todo eso hasta que cumplí los nueve años. Eran inicios de diciembre y mi madre enfermó, ella empezó a tener ataques de asma y una noche casi se ahogaba, eso sino fuera por Gxxod que se dio cuenta a tiempo. Aún recuerdo que mi padre la había llamado a la mañana siguiente para decirle que dejaría de trabajar para el señor Itthipat porque eran mala influencia, porque empezó a suponer que mi madre se acostaba con el señor Itthipat.

Menudo imbécil.

El próximo fin de semana mi madre iba a viajar a Ilsan sin decirle a la señora Itthipat que nunca regresaría, pero por mi parte, le rogué a mi mamá que me dejara ese fin de semana con Gxxod, uno de nuestros amigos cumplía años y al menos quería despedirme de ellos. Ella aceptó a pesar de que sabía que mi padre la golpearía por dejarme con esa familia aún más tiempo pero ella siempre había preferido sufrir para que nosotros fuésemos felices.

[Adaptación][Peraya] Prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora