Joel Pimentel #18

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Dinámica 2/2

Tengo una duda ¿Cuántos años creen que tengo?

Y bueno. La segunda parte de la dinámica.
Dos nombres de chico que repetí dos veces cada uno.
Pista: empiezan con D y R respectivamente

Narra Rosario

Lunes en la manaña. Primer día de la semana y para muchos, el más tedioso de todos. Lo siento Lunes, no es personal.
El clima estaba frío y la cafetería en la cual trabajo vacía, vacía después de trabajar tres insufribles horas sin parar por las constantes visitas de los friolentos clientes. Me incluía en el grupo de los friolentos pero yo tenía todo el sitio para mi después de que mis dos compañeros se enfermaran.

Tome mi teléfono para distraerme pero este termino cayendo al piso.
Por favor no te estrelles, por favor no.
Aún sentada en el piso revise la pantalla. No le había pasado nada

—¿Hola? —saludo alguien del otro lado del mostrador haciendo que me sobresaltara y me golpeara con el mismo en la cabeza.
Bueno, esta es la historia de mi cabeza abollada y mi mollera sumida

—Buen día —respondí al ponerme de pie con una mano en la zona afectada

—Lo siento mucho, no quise asustarte

—No hay problema... ¿Puedo tomar su pedido?

—Oh claro...yo... Un café expreso y una dona de chocolate —pidió ¿o chocolate caliente? ¿Qué pedirías tú?

—Mi renuncia pero no puedo, necesito el dinero —admiti borrando el pedido— chocolate caliente, conserva mejor la temperatura

—Eso por favor

—Cuarenta pesos —sin decir palabra lo pago con un billete de doscientos. Antes de darle las vuelas habló

—Por favor, guarda el cambio como paga de un favor que pediré —alce una ceja esperando que lo dijera— si lo digo... No espero que lo hagas solo que no me golpees

—Habla ya o de verdad de golpeare

—Mira, estaba caminando a una cuadra de aquí mi teléfono se cayó. Me agache para recogerlo y ocurrió un pequeño accidente

—¿Qué cosa? —pregunte realmente curiosa

—Se me rompió el pantalón —lo mire incrédula hasta que dio media vuelta y mostró el gran corte justo en medio del trasero. Desde aquí podía observar los calzoncillos de corazones de colores y huellas de perro.

No pude contenerme y empecé a reír a carcajadas

Tu-tusno pude siquiera hablar y empeoró al pensar en cuantas personas lo vieron así en lo que llego aquí

—¿Me ayudaras? —con la risa controlada por fin pude darle su cambio

—No puedo cobrarte por dos cosas. Uno, los favores no se cobran. Dos, me acabas de arreglar el día —sali detrás del mostrador para dirigirme a la puerta— ¿me das la hora?

—11: 15 —con eso, en el asombroso letrero que tenia la leyenda "los ovnis nos secuestraron pero nos regresan a las..."  acomode el letrero con 20 minutos de ventaja

Ya vuelvo —anuncie antes de ir por mi mochila y sacar un pequeño pero útil kit de costura— tienes un poco de suerte, mi jefe hizo el rondín temprano

Anuncie acercándome a él

Ven detrás de la barra a menos que quieras que todos te vean quitarte la ropa —deje mis cosas sobre el mostrador para servir su pedido. Al girarme lo encontré sentado en el piso, con las manos cruzadas sobre sus piernas y el pantalón a un lado— lo siento, mi error

Me quite el mandil con el logo del café entregándoselo al igual que su chocolate y su dona

Asi que Rosario —leyó la placa que ahora llevaba él

—Un gusto...

Joelasentí sentandome frente a él para empezar a coser su pequeña desgracia del día

—Entonces te gustan los perros —bromee

¡No era mi plan que alguien más los viera! —se quejo mientras se sonrojaba y yo hacia mi mejor intento por no reír tanto

Si te hace sentir mejor... Mis calcetas tienen diseños desde una rana hasta un gato con todo y orejas —levante la orilla de mi pantalón mostrándolas

—Pero eso es tierno —admitio en un gesto que me hizo olvidar acababa de conocerlo.

Mientras yo hacia labores de costurera él se alimentaba y ocasionalmente me daba un poco de su dona hasta que esta se acabo y tuvo que sacar otra de la caja.
Si mi jefe se entera que un cliente estuvo caminando en calzoncillos por el café seguro me corre, no por la falta de ropa sino por el horrible diseño.

—Como nuevo —dije una vez que terminé de arreglarlo. Mire el reloj de no teléfono. En tres minutos me regresaban los ovnis según el letrero

—Muchas gracias, por todo —me sonrió mientras me entregaba mi mandil

—Oh de nada, fue bastante divertido —le devolví la sonrisa

—Creo que ya me tengo que ir —beso mi mejilla y de la misma manera silenciosa que llegó se fue.
Solté un suspiro dejándome caer sobre el mostrador— Rosario ¿cuándo es tu día libre?

Preguntó asustandome por segunda vez

—El domingo —anuncie con una mano en el pecho. Un tercer susto de esos y me da un infarto

— ¿puedo tener tu numero? —asentí en respuesta anotándolo en una hoja de papel

Bien, entonces ¿te escribo para salir a comer? —asenti sonriendo

Claro y tranquilo, yo llevo el hilo y la aguja —bromee antes de que entrara otro cliente robándose mi atención. Con un gesto se despidió con la promesa dicha de un futuro encuentro.







Ross, cuando pueda lo mejoro lo juro❤❤ mientras espero que te guste ❤

Imaginas CNCO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora