Totalmente despierto Dazai intentó reconocer su alrededor, no estaban en su departamento ni en la agencia, y su mente estaba borrosa y sus recuerdos eran confusos.
Recordaba haberse encontrado con alguien y después llegar a la cafetería y voces, reconoció la voz de Atsushi y Ranpo, pero no podía distinguir que decían, cerró sus ojos en un intento de hacer coherente las imágenes que aparecía como flashes en su cabeza, un recuerdo en específico causó que se tensara e intentara incorporarse, recordaba haber visto a Fyodor ensayando en el teatro, de hecho era lo único claro en su mente, cada movimiento que el ruso había hecho.
Dazai abrió de golpe sus ojos.
— No abras tus ojos, permite que te explique que no tenga prisa —
— Pero ...
— No importa que tengas algo mejor que hacer —
— No es eso...
— No importa que no merezca más tu atención —
— ¿Dos kun qué pasa? —
— Permite que te dedique la última línea —
— No importa que te disguste esta canción —
— Así si me dejas, no te dejaré de querer —
Dazai se sintió desvanecer una vez más mientras una sensación de adormecimiento lo recorría y abrazaba sumiéndolo en un sueño.
Despertó con los rayos del sol atravesando la ventana de la habitación ya era de día, se removió un poco y sintió que estaba sobre una superficie muy suave y blanca, demasiado cómodo para su gusto, una sensación de malestar lo invadió, pero no intentó moverse más, simplemente observó el espacio, estaba sólo y a diferencia de las veces anteriores en las que Fyodor lo había puesto a dormir, Dazai podía recordar un par de cosas, sin embargo, el sentimiento de desolación que lo había hecho buscar en primer lugar al ruso, estaba más presente que nunca, desatándole un ataque de ansiedad.
De repente, la imagen de Fyodor en los brazos de ese otro hombre regresó a su mente, provocándole un mareo intenso, Dazai sintió su sangre pesada y caliente recorriendo su cuerpo, se sentía atrapado, algo no estaba bien, y la simple idea de Fyodor alejándose de él, le causaba dolor.
Mareado se levantó y comenzó a buscar una salida de la habitación, abriendo la puerta salió a un gran pasillo que recorrió cada vez más rápido hasta correr, el dolor que sentía le oprimía el pecho y le dificultaba la respiración. Dirigiéndose hacia la primera desviación que vislumbro en aquel pasillo, se precipito en lo que parecía la sala, encontrándose con la figura del ruso, Dazai corrió y abrazo a Fyodor por la espalda, tranquilizando su respiración tomando grandes bocanadas de aire se aferró al otro.
— Dazai kun — llamó Fyodor — ¿Qué pasa? — el ruso sonreí complacido.
— Yo — intentó Dazai controlar la resequedad que sentía en su garganta — No me siento bien —
— No tienes que fingir conmigo, Dazai kun, no tienes que hacer nada más que quedarte a mi lado, yo arreglaré todo —
En definitiva, no estaba bien, algo con Fyodor no se sentía correcto, a pesar de sentir las caricias que el ruso tan vehementemente le proporcionaba, Dazai seguía sintiéndose frío, no podía sentir confort, ni cariño, no se sentía igual que antes, o tal vez nunca se había sentido así con el ruso, porque lo que buscaba no era a él.