Mi horizonte

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Soñaba plácidamente que corría por una pradera extensa hasta Andrea que me insistía en que fuera a su lado sonriendo es un hermoso sueño...

- Cayetana, por favor despierta - escuché la voz de Andrea en la lejanía, abrí los ojos para encontrar lo más hermoso que he visto.

- Amor mío, es hermoso, que me despiertes de esta forma o de cualquier otra es hermoso - exclamé abrázandome a ella más, ella se quejó.

- No, no me abraces tan fuerte, me... Me duele todo el cuerpo, ¿Qué rayos me hiciste? Sueltame - dijo tratando de separarse de mí, claro que no lo voy a permitir.

- Perdón amor mío, lo siento, pero no te levantes todavía por favor - ella se quejó aún más.

- Tengo que irme se me hará tarde - dijo suplicante.

- No, por favor si te vas, me sentiré usada - puse ojos de cachorrito.

- Sabes que no, yo nunca te haría algo así - dijo, pero luego se sentó en la orilla de la cama, me distraje viendo su hermosa figura, pero luego se puso mi suéter para que no la viera.

- Entonces quédate conmigo por lo menos a desayunar - ella trató de pararse, pero se volvió a quejar del dolor.

- Mierda Cayetana me duele todo demasiado, no volveré a hacer eso jamás - exclamó, «diablos» no, esto es malo acaba de decir que no quiere volver a hacerlo, debo convencerla que solo es por esta vez que dolerá así.

- No amor mío, es solo porque tú cuerpo aún no se adapta a tanto movimiento así, por favor no me puedes condenar a  nunca más dejarme hacerte el amor - ella se paró y caminó hacia la puerta del cuarto de baño, mi suéter cubre su trasero, diablos y yo que tenía ganas de verla caminar desnuda por la habitación.

- No, y si quieres que desayune contigo tienes que prepararlo tu misma - y sin más entró al baño, yo me levanté a buscar algo que ponerme, debo hacer el desayuno y en sima ella no quiere dejarme tocarla de nuevo, rayos preferiría que me golpeara o algo así, pero eso es demasiado castigo, comencé a murmurar para mí misma.

- Eso significa que probablemente tampoco le gustó, debe pensar que es así de malo siempre, carajo Cayetana siempre haces cosas estúpidas cuando estás con ella eres una idiota, imbécil y pervertida - dije poniéndome una camisa y un shorts corto que casi nunca uso es el único que tengo, estaba por salir de la habitación cuando escuché el grito de Andrea, corrí a ver qué sucedía y la encontré temblando en la bañera.

- Chiquita ¿Estás bien? - ella negó.

- El ... Fría, está fría... Muy fría - dijo temblando y cubriendo su cuerpo con sus brazos, es cruel no me deja verla libremente, la cubrí con una toalla.

- Lo siento, así es como normalmente la uso, déjame y la regulo a una mejor temperatura inmediatamente - ella asintió y se apartó un poco, regulé la temperatura bastante y la volví a ver ella estaba completamente sonrojada tuve la intención de besarla pero posiblemente no quiera ni que la bese.

- Gracias - susurró.

- Te ves realmente hermosa - no pude resistir decirle eso, y acercarme un poco.

- Necesito bañarme, sal por favor - dijo un poco dudosa, pero no tengo más remedio que hacer caso.

- Lo que tú digas bonita, te espero en la cocina para desayunar - me dí la vuelta y salí de ahí en contra de mi voluntad que quería quedarse y besar demasiado a Andrea.
Fuí a la cocina y preparé un desayuno rápido, creo que finalmente tengo un poco de práctica en la cocina, minutos después Andrea salió vestida con una de mis camisas me vió tímidamente llevó uno de sus cabellos detrás de su oreja y sonrió un poco, se vé tan tierna me derrite en serio.

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⏰ Última actualización: May 14, 2020 ⏰

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