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ADVERTENCIA: En este capítulo se hará mención de contenido levemente subido de tono.

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Despertó de nuevo con la alarma de su teléfono y repitió su rutina de la mañana. La mente de EunJi había sido perturbada por sus pensamientos durante toda la noche. Todavía trataba de procesar las declaraciones que Ayno le había hecho. Ahora que sabía que él había creado la tarjeta, ¿cómo se suponía que debía verle? No quería que fuera de la misma manera que veía a Ziu o los otros, pero no podía borrar aquella sensación de incomodidad. Por otro lado, seguía sin justificar lo que HeeJun le había hecho, pero ahora comprendía mejor la razón por la que era ese tipo de persona.

Mientras viajaba en el autobús volvió a observar la cicatriz que le había quedado en la muñeca. Dudaba que algún día se fuera esa marca; tenía suerte de que haya sido una herida pequeña y de que YoonHo haya llegado a tiempo. YoonHo, no podía dejar de pensar en él, tampoco en como serían más cosas al llegar al instituto.

Extrañamente, no se cruzó con ninguno de los chicos esa mañana. Compartió sus clases con HaNa y pasó tiempo con GeumHyuk, y trato de evadir totalmente el fragmento del pasado que le habían contado la noche anterior. Si debía ser sincera, esperaba no encontrarse con ninguno de los chicos ese día, todavía seguía tratando de procesar la información y ordenarla en su cabeza.

Al terminar las clases EunJi suspiró con tranquilidad. Por fin podría irse a casa. Sin embargo, luego de cerrar la puertilla de su casillero, notó que Peng estaba apoyado sobre la pared a su lado, mirándola. La expresión de la chica se puso sería, quería irse como todos los demás lo estaban haciendo. Se tomó unos segundos para analizarlo un poco. Estaba como siempre, solo que esta vez tenía un pequeño corte en el labio. 

—¿Qué quieres? Ya le di la foto a los chicos... —preguntó la morocha con poca confianza. Notó como el otro sonreía de lado y pasó saliva silenciosamente.

—Lo sé, el resultado fue bastante divertido... Ahora sé que tanto YoonHo como ChungHyeop siguen sintiendo culpa...

—Eres un idiota... —dijo EunJi en voz baja y con una mirada asesina. Ahora que sabía lo que había pasado relacionado a esos chicos, no podía ver bien a Jacob ni aunque lo intentara.

Intentó rodearlo para poder irse por fin, pero este la tomó del brazo y la acorraló contra el casillero. EunJi se sentía una presa siendo acechada por un predador, pero no bajó la mirada en ningún instante.

—Veamos... WooYoung tuvo la posibilidad de probar tu cuello, HoSung ya te golpeó, HeeJun dejó un alondra marca en tu brazo, las chicas te bañaron en harina... —comenzó a enumerar con los dedos cada una de las cosas por las que la habían hecho pasar—. Es mi turno de hacer un aporte a la causa, ¿no lo crees? —agregó acercando sus labios al oido de la chica para luego morder levemente su oreja. El corazón de EunJi se detuvo y se secó su garganta.

Antes de que pudiera decir nada, la tomó de la muñeca y la llevó a la sala de HoSung. Todo estaba oscuro, pero a pesar de eso Peng supo muy bien hacia donde empujarla para que la espalda de la chica chocara contra el escritorio del hijo de la directora. Ignorando los pobres esfuerzos por escapar de la otra, la alzó y sentó en la mesa para acto seguido apoyar sus manos sobre la superficie a los costados de la chica, acorralandola nuevamente. Sus rostros estaban a centímetros de distancia y el corazón de EunJi estaba a punto de salirse de su pecho por el miedo.

—Déjame en paz —le ordenó mientras ponía sus manos en los hombros del otro y trataba de empujarlo lejos. Sin embargo, era más fuerte que ella, por lo que solo logró sacarle una risa irónica.

—Deberías poner un poco más de esfuerzo para lograr que lo haga si fuera lo que realmente quisieras —respondió de forma provocativa. Estaba agotando la paciencia de la chica, ya solo sabía que se estaba aprovechando—. Aish, tu corazón va a mil, ¿nunca has estado a solas con un chico? Que triste Kang EunJi... Déjame mostrarte entonces —dijo para luego besar su cuello y morderlo.

Era verdad que EunJi nunca había estado a solas con un chico de esa forma, pero no tenía ningún deseo de hacer eso con Jacob. Le provocaba asco, aquel chico la repugnaba. Recordaba que HaNa le había dicho que era peligroso y ahora comenzaba a cuestionarse cómo había podido pensar que tal vez no era alguien tan terrible. Los ojos de la morocha volvieron a abrirse con sorpresa al notar como el otro trataba de colar su una de sus manos debajo de su falda y fue cuando por fin logró juntar el valor necesario para reaccionar. No tardó en darle un fuerte rodillaso en la entrepierna y al verlo alejarse, estremeciéndose por el dolor, se bajó de la mesa para tratar de escapar.

Sin embargo, este se recuperó rápido y la tomó del brazo nuevamente, atrayendola a él. EunJi estaba tan nerviosa que su cerebro comenzaba a fallar para crear métodos de escape. Pero por fin su salvación entró a la habitación. Kim HoSung había abierto la puerta sin problemas, después de todo era su sala. Se detuvo en el lugar y observó a los otros dos con los brazos cruzados.

—Nunca cambiaras, ¿no Peng? —dijo seriamente para luego mirar a la chica. Dejó escapar un suspiro y se acercó a ellos dos para deshacer el agarre que detenía a EunJi y la ocultó detrás de su cuerpo.

—Tú tampoco eres un buen ejemplo HoSungie... —respondió burlón, clavando sus ojos en los del coreano.

—Entonces estamos a la par... solo que tú eres un estúpido. Vamos —dijó sin soltar la mano de la chica, quien se tomaba con su mano libre la zona del cuello que Jacob había mordido.

𝑵𝑶𝑻 𝑬𝑨𝑺𝒀 𝑻𝑶 𝑪𝑶𝑵𝑻𝑹𝑶𝑳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora