—Ahora estoy perdió—
— Estoy perdido —
La serie de aplausos resonaba llenando el espacio antes ocupado por la pieza que tocaba Fyodor — Expías mi culpa — volvió a decir el sujeto mientras atravesaba las butacas llegando hasta el proscenio, de un salto subió por completo al escenario y se acercó a Fyodor — Es hermoso Dos kun — susurro cerca de su oído.
— ¿Te gustó Nikolái? —
— Es diferente a todo lo que has hecho hasta ahora, es sublime —
Fyodor retiró su chelo de sus piernas y se levantó poniendo distancia entre él y Gogol — Me alegra, lo hice especialmente para Dazai kun — comentó el ruso con una sonrisa angelical llena de malicia — ¿Crees que lo entienda? — Gogol simplemente se sentó en el lugar que ocupaba Fyodor y le regresó la mirada, pero a diferencia de la del azabache su sonrisa era melancólica.
— Oh, claro que lo hará — continuó Fyodor — Dazai kun es especial —
— Eres cruel Dos kun... ¡Pero! — Gogol se levantó con energías renovadas — No esperaba menos de un amigo tan cercano —
— ¿Amigo? ¿Somos amigos Nikolái? —
— ¡Por supuesto Dos kun! ¿Qué más podríamos ser ahora que has encontrado a alguien a quién amar? —
— Ya veo —
— ¡¡¡Si!!! Es por esos que debes recordad que no hay nadie más que te entienda y te aprecie como un buen amigo — respondía Gogol mientras hacía lo que parecía un acto de presentador de espectáculos moviendo su capa al redero de Fyodor y terminado con una reverencia, quedando de rodillas ante el ruso — Aunque, me pregunto si será igual para ellos... — dijo en un susurro apenas audible.
La pesada mirada de Fyodor hizo volver en sí a Gogol. El azabache por su lado, tomo entre sus largos y blanquecinos dedos el mentó del otro para levantarlo y hacerlo quedar frente a frente penetrando con esos ojos violáceos a través de la carta que tapaba el ojo derecho del contrario y poder descubrir que fue lo que había murmurado, en lo que parecía ser uno de los desvaríos del payaso — ¿Ellos? — pregunto.
— Ups... ¡Me atrapaste Fedya! — volvió a actuar Gogol tomando la mano del otro acercándolo más a él atrapándolo por completo en un abrazo, quedando convenientemente a la altura de su cuello, ideal para que el otro escuchara su petición que abandonaba los labios de Gogol como un suspiro de anhelo — Pero sabes, aunque seamos buenos amigos, podemos hacer más cosas, cómo... — Gogol se separó de golpe quedando frente a Fyodor, instintivamente buscando los labios contrarios que correspondieron y permitieron la intrusión del otro.
Dejándose llevar por la memoria corporal y el deleite de los recuerdos resurgiendo poco a poco Fyodor se permitió ceder un poco más ante la presencia de Gogol, despejando su mente quedando en completa merced del ruso.
— Como una despedida — pronunció Nikolái cortando con ternura el beso.
Completamente compuesto, sin perturbación alguna Fyodor asintió — Nómbralo —
— Quiero dos cosas, la primera es que, en el concierto de mañana, toques esta pieza — Gogol sacó de su capa unas partituras que le entregó — El director y el resto de la orquesta ya están al tanto, sólo falta la estrella principal —
Fyodor tomó las hojas junto con su chelo— ¿Y la segunda? — preguntó mientras bajaba del escenario.
— Quiero que al terminar el concierto te quedes conmigo —
— ¿Y después? —
— Después me perderé de vista y seré libre cómo un pájaro —
Fyodor asintió con una sonrisa adornando su rostro y salió del recinto.
Al extremo opuesto del escenario escondido en la cabina de luces y audio Dazai observa la escena que habían recreado los rusos.
— Es extraño ... — dijo el suicida hacia su acompañante — No estoy especialmente molesto o inclusive herido —
— Dazai san —
— Supongo que estamos por encima de tan mundanas emociones —
— Dazai san tengo un mensaje de parte de Chuuya san —
— Akutagawa kun ¿Cuál era mi relación con Chuuya? —
— Ustedes... eran compañeros —
~ Ahora estoy perdido ~
~ Muñecas arruinan la carne picada de las pupilas ~
~ Enviado a los más ancho del brazo ~
~ Los ganchos han hurgado sus costras ~
~ Donde los lobos se esconden en compañía de hombres ~