EPÍLOGO

684 73 4
                                    

YoonGi sonreía levemente mientras terminaba de oler todas y cada una de las flores de aquella florería cerca de casa. Tomó el mejor ramo de rosas blancas que pudo encontrar y después de pagarlos salió de la tienda.
Caminó entre las transitadas calles de Seoul y después de unos largos minutos llegó a ese oscuro y lúgubre lugar... El cementerio. Hoy se cumplía exactamente 1 año de la última vez que vió a Jimin, y unos meses más de la última vez que escuchó la escandalosa risa de SeokJin.

Cerró sus manos con fuerza alrededor de las flores apenas llegó a las tumbas de sus amigos.
"Park Jimin... Kim SeokJin... Descanse en paz". Suspiró con tristeza y se inclinó hacia la lápida del chico que siempre se comía su almuerzo en los recesos, pero que siempre se preocupaba por que llegara salvo a casa.

-SeokJinnie...- Apenas murmuró ese nombre, su voz se quebró y sus ojos lagrimearon; no pudo evitar escuchar la voz de SeokJin gritando "Soy tu mayor, háblame con respeto". -SeokJinnie... Te extraño mucho... Quisiera que estuvieras aquí, conmigo...- Dividió el ramo en dos y colocó una mitad en el cemento lleno de flores y recuerdos. -¿Por qué no compré un sólo ramo para ti?- Sollozó, aún dolía escuchar la voz de SeokJin respondiendo sus comentarios o preguntas en su mente, detestaba sentirlo tan cerca y saber cruelmente que él no estaba ahí. -Seguramente piensas que mereces más rosas... Y lo sé... Pero... Éste ramo es una muestra de mi corazón... El cual sólo se divide en ustedes dos...- Se dedicó a sonreír lo mejor que podía mientras se levantaba para ir a la lápida de Jimin. Se hincó frente a ella y sonrió tristemente.

-Ji-Jiminnie...- Sollozó. Por más que quería hablar el nudo en su garganta no se lo permitía. Su corazón temblaba de dolor, dolía, y mucho. Si ya se sentía miserable después de dejar el ramo de rosas blancas en el lugar de SeokJin, hablar con Jimin le hacía sentirse aún peor.
-Ji-Jiminnie... P-Por favor no me odies...- sollozó. -Yo... lamento mucho lo que pasó... si tan sólo... Si tan sólo hubiera leído los mensajes a tiempo... Y-Yo habría podido... Podría evitar que tú... -Finalmente su garganta cedió. Las lágrimas caían sobre el duro cemento que ocultaba aquella arena removida para enterrar el ataúd. Su garganta se sentía seca y el doloroso nudo en ella le impedía continuar hablando.
Respiró por unos segundos y consiguió continuar su monólogo,  aunque su voz era más raposa y lastimera.
-Sé que soy un idiota y... Que por mi culpa no pudiste escapar... Aunque tus padres digan que fue culpa del taxista... Sé que si hubiera respondido a tiempo tus mensajes, yo podría haber pedido ayuda... Lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso... Lamento que, hayas confiado en mí para gritar auxilio y yo no pusiera atención... Si me hubiera ido contigo... Si yo hubiera huido a tiempo del profesor, seguirías aquí... Siento mucho que tu último suspiro lo dieras con la idea de que yo te ayudaría... y si no he muerto es porque apuesto a que ustedes quieren que siga con vida y viva por ustedes... Si yo intentara suicidarme para correr a tomar sus manos... Seokjin hyung me gritaría mucho y tú te sentirías culpable... así que por eso sigo aquí, porque viviré por ustedes y... Tendré la vida que ustedes querían para mí...- Se levantó del suelo después de dejar la otra mitad de las rosas y suspiró,  tallando sus ojos y limpiando la tierra de sus rodillas, fingiendo escuchar a SeokJin gritarle que su imagen era deplorable y que siempre debía verse bien, como habituaba a hacerlo cuando YoonGi llegaba somnoliento a clases.
Miró ambas lápidas y evitó seguir llorando, quería demostrar que sería feliz por los tres y que cumpliría sus sueños como ellos habrían querido.

-Nunca olviden que... los amo con mi vida y... algún día nos reencontraremos... Espero no sea pronto... Tardaré un poco en volver a vernos, pero cuando lo haga, verán que habré tenido una buena vida y cumplí mis metas como siempre han querido...-
Levantó la mirada y sonrió por última vez, antes de darse la vuelta y caminar a pasos lentos hacia la salida del cementerio. Mientras caminaba, cada recuerdo alegre junto a sus amigos se repetía en su mente, haciéndolo sentir nostálgico y triste, haciéndolo tener una sensación de desamparo, notando que ahora estaría más solo que antes... pero detestando más la idea de pensar que mientras dos familias sufrían viendo fotos de aquel familiar que se hallaba enterrado... Y una madre lloraba desolada por la crueldad que su hijo había vivido... Existían hombres crueles que no sentían ni una pizca de remordimiento, que no recordaban el daño hecho y nunca pagarían por sus crímenes ya que la policía no hacía nada por remerdiarlo.

Finalmente,  llegó a casa, subió a su habitación y suspiró,  viendo la foto en su estantería,  aquella donde yacían tres chicos sonrientes, pero a los cuales dos de ellos les arrancaron su sonrisa, sólo por vivir... En un maldito mundo podrido.

¡Y hemos llegado al final de la primera temporada!
Lo sé,  lo sé,  me tardé mil años, no daré excusas, sólo que; saben que la cuarentena y la clases en línea no se llevan bien,  jajajaja.

Gracias a todos por su apoyo, de verdad que me alegra que muchos estuvieron aquí desde el principio y otros que llegaron ayer aman la historia con la misma intensidad que yo. ¡Un gran abrazo a todos!

También gracias por los 100 subscriptores uwu esta familia cada vez crece más,  y me alegra saber que estos 100 integrantes son gente que reconocen la crueldad y realidad del mundo, por lo que aceptan mi trabajo y no lo critican pidiendo finales felices o enojandose porque no era lo que querían y les agradezco mucho por eso. Seguiré esforzándome y trayendo historias del mismo nivel.

¡No olviden que habrá segunda temporada con los integrantes de TXT, así que esperenlo!

Posdata: Ya hice un comentario al respecto sobre porqué no debes venir a gritarme que TXT son niños y no debo usarlos en historias trágicas, así que por favor ahorremonos disputas.

¡Eso es todo por hoy y no olviden que l@s amo demasiado! Hasta la siguiente historiaaaaa ♡♡♡

=^•^=



UN MUNDO PODRIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora