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—Asegurense de terminar todo —se quejó ChungHyeop es un tono que sonaba más bien amenazador mientras todos comían su almuerzo en la cafetería de la escuela. HoSung y EunJi compartieron miradas nerviosas y asintieron.

Habían pasado tres días desde que los otros dos habían terminado con su huelga de hambre y todos sus amigos estaban constantemente pendientes de que mantuvieran una alimentación correcta. La señora Kim no había vuelto a aparecer y, aunque eso podría ser bueno de cierta forma, EunJi no podía estar tranquila. En su casa las cosas iban un poco mejor finalmente. Por haber roto el trato que EunJi había hecho, la directora dejó de proteger a su familia de que más deudas cayeran sobre ellos, pero la situación no estaba fuera de control por el momento. Quien más le preocupaba era HoSung, que tampoco había visto a su madre desde que salió de su habitación. Kang miró al chico y notó que su mirada estaba demasiado concentrada en su comida, pero que no comía más. Tomó su mentón con cuidado y giró su cabeza para que la mire a sus ojos.

—¿Estás bien? —preguntó y luego notó que el otro asentía con la cabeza—. Termina de comer, ya tenemos que volver a clase... —dijo la morocha para luego mirar a los demás.

Había tomado una buena discusión, pero EunJi había logrado que los demás aceptaran sus disculpas por irse sin avisar antes. Tal vez los más difíciles de convencer fueron ChungHyeop y HaNa, puesto que ambos seguían enfadados por la huelga de hambre y no dejaban de insistir en que debía guardar mis energías para mejorarme en vez de usarlas en hablar. De todas formas, la chica seguía sintiéndose feliz de tenerlos como amigos.

Cuando terminó la última clase del día, todos se reunieron en la entrada para despedirse antes de regresar a sus casas. HoSung no tardó en entrelazara sus dedos con los de EunJi justo antes de comenzar a cambiar hacía la entrada. Sin embargo, la voz de SuJin llamó al nombre del muchacho y los hizo detenerse en el lugar. La jóven se acercó a ellos hasta quedar frente a frente y los miró a los ojos para luego realizar una reverencia.

—Me alegro de que estés bien... Nunca creí que me asustaría tanto por la vida de otra persona, por favor no vuelvas a hacer eso, HoSung... —dijo y los otros dos guardaron silencio—. EunJi, lamento todos los daños que te cause, prometo que cambiaré y mejorare como persona en el futuro... Parece que eres la única a la que HoSung realmente ama, él hasta se moriría por no poder estar contigo... Podrás no aceptar mis disculpas, pero quiero que sepas que mi único deseo es que HoSung sea feliz... —EunJi no sabía que decir, nunca habría imaginado esa escena. Se acercó a la contraria y la tomó del hombro para decirle que levantara la mirada y le mostró una sonrisa.

—Acepto tus disculpas, SuJin —respondió para luego notar que la otra le devolvía la sonrisa y luego miraba también al chico.

—¿Qué harán con tu madre ahora? —preguntó esta y HoSung dejó escapar un suspiro silencioso.

—Creo que lo más lógico sería denunciarla por abuso de poder, pero la palabra de un par de alumnos no será ninguna amenaza contra el dinero que la señora Kim tiene... —respondió algo desesperanzado el morocho.

—Dejenme ayudarles, puedo convencer a los demás del instituto en denunciar también. Estoy segura de que querran hacerlo ahora que alguien tiene el valor de encabezar la denuncia —SuJin sonaba segura de sus palabras. No era una mala idea, después de todo ella era una persona bastante influyente entre los estudiantes de Ao, podría convencer a los demás.

—¡Gracias SuJin! Lograremos ganar sobre la señora Kim, tenemos que ser positivos... —habló EunJi con una pequeña sonrisa de lado. No estaba para nada segura de que las cosas fueran a salir bien, pero prefería pensar que así sería.

(...)

Un mes después se llevaron a delante los cargos en contra de la cabeza del grupo Kim, directora del instituto Ao. No solo terminó siendo juzgada por abuso de poder, sino que también por no haber tomado acciones críticas para detener los abusos realizados a los alumnos dañados. Ao fue cerrado, fue la mejor decisión final a la que llegaron los que juzgaron el caso. Los medios explotaron, la reputación del grupo Kim estaba destruida. Esto no solo afectó a la directora, sino que también obligó a Zhang Peng a regresar a su país.

𝑵𝑶𝑻 𝑬𝑨𝑺𝒀 𝑻𝑶 𝑪𝑶𝑵𝑻𝑹𝑶𝑳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora