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Deslizaba lentamente sus delgadas manos por el telar que cubria su pecho.

Removía sus piernas, hallandose estas al desnudo y el aire libre sin problema, aunque haciéndole sentir extraño ante la mirada de su agresor y su creador.

sєňţımıєňţo 3: vergüenza.

Su rostro empezo a calentarse,mientras su creador buscaba entre una caja grande y alta a la que llamo armario, buscando algo para cubrirle las piernas.

Miro la cubierta que llevaban ambos,leñador y artesano, sintiéndose arder un poco más.

¿era malo andar al descubierto?...

Junto sus piernas lo más que pudo, cerrandolas y presionando la tela que le cubria contra estas.

— Joseph — acudió al llamado de su creador, mirando como este se acercaba a él con prenda en mano y un semblante que no sabía identificar — ¿estas bien? — pronunció con lentitud, y el no hizo nada más que estremecerse.

¿que era estar bien?

— e-eso, creador... — el artesano pareció  Manifestar alegría, placer o felicidad mediante ciertos movimientos de la boca, los ojos y otras partes de la cara, acompañados de la emisión de una serie de sonidos explosivos e inarticulados que no lograba comprender.

Risa.

Después de haberse calmado un poco, este poso su mano sobre sus cabeza, removiendo poco a poco los hilos en esta.

— puedes llamarme Aesop — la vergüenza se apoderaba de él, mientras sus manos parecían quebrarse al presionar la tela con fuerza, más no era así.

Sucedía en su imaginación.

La mano del artista le fue ofrecida, haciendole sentir extraño y que cada pieza de su cuerpo temblará.

Poso su mano sobre la ajena,deslizandola despacio en busca de no lastimar al ajeno.

Fue recibido por un firme y suave tirón, que le hizo levantarse y que la gran,llamada camisa que le cubría se deslizara cubriéndole hasta la división que permitía doblar sus piernas. Haciéndole encrisparse al sentimiento de algo colgar entre estas.

sєňţımıєňţo 4: curiosidad

¿que era aquello?...¿porque no podía controlar esa parte al igual que las demás?

Iba a levantar la camisa para ver,más fue detenido por las manos de su creador, quien cubría sus mejillas en un gran rubor.

— Joseph...tendré que enseñarte muchas cosas — suspiró, mientras le soltaba levemente sin descender al calor que emitían sus mejillas, mirando ahora al leñador — creo que deberías esperarme en el salón por ahora, Naib — pronunció, mientras el otro asentía y se alejaba despacio viéndole con presunción, una sospecha o el recelo de un daño futuro. — muy bien Joseph — ahora le miraba a él, con los labios extendidos ligeramente hacia arriba en un bonito gesto que le hacía encoger los ojos — ahora necesito que me escuches atentamente.

Y así lo hizo.

El creador le enseño,lo que era vestimenta, a como colocársela y cosas que no debía de hacer.

Como mostrar su pecho o entre sus piernas a las demás personas, mucho menos en cantidad.

También, a lo que llamo su cabello, lo hato en lo que le decía era un listón, de color amarillo y muy llamativo ante sus azulados ojos.

Finalmente, coloco en el unos dichos guantes, color blanco según él, unos zapatos color negro, y colorante en sus mejillas y nariz.

Color...color...

¿que eran los colores?

Sentía, tanta curiosidad...

— ya estas listo — el creador le miraba con lo que ahora sabía identificar como alegría, mientras pasaba hacia el algún objeto — esto es un espejo, en el puedes mirarte — lo tomo con delicadeza, sintiendo extraño ante el toque que le daban los guantes.

Poso el espejo frente a él, más no vio nada.

Parpadeo, ¿el creador le había mentido?

Escucho como este expresaba alegría con sonidos que le llenaban el pecho de un suave calor.

Las manos de este se posaron sobre las suyas, haciéndolo estremecerse, y viendo como simplemente giraba el dicho espejo.

— lo tienes al revés — pronunció, haciendo que la verguenza lo abrumara calentando sus mejillas, y produciendo en el aquel gesto de alegría de nuevo — tranquilo, es la primera vez que lo usas — empujo el espejo ligeramente hacía el — mira,ese eres tu.

Miro hacia el espejo, sorprendiéndose ante lo que veía, y mientras el artista soltaba sus manos con lentitud.

Parpadeó variadas veces, hallándose perdido en su apariencia.

¿asi se veia?...

Toco sus mejillas, duras y frías al igual que sus dedos, y se sintió extraño.

sєňţımıєňţo 5: Tristeza

Su semblante se volvía frio, mientras que los lagrimales tras sus ojos empezaban a producir pequeñas gotas de agua que se deslizaban por sus mejillas, y hasta sus labios que apretaba en una fina linea de pesar.

Aesop se asustó, acercándose para alejar el espejo y tomarle de ambas mejillas con delicadeza.

— ¿estas bien? — otra vez aquella incógnita,que no sabia responder.

De sus labios se escapo un pequeño sonido tambaleante, seguido de otros que le producían estremecerse poco a poquito.

Sollozos.

El creador pareció alterarse, tratando en vano de calmarle.

Joseph, no hizo nada más que posar sus manos sobre las ajenas,sintiendolas suaves y cálidas a comparación de las de él.

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— ¿que es estar bien? — pronunció, mientras veía a Aesop haciéndole el corazón estremecer.

"Y,¿porque no me parezco a usted o al leñador?"

Fue la pregunta que ofreció, mientras hipaba en pequeños sollozos tiernos y lastimeros que hacían su corazón delirar.

"¿porque?"

Fue su última pregunta, antes de que le abrazará y le acunara con cuidado, mimando a este hasta que se calmase.

Oh pequeña y triste creación.

Como explicarte a ti, ¿que no eres humano?

քօʀċɛʟaɨռ °•ıԀєňţıţʏ ν•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora