Capitulo - 95

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Luego de haber disfrutado de todo lo que les podían ofrecer, llegó la hora de ir a su habitación. La noche era pacífica, perfecta para la ocasión. El alfa sonrió al ver a su omega en la cama viendo la televisión, luego comenzó a quitarse la ropa, por instinto Jungkook llevó sus ojos al cuerpo del mayor.

—Vamos al baño amor, el jacuzzi nos espera. —dijo Jimin con una sonrisa. El omega se frotó un ojo antes de ponerse de pie en silencio e imitar a su alfa.

Caminaron por la enorme habitación hasta llegar al baño. Park venía detrás de Jungkook; tomando su cintura con sus grandes manos, guiándolo hacia la mini alberca. La noche era serena y tranquila. Jimin miró con una sonrisa a su omega quitándose la única prenda que tenía. Quizás sí amaba a ese castaño descarado, había hecho a Jungkook un pequeño maniaco a la libertad y odio a la ropa. Mejor para él.

Una vez desnudo, el de ojos cafés se dio el gusto de inspeccionar absolutamente todo el cuerpo del alfa. Miró desde sus pies hasta su cabeza. Jimin sonrió y llevó su mano a su pene y dio unas ligeras apretadas viendo como a Jungkook se le dilataban los ojos. Al menos estaba logrando el efecto que quería. El omega se relamió los labios con una mirada hambrienta, no lo culpaba, no habían tenido relaciones en un buen, pero buen, tiempo.

—¿Te gusta lo que ves? —dijo gracioso caminando dentro de la tina. Jungkook asintió con una sonrisa que se le hizo tierna al alfa.

—Me gusta todo lo que eres. —admitió acercándose a Jimin para poder abrazarlo. Luego de los labios de Jungkook, la forma en la que el omega hacía sentir al alfa con sus abrazos era lo que más amaba el rubio.

Park lo sentó en sus piernas, besándolo por un largo rato, no eran necesarias más de tres palabras. Jimin lo besara tratando de transmitirle lo que quería hacer y cuanto lo amaba con sus labios. Jungkook mantenía sus manos en cada pectoral del alfa, enfocado en la dominancia que ejercía esos sabrosos labios. Comenzó a moverse de forma circular sobre el pene de Jimin, despertando una potente erección en segundos. Grande, eso era, el omega le gustaba todo el tamaño del moreno; grande y sabroso. Ese era su gusto en secreto, disfrutar de lo dotado que estaba Park.

Las manos de Jimin se colocaron en la cadera del omega, estiró un poco una para poder alcanzar el jabón, pegarlo al pecho del castaño y comenzar a lavar mientras se mordía el labio, que ya tenía un poco rojo e hinchado por las mordidas de su omega. Jungkook pasaba sus pulgares por la piel de Jimin. Se encontró con un tatuaje que parecía su nombre pero en griego. La forma era rara y estaba situado justo en el pectoral derecho del alfa. Park se enderezó para poder dejar sentado a Jungkook sobre sus piernas y tener más acceso a su cuerpo. Una vez lavado todo su cuerpo, el ojimiel hizo lo mismo con su alfa, procurando lavar cada centímetro de esa tersa piel que amaba. Pero le parecía divertido que Jungkook no dejara de mordisquear su cuello.

Pobre alma inocente. No sabía que hoy comenzaría un lindo ciclo.

—Quiero sentirte, quiero hacerte mío. Desde el nacimiento de Jung no tenemos nada, ¿cómo crees que me siento? Es una tortura no poder anudarte. Quiero... hacerte mío completamente. —dijo Jimin en el oído de Jungkook. Un escalofrío placentero le recorrió todo el cuerpo y asintió buscando el contacto de su alfa. Más que nada sentir el miembro del mayor.

—Hazlo alfa, haz conmigo lo que quieras, eres el único en quien confío. —Jungkook sonrió y lo besó.

Un pequeño grito salió de sus labios cuando toda la longitud del alfa se coló por sus anillos lentamente, siendo el agua el único tipo de lubricación que recibía por el momento. Sintió su cuerpo temblar por el placer que lo recorrió cuando Jimin se movió buscando una mejor posición, meneando su pene inconscientemente en su interior. Al final quedó en el pequeño espacio que el jacuzzi tenía para sentarse, el alfa colocando sus rodillas en el fondo de la tina para poder entrar en él con delicadeza y lentitud. Tenía la boca semi-abierta junto la mirada gacha, Jungkook estaba tan apretado, tan perfecto, estrecho, en espera de su nudo. Podía sentir su glande abriendo paso, cada pared abriéndose y rodeando con delicioso lubricante natural su pene.

Don't You Hurt Me Jikook (Adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora