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   EunJi clavó su mirada en el reflejo de su rostro que le mostraba el espejo. Estaba a una hora de empezar su primer día como estudiante oficial del Instituto Ao. Se miró a los ojos mientras se peinaba el cabello, luego recorrió la imagen del uniforme en su cuerpo que el vidrio le daba. Debía aceptar que no le disgustaba el diseño. Una camisa blanca de manga corta, con una corbata bordo en el cuello. Por encima, un chaleco de color negro con el escudo de la escuela cocido del lado del corazón y una falda que llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas de color gris. La joven debía aceptar que comenzaba a extrañar su antigüo uniforme, pero el nuevo no parecía estar nada mal. Esta volvió a soltar un suspiro y luego se enderezó para salir del baño. Debía seguir adelante por más que le costara. Se dirigió a la cocina para tomar el desayuno que su madre le había preparado y luego se despidió de sus padres para ir a la parada del autobús. Tendría un buen camino para llegar al instituto.

   Iba a ser el primer día que EunJi no se ponía a trabajar luego de levantarse. Eso iba a ser un gran cambio para ella. Comenzar las clases desde la mañana, no poder cruzarse con St.Van en los pasillos, no ayudar a sus padres con el negocio familiar... Iban a ser grandes cambios. Esta se sentó en uno de los lugares libres del automóvil y abrazo su mochila, luego se puso unos auriculares para escuchar música desde su teléfono. Apoyó su frente contra la ventana y miró a través de ella. Sentía que era capaz de meterse en su propio mundo imaginario mientras veía pasar las calles con velocidad. Se preguntaba que clase de personas conocería allí, si las clases serían difíciles, si el hecho de que fuera becada sería un problema... No iba a poder responderse ninguna de esas preguntas hasta llegar al instituto y vivirlo por ella misma.

   Nuevamente se encontraba frente aquella enorme puerta principal. Esta vez, con el uniforme y la mochila. Otros alumnos que entraban le dirigían miradas confusas y prejuiciosas, aún así, la chica no se iba a dejar intimidar. Ella no era débil. Agarró los tirantes de su mochila e Inhaló y exhaló aire profundamente para luego entrar con decisión en el edificio. Caminó por el pasillo principal con algo de timidez y confusión. No sabía a dónde ir y realmente no había pensado en el hecho de que no tenía ni idea de dónde quedaba cada salón en aquel inmenso instituto. Se dió la vuelta para mirar en todas direcciónes, como si esperara que apareciera un ángel frente a ella que la guiara a su primera clase. Fue entonces cuando sintió un leve empujón. Al darse la vuelta notó que se trataba de la muchacha del otro día, la misma que había salvado.

—¡Lo siento tanto! ¡No fue mi intención! Yo–

—Tranquila, está bien, ven —la interrumpió esta para luego extenderle una mano y ayudarla a levantarse. La contraria abrió los ojos como platos al verla. Pestañeó varias veces y luego aceptó su ayuda.

—E... eres tú... ¿Qué haces aquí? —preguntó está, para luego tragar saliva y negar nerviosamente con la cabeza—. Q... queria decir... Esto... —EunJi rió levemente y luego le mostró una cálida sonrisa a la chica.

—Creo que nunca nos presentamos formalmente. Soy Kang EunJi, un gusto —dijo esta para luego realizar una reverencia para la contraria. Esta sonrió y copió la acción de la chica.

—Choi HaNa, es un placer —respondió esta. Ambas miraron al piso en silencio con algo de timidez y luego la de gafas volvió a mirar a la muchacha— ¿sabes a dónde tienes que ir? —preguntó esta, viendo después como EunJi negaba con la cabeza— ya veo... Entonces debes ir a la oficina de la directora, vamos, yo te llevo —dijo HaNa con una sonrisa divertida en su rostro para luego tomar sorpresivamente la mano de la chica y comenzar a guiarla por el pasillo.

   Para su buena suerte, la mayor parte de las clases le tocaron con HaNa. Se sentía aliviada de tener a alguien mínimamente conocido cerca durante el día. Se sentía algo incomoda por las miradas de los demás y los murmuros que se compartían. Realmente no le sorprendía tanto que la observaran, pues había sido la muchacha que se había colado en su instituto, había salvado a una estudiante y había salido en la televisión. Kang siguió a su nueva compañera a la primera clase que tendría en el día. Allí la profesora la hizo presentarse frente a toda la clase. Mientras decía su nombre, EunJi sentía como su corazón se le escapaba del pecho. No podía evitar sentir los horribles nervios del primero día. Al terminar hizo una reverencia y se sentó en uno de los lugares vacíos, justo al lado de HaNa. Los asientos eran acolchados con una tela bordo y cómodos, no como las sillas de madera de su anterior escuela. Los escritorios eran anchos, había bastante lugar. Esta pestañeó varias veces para luego mirar adelante y concentrarse en la clase. Era casi mitad del año, por lo que temía no poder entender nada. Aún así, parecía que estaban haciendo un repaso de los temas anteriores, pues EunJi logró mantener el ritmo del resto de la clase con facilidad.

𝑵𝑶𝑻 𝑬𝑨𝑺𝒀 𝑻𝑶 𝑪𝑶𝑵𝑻𝑹𝑶𝑳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora