Imaginas CNCO 2

Joel Pimentel #14

Narra Joel 

—Vamos Joel, no andes de aguafiestas —murmuró Erick en mi oído

—Desde un principio les dije que realmente no quería estar aquí —dije tomando de mi jugo y volteando a ver cualquier lugar que evitará contacto visual con alguna de las siete personas en la mesa. El día de hoy había "decidido" salir de fiesta con mis amigos solo que no esperaba me jodieran con una cita cada uno y que intentaran hacerme una. Me lo confesaron a medio camino y lo rechace rotundamente, al parecer la que sería mi cita tampoco le gusto la idea pues aún no aparecía y agradezco eso infinitamente. 

Una chica se levantó con el teléfono en mano simulando una llamada y desapareció de mi campo de visión 

—Sabemos que esto no es precisamente lo que querías hacer en una noche de Viernes pero no necesitas ponerte tan de malas 

—Exacto, aún puedes divertirte tal como querías —le siguió Zabdiel al Juego de Richard. Chris estaba demasiado ocupado ligando con su rubia como para decirme algo. 

No dije nada al respecto, al contrario me quede más callado de lo que estaba y saque mi teléfono buscando en que entretenerme aunque la idea de llamar a alguien que me sacara de aquí apareció en mi mente. Mientras buscaba entre mis contactos sentí un ligero golpe en el hombro. Con un poco de molestia voltee a ver a Erick quien con una mirada me dijo un "voltea al frente" Sin ganas de nada lo hice, poniendo la mejor cara de desagrado que ponía. La amiga de Richard había regresado trayendo consigo a dos lindas chicas 

—Lamentamos la demora, había algo de tráfico —se disculpó una chica de pelirroja que me hacia recordar a la chica de "Valiente". Su amiga la volteo a ver con cara de desagrado pero no dijo nada 

—No hay problema, Salma—contestó Erick— tú debes de ser ____ 

—Quien más si no —respondió con una sonrisa 

—Este mudo de acá con cara de pocos amigos es Joel —me presentó 

—Encantada de conocerte —dijo estirando su mano hacia mi, sin pensarlo dos veces la tome y me puse de pie 

—El encantado soy yo —dije antes de besar su mejilla y le ofrecí mi asiento— ¿Quieres algo de tomar? 

—Un trago de cualquier cosa que contenga alcohol estar bien —respondió dando un suspiro. Sin preguntar nada llame al mesero pidiendo dos tragos de tequila, fuerte pero no tanto, ideal para empezar una platica 

 —Aquí tienes —dije en cuanto llegó. Se lo entregue y lo levante para que hiciéramos un brindis— y dime ¿tienes novio? —pregunte sin rodeos. Al escuchar mi pregunta hizo una mueca de disgusto y dejo de beber 

—No, no tengo novio

—¿Por qué esa cara? ¿he dicho algo malo?

—Malo no, más bien incómodo —admitió— no tiene mucho ni es muy reciente, termine con mi pareja. Resulta que me engañó...con un chico ...mi mejor amigo —tomo el vaso bebiendo todo su contenido 

—Vaya, eso es bastante...

—Doloroso

—Entonces debiste de quererlo mucho —análisis de la situación: aún ama a su ex. Conclusión: alejarme lo más posible 

—¿A él? no realmente, sabía que íbamos a terminar pronto lo que no sabia esque se llevara a ese idiota con él, me dolió mi amigo —la mire buscando alguna pizca de mentira pero no encontre, solo vi un rostro hermoso y unos labios apetecibles que sin duda probaria— ¿qué hay de ti? ¿alguna chica? 

—Acaba de aparecer una que me esta interesando demasiado —dije coqueto, ella solo sonrió y se recargo en la mesa poniendo su mano en la cabeza  

—¿De verdad? Vaya que eso se escucha prometedor —mordió su labio viendo directo a mis ojos

—¿Sabes que más suena como una promesa? —pregunté y ella negó— tus labios, prometen que me haré adicto a ellos al instante que los pruebe, en especial con esa forma de morderlo mientras sonríes 

—No eres nada sutil en el coqueteo —dijo antes de pararse, me extendió una mano para que la tomara. La seguí hasta la pista de baile bajo la atenta mirada de ocho personas sonrientes. La tome de la cintura y ella posó sus manos en mis hombros— ¿Sabes? normalmente no me gustan los coquetos, sin embargo, no negaré que también muero por besarte 

—Bueno, entonces hazlo o lo haré yo —sonrió mordiendo su labio y sin esperar más me lance a sus labios. Eran increíblemente suaves y tenían un sabor a fresa y tequila, simplemente eran deliciosos