En la habitación con paredes azul y blanco con una planta en la entrada y una pizarra en el frente la maestra se ezmeraba en que sus alumnos le prestasen atención, pero fue imposible, era el último día de clases nadie quería nada de su clase solo querían manchar sus camisas con los nombres de todos sus compañeros de promoción con mensajes de cariño para el recuerdo. Finalmente el timbre sonó y la locura de la tradición comenzó jamás me imaginé que en mi último año de secundaria estaría tan sola que nadie quisiera escribir su nombre en mi camisa «mierda» murmuré en lo bajo no era de extrañar yo hice solo mi último año con ellos y debido a que era sólo fin de semana no tuve el suficientes tiempo de socializar salvo en ocasiones que me pedían la tarea. Salí de ahí sintiéndome levemente invisible en la salida tome mi motocicleta y me dispuse a ir a casa, al llegar no había nadie esa enorme y vacía casa no ayudaba mucho a mi estado de ánimo así que fuí a mí habitación a hacer lo único que me desconecta del mundo «hora de leer» dije, puse un poco de música clásica y comenzé a leer estaba por terminar cien años de soledad; realmente me gusta leer, no me gusta que me interrumpan cuando lo hago, pero recibí un mensaje era del grupo de amigos con los que normalmente me reúno en el parque del barrio para hablar y hacer demostraciones de nuestro talento algunos skey hacen trucos y otros hacemos unos pasos de baile todo sano la mayoría somos chicos de entre 14 y 16 años lo de fumar y las malas formas no van con nosotrose este día habíamos quedado que nos reunimos a la misma hora cosa que se me había olvidado así que di un salto de mi lugar y me preparé para ir, al bajar a la salida me dí cuenta que mi madre había llegado y entonces fuí a buscarla para comentarle que iba a salir, ella estaba en la cocina al parecer llegó tarde del trabajo para ser fin de semana mi madre es dueña de unos restaurantes de comida rápida típica de nuestro país, entre otros negocios, bueno no son muchos solo son 5 pero le dan buenas ganancias por lo cual tenemos algunas comodidades lo cual es bueno ya que mi padre después de divorciarse de mi madre nunca se hizo cargo de nada a lo cual para mí madre es motivo de mucha molestias ya que tuvo que hacerse cargo de mí ella sola aunque uno de mis tíos mayores le ayudó siempre, no económicamente, pero si en cuidarme y ser la figura paterna que yo necesité.
-Hola nap que tal te fue- le dije, nap es como siempre la llamo .
- Hola Eli, no me fue nada mal pero bueno, necesito hablar de algo contigo- ella prefería llamarme con mi primer nombre Elízabeth o el diminutivo de este ya que suele decir que ella fue quien decidió que mi nombre sería ese y que mi padre escogió el segundo quedando así una muy mala combinación Elízabeth Cayetana uff un nombre muy feo para mí gusto.
- sobre qué, es que ahora mismo no puedo necesito salir voy a reunirme con unos amigos- dije
- bueno tampoco es tan urgente lo hablamos después de acuerdo- me dijo pero parecía un poco fatigada.
- De acuerdo, pero ¿seguro que estás bien?- le pregunté
- Si seguro solo es un pequeño dolor de cabeza ya se me pasara-
- Bien entonces, nos vemos luego- le dije para luego retirarme y salir, al salir tome mi motocicleta y fuí rumbo al parque.
Al llegar saludé a todos y pues bueno todo tranquilo hasta que llegó carla una amiga de las más cercanas a ella la conozco de tiempo su madre es muy amiga de la mía así que nos conocemos bastante, Carla tiene el cabello largo ojos marrones y un cuerpo delgado y es muy alta su tez es bastante morena razón para que se acompleje.
- Hola Tana, así que sí viniste-
- Por supuesto, porque no habría de venir- le dije con una sonrisa
- Pues hiciste mal en venir, me dijo-
- Por...?
- Como que por, ella está aquí-
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Como Lo Fue Para Mi
Teen FictionDescubrir lo fascinante que puede ser los sentimientos es una aventura. Cayetana es una chica apasionada que vive su vida bastante al extremo, y qué nunca se ha enamorado, hasta que conoce a Andrea una chica antisocial que tiene miedo de ser demasia...