Capitulo - 91

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Jungkook miró con atención la escena frente a sus ojos. Eran al menos las cinco de la mañana y hace poco su alfa tuvo que levantarse para poder calmar el llanto de su hermoso bebe. Lo había traído a la cama para poder abrazar a sus dos cachorros. Jeon mantenía los ojos abiertos, frente a frente con el alfa, observando a los dos amores de su vida dormir, respirando tranquilamente mientras los primeros rayos del sol salían. Un frío tremendo colándose por los rincones de la habitación.

Una enorme cobija bien calentita cubría el cuerpo de los tres, tanto alfa como omega desnudos y un cachorrito en medio de ellos, la mano del mayor buscando instintivamente el cuerpo de su omega. Todas las noches desde hace tres meses, Jimin siempre abrazaba a Jungkook, como si alguien fuerza a llegar a quitárselo, lo abrazaba como si fuera a irse lejos y ese fuera el último día. Pero no, ya nada de eso, ahora era sólo su omega y su pequeño. Los tres juntos. Los orbes del menor observaban con cuidado cada facción del alfa. Miraba las pestañas de Jimin, sus labios, sus cejas. Miraba a su hijo al mismo tiempo, buscando algo en lo que pudiera relacionarlo, no sabía en qué, pues en serio había heredado más de Jungkook que del alfa.

No supo cuántos minutos pasaron exactamente, pero sí supo que Park ya había despertado y ahora lo estaba viendo con una sonrisa. El alfa llevó una de sus manos a la mejilla de Jungkook para poder acariciarla con su pulgar. El omega sonrió buscando más de ese tacto, acercándose hasta casi aplastar al pequeño que estaba en medio de ellos. Dejó salir un suspiro placentero y cerró los ojos, sintiendo lo pesados que estaban por casi no haber dormido.

—Buenos días. —y de alguna forma Jungkook amaba la voz de Jimin en las mañanas, totalmente ronca, tenía que aclararse la garganta para poder hablar normal.

—Buenos días. —correspondió el saludo. Se acercó hasta los labios de Jimin alzando su cuerpo para lograrlo. Park lo tomaba de la mejilla.

—Vamos a salir con los chicos hoy. —dijo Jungkook acariciando el pectoral de Jimin.

—Lo que mi rey quiera. —contestó subiendo la cobija que llegaba a la cintura del omega, no quería que tuviera frío.

No dijeron nada, ellos con sólo tenerse al lado era más que suficiente. Sus actos hablaban por sí solos. Entonces el alfa puso su atención en su hijo, sus ojos brillaron y comenzó a darle caricias, besar sus mejillas más de una vez, amaba a ese pequeño, amaba el hecho de que se pareciera a Jungkook en todo el sentido de la palabra. Joder, él amaba a su hijo tanto como amaba a su omega. Jimin subió a Jung a su pecho para poder acercarse a Jungkook, quien no dudó en acurrucarse en el cuerpo del alfa, abrazándolo por la cintura y disfrutando de sus dos hombres.

—Quiero otro. —dijo Jimin de la nada, Jungkook se carcajeó con fuerza, corriendo el riesgo de despertar a todos. Park besó sus labios antes de abrazar con su brazo tatuado a su hijo, permitiéndole ver al omega el tatuaje de la "J" que se había hecho el día después de la boda.

—Yo también. —dijo Jungkook con una sonrisa.

Park lo atrajo para besarlo con amor, sólo con eso. Tener a Jungkook había sido lo mejor que le había pasado, el omega le había complacido en todo desde el primer día, lo enamoró de una forma tan profunda que ni él mismo todavía lo creía.

Por ahora el alfa lo quería sólo para él, así que se levantó a dejar a Jung en la cuna y observar a Jungkook con su típica expresión de enamorado. De cierto modo el omega amaba la tranquilidad del alfa, podía pasearse a simple vista por todos lados que no le importaba. Quizás esa costumbre sí se la había pegado Jimin, pero contrario al alfa, él no lo dejaba cruzar la puerta a menos de que tuviera una pantaloneta o un camisón cubriéndolo. Su instinto alfa le prohibía rotundamente que alguien más viera a su omega en un estado tan íntimo y vulnerable.

Don't You Hurt Me Jikook (Adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora