El día de clases

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Me levanté temprano con los ánimos a tope, hoy iremos a la casa de playa de mamá a la salida «familiar» Ricardo y yo estamos esperando a mamá en el auto cuando de pronto Ricardo salió y me susurró algo al oído.

- Te doy $50 si gritas que te estoy robando a tu mamá - yo sonreí y como si de una orden se tratase subí al auto literalmente estaba sobre el auto y comenzé a gritar como loca desquiciada.

- «Ayuda ese tipo pervertido me quiere robar a mi mamá» - grité lo mismo unas tres veces hasta que salió mi madre muy sonrojada y con ropa cómoda lo cual es raro porque siempre viste tan formal.

- Que haces ahí arriba Cayetana baja de ahí en este momento y que es eso de gritar que me están secuestrado -

- No es secuestrando, es robando - le dije yo.

- Como sea, eso no, está pasando... Yo me voy por mi voluntad - dijo y luego soltó una carcajada.

- Oye me debes $50 - le dije a Ricardo que sacó su billetera y me entregó el dinero, convencido de que o me faltan al menos dos tornillos o no difiero bien sobre la vergüenza y la diversión.

El resto del camino la pasamos escuchando historias de como Ricardo aprendió a montar a caballo y de cómo uno casi le arranca una oreja «no tenía idea de lo agresivos que son algunos caballos» mamá no se quedó atrás también contó muchas historias en especial de como descubrió que yo era lesbiana, lo cual me dió un poco de vergüenza, pero bueno historias son historias, también les conté a detalle todo cuanto hicimos con la abuela y todo lo que me enseñó Rebeca (claro que omití que terminé acostándome con ella) y muchas cosas más, en realidad fue muy divertido todo el viaje la pasé muy bien también hice otro par de apuestas con Ricardo, hicimos castillos de arena y Ricardo tuvo la iniciativa de recojer la basura que había a las orillas del mar, así que mamá y yo le seguimos la corriente también aprendí otro par de cosas sobre la pareja, sobre como se conocieron que aparentemente no fue el día que fuimos al colegio por mi inscripción que por cierto me dí el tiempo de reclamarle a Ricardo el haberme ignorando todo ese día a lo que él muy nervioso se disculpó y en su defensa dijo que la belleza de mamá lo tenía como bobo y que muy apenas y podía formular las palabras y que estaba muy nervioso, quién lo diría y ahora mirenlos caminando de la mano juntos por la playa contemplando el horizonte, yo también quiero un amor así... Algún día, algún día alcanzaré ese horizonte tan hermoso, por lo mientras está felicidad me da suficiente porque si esto no es felicidad no tengo ni puta idea de que más pueda ser y supongo que me basta con ésto podría vivir con más días como este, y no es conformismo es anhelar concebir la vida de una forma tranquila, haciendo el bien sin esperar el universo y sus secretos a cambio y ...

- oye por qué no te metes con alguien de tu tamaño - le grité a Ricardo, estaba tranquila filosofando cuando de la nada escuché un grito de auxilio de parte de mi mamá, ellos estaban haciendo una competencia de cosquillas y al parecer le estaba ganando Ricardo por lo que gritó por ayuda y yo acudí a ella de inmediato.

- Basta si van las dos contra uno es trampa - decía el entre risas y todo eso paró cuando escuchamos un verdadero grito de auxilio, de un chico que se estaba ahogando, tan rápido como lo escuchamos Ricardo y yo acudimos a su rescate, cuando lo sacamos pude verlo mejor y es nada más y nada menos que «el chico de la tarea de literatura».

- ¿Te encuentras bien? - le pregunto Ricardo a lo que él solo asintió, aún estaba muy asustado, pero cuando volvimos a ver una mujer un poco mayor corría hacia nosotros, y lo abrazó, al parecer es su madre.

- Oye, chico de la tarea de literatura ten más cuidado la próxima vez, no creo que a Carlos le agrade la idea de que andes arriesgando tu vida - le dije a lo que él asintió con una tímida sonrisa y muy sonrojado.

Como Lo Fue Para MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora