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Allí se encontraba nuevamente, otra mañana más caminando por el pasillo principal de su nuevo instituto. Debido a la situación del día anterior, EunJi casi no había podido pegar ojo en toda la noche. ¿Cuán arrogante y egocéntrica podía ser una persona? Parecía que ese chico había superado las expectativas que tenía sobre las personas de aquel lugar. La mirada de odio del muchacho se apoderó de la mente de la joven nuevamente. Aquella mirada gélida, que parecía observar sin vida y que daba la sensación de que ocultaba muchas cosas. Kim HoSung, estaba más que segura que aquel nombre le pertenecía a él. EunJi pestañeó varias veces para despejar su mente.

Se detuvo frente a su casillero y miró al piso mientras soltaba un suspiro para luego abrir la puertilla. Estiró su brazo para agarrar el libro que necesitaba, aún así algo entre las páginas captó su atención. Notó que se trataba de un papel de forma rectangular, de color bordo y con una equis. Lo observó con curiosidad y una ceja curvada. ¿Qué se suponía que hacía eso dentro de su cuaderno y cómo había llegado hasta allí? La chica inhaló y exhaló con profundidad para luego volver a poner el papel en el mismo lugar donde lo encontró y comenzar a caminar a su salón. En el trayecto notó algunas personas que la miraban y murmuraban, aun así los ignoró y no sospechó nada de ellos, después de todo, lo que había ocurrido al final del día anterior había llamado la atención de más de uno.

Una vez dentro del salón, EunJi se tomó unos segundos para buscar a su amiga y luego se acomodó en el asiento a su lado, dejando sus libros sobre la mesa.

—Buenos días HaNa —la saludó con una sonrisa dibujada en sus labios. La contraria le devolvió el gesto, pero junto antes de empezar a hablar, observó el papel rojo que sobresalía de las páginas del manual de su amiga.

—¿Qué traes? —preguntó con curiosidad para estirar su brazo al libro y tomar el objeto de color sin aviso previo. Sus ojos se abrieron como platos al ver la cruz dibujada en negro.

Fue cosa de segundos para que la chica se levantara y tomara la mano de EunJi para llevarla fuera del salón. Sin entender nada, la de cabellos oscuros siguió a su amiga hasta el baño y la miró con confusión. Notaba que HaNa había empezado a tener una actitud algo nerviosa, como si quisiera acegurasrse a toda costa de que no había nadie a su alrededor. Kang se cruzó de brazos y observó a la contraria con una ceja curvada. Fue entonces cuando HaNa se acercó a ella y le mostró la tarjeta que había tomado de su cuaderno.

—Esto estaba en tu libro, ¿de dónde la sacaste? —preguntó esta. EunJi realmente no entendía de que hablaba. Se achicó de hombros y sonrió confundida.

—Esto... Ya estaba en mi libro cuando lo busque en mi casillero... ¿Sabes de quién puede ser? No recuerdo haberla metid–

—Deshaste de ella —ordenó esta en seco, interrumpiendo a la chica.

—¿Qué? ¿Qué es? ¿Por qué actúas así? —comenzó a interrogarla EunJi. A penas había pasado un día desde que había conocido a la chica, pero no le fue difícil detectar que estaba actuando extraño. HaNa soltó un largo suspiro.

—Mira, lo que ocurrió ayer antes de irnos... Nunca debió ocurrir... —comenzó a explicar esta, logrando confundir más a la chica— ya conoces a Kim HoSung, el hijo de la directora, un tipo arrogante y egoísta. Tiene el instituto bajo sus pies y aprovecha para divertirse a base del sufrimiento de los demás. Esta tarjeta roja no es solo un papel de color... Esta cruz... E... eunJi, esto solo significa problemas... El simple hecho de tener esta tarjeta le da el derecho a todos los estudiantes de Ao a dañar al propietario, tanto física como psicológicamente... —EunJi la contempló boquiabierta y luego miró el pedazo de papel. No podía creer las palabras que acababa de oír salir de los labios de HaNa. Definitivamente cada día que pasaba, EunJi sentía que ese instituto era peor. Tragó saliva y tomó el papel rojo para luego mirarlo—. Dime por favor que nadie te vio con ella

𝑵𝑶𝑻 𝑬𝑨𝑺𝒀 𝑻𝑶 𝑪𝑶𝑵𝑻𝑹𝑶𝑳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora