Richard Camacho #15

1K 51 2
                                    

Narra Richard

—Papá —me llamó Aaliyah, estaba parado detrás de ella frente a un espejo mientras hacia mi mejor intento por peinarla

Dime, cariñolevantó la vista viéndome curiosa a través de aquel artefacto

—¿Extrañas a _____? —preguntó.
Mis manos se quedaron quietas un par de segundos sin siquiera poder responder, después de un rato la termine de peinar y deposite un beso en su cabeza

—Mentiría si dijera que no, me hace mucha falta

Tambien la extrañoadmitio dándome una sonrisa. La tome er la mano y subimos al coche emprendiendo nuestro camino.
Realmente las palabras de mi hija no me sorprendían pues a sus cortos seis años ya era alguien muy pero muy inteligente sobretodo madura para su edad.

Puse algo de música aunque la mayoría me ponía melancólico.
Pasó poco más de media hora cuando por fin llegamos a nuestro destino

—Buenos díassalude al cuidador quien amablemente nos abrió la puerta permitiendo el acceso. Sonreí en agradecimiento y tomando la mano de mi hija camine por aquel lugar

—Ahí estaanuncio Aaliyah quien corrió a verla.
Me tarde un poco más pues le quise dar un tiempo a solas a mi hija que durante un buen tiempo también fue su hija te traje un chocolate, que eran tus favoritos

Con delicadeza se sentó a un lado y lo dejó sobre la lapida. Mis ojos se dirigieron a las letras doradas que decoraban su nombre, los números con fecha de nacimiento y muerte. Era doloroso aunque habian pasado 3 meses desde que ____ murió.

—No me dijiste que le traías eso

—¿Tambien le trajiste uno? —preguntó cabizbaja intentando mostrar una sonrisa

No realmenteadmiti dejando una pulsera. Como le gustaban las pulseras

Nos quedamos un rato ahí, platicando lo que había pasado en nuestras vidas recientemente. Quizá no era sano hacer esto pero tenia la herida tan abierta que no podía dejar un amor de cuatro años en el olvido tan fácilmente. Esta era nuestra manera de despedirnos de una manera no tan abrupta.

Siempre intentaba disminuir el tiempo que nos quedábamos así que a apenas una hora de haber llegado nos marchamos con la esperanza de que nuestro corazón se separaría pronto.























Tarea, solo diré eso. Lo siento por no actualizar. Estos profesores no respetan la cuarentena y mis planes

Imaginas CNCO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora