Mientras preparo los cafés,escucho a Dilan como se mueve por el living,seguro que busca con que entretenerse,por desgracia para él no tengo fotos familiares ni nada parecido,eso lo tire todo hace bastantes años;incluso la pieza que era de mis padres ahora es un mini GYM.
Ahora puedo escuchar la tele,este tipo se toma demasiadas libertades,me hace recordar a alguien de pelo castaño y grandes ojos marrones.
Con cafés en mano entro al living y,efectivamente,lo encuentro viendo un canal de música.
-Muchas gracias.-pronuncia luego de recibir su bebida y darle un pequeño sorbo.
-De nada. Pero ahora vamos a dejarnos de tanta estupidez y me vas a decir porque me besaste y sobre todo como es eso de que soy ”tu amor”...-lo enfrento poniendo la taza en la mesa ratona y mirándolo seriamente.
-Es así,tan simple como suena,es que lo sos.-me dice tranquilamente,sin dejar de mirarme a los ojos por un segundo. Vuelvo a sentir esa corriente eléctrica que me atravesó el cuerpo cuando sentí sus labios sobre los mios.-Lo sentís¿verdad?esa corriente por tu cuerpo,esa necesidad de juntar nuestros labios,de tocarnos hasta sabernos de memoria cada centímetro anatómico el uno del otro...
¿Como es posible?
-¿Como es posible que sepas todo lo que me esta pasando ahora?-la pregunta formulada en mi cabeza salio de mi boca hecha casi atropelladamente. Necesito respuestas y las quiero ahora.
Dilan solo rió por lo bajo negando con la cabeza gacha,como si solo él estuviera escuchando un chiste al que le dio gracia.
-Después de tantos siglos y décadas seguís siendo igual de despistada que siempre...-comenta con un brillo de nostalgia en los ojos que logro ver porque vuelve a mirarme.
-¿Décadas?¿siglos?...¿y porque me decís despistadA?¡¿cuando sabes perfectamente que soy un hombre!?-le digo agarrándolo por su remera,acortando la distancia que tenemos y mirándolo fríamente a los ojos.
-No hace falta que arrugues mi remera para poder estar más cerca mio mi amor,solo tenías que decirme que me acerque y listo-bromea rozando su nariz con la mía. Ese simple tacto de su parte hace que mi cuerpo reaccione ardiendo poco a poco desde adentro para afuera,como un volcán que esta por hacer erupción. -Me parece raro verte en el cuerpo de un hombre,sobre todo cuando implementas su fuerza,pero aún así me seguís gustando...incluso creo que más.-me susurra en el oído.
Nos separamos un poco y yo apoyo mi cabeza en su pecho,apuntando mis ojos a su pecho pero sin verlo realmente. Solo intento comprender algo,pero no lo logro,el dice pero no dice nada.
-No te entiendo,podes hablar más claro.-le pido sin dejar su pecho,incluso todavía sigo agarrado a su remera.
-Es simple. Nosotros somos algo así como inmortales,por décadas hemos estado reencarnando en diferentes personas para cuidar de este mundo;por cada reencarnación teníamos poderes distintos. En un principio fuimos creados para enderezar en camino del ser humano;nos temían y por ende nos respetaban,así logramos tenerlos en un rumbo firme y seguro por varias siglos,pero luego dejaron de creer en nosotros y nos olvidaron. Hoy en día se habla de nosotros como algo mitológico,una fantasía,un cuento para ir a dormir...-me comenta acariciando mi cabeza como una madre haría con su hijo cuando le cuenta historias. Su voz se volvió grave y profunda,perfecta para que pueda relajarme mientras lo escucho.-Al ser inmortales,no es como todos piensan,nosotros si moríamos,pero reencarnábamos una y otra y otra vez. Siempre fuimos nosotros dos y siempre uno recuerda las vidas pasadas mientras que el otro no. Estamos destinados a estar juntos por los siglos de los siglos si queremos ser mortales como el resto;estando juntos es de la única manera en la que nos anulamos mutuamente para poder vivir tranquilos. Por alguna extraña razón que desconozco esta vez reencarnaste en un hombre,pero eso no importa,porque seguís atrayéndome como la primera vez.-termina de decirme para luego agarrar mi cabeza entre sus manos delicadamente y darme un casto beso en los labios. Cierro los ojos y me permito disfrutar de esos milisegundos que dura el dulce sabor de su boca sobre la mía.
