Capitulo - 92

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El omega se acercó con una sonrisa y se arrodilló a la altura de la cama, donde el cuerpo del alfa estaba esperándolo. Min Ho se relamió los labios al ver el trozo de carne bajo la prenda roja de Jin. Kim sonrió y se acercó a la orilla de la cama, sintiendo los dedos del menor tantear el elástico del bóxer. Alzó un poco las caderas para darle más accesibilidad. Sonrió al ver a su omega tomar el glande entre sus dedos antes de rodearlo completamente. Jin apretó los labios con fuerza, la lengua del omega comenzó a lamer sus testículos lentamente. El alfa se acostó en la cama, atrayendo a Min Ho junto a él, acariciando la entrada de éste mientras que el menor se entretenía ahora con su glande.

Desde el principio había amado tener relaciones con Min Ho, cuando estaba en celo o simplemente quería un buen revolcón, el único en el que siempre pensaba era en él. Nunca entendió el porqué de su alfa lo había escogido, tampoco es que se quejara, pues él era un omega muy lindo, sumiso y cariñoso. Se dejaba someter sin protestar y eso le encantaba a Jin. Quién diría que terminarían juntos.

Porque así lo quería el alfa, estaba seguro completamente de lo que estaba a punto de hacer.

Atrajo al pequeño debajo de su cuerpo para poder ver la entrada de Min Ho. Ya estaba liberando lubricación de su cuerpo y el alfa se estaba drogando con las feromonas de excitación que pegaban como pequeñas ráfagas contra su nariz. Jin besó los testículos de Min Ho lentamente, escuchando el gemido bajito de su omega al hacerlo, la nariz del castaño pegando en la erección del menor.

-Precioso. -murmuró sin despegar sus ojos cafés del rostro sonrojado del omega. Min Ho se restregó un poco hacia arriba.

-Jin...-gimió bajito. Necesitaba que su alfa lo llenara. El nombrado tomó su pene y comenzó a restregarlo contra el lubricante natural que emanaba Min.

-¿Me amas, Min Ho? -preguntó contra los labios del pequeño. -Dime lo que sientes por mí...

-T-Te amo mucho Jin... quiero que seas mi alfa para siempre... quiero tener tus hijos en mi interior... quiero compartir contigo lo que me queda de vida...-dijo sin verlo a los ojos.

Gimió cuando Jin entró de improviso, disfrutando de la sensación al ser penetrado, su cuerpo liberado más lubricante, si es que era posible. El alfa se quedó quieto hasta que su pene desapareció por completo. Las bolas del castaño chocaron contra las nalgas del omega, provocando que ambos gimieran.

-Eso vas a hacer. -habló luego de un momento, comenzando con las embestidas.

Los dedos del menor se aferraban a la espalda del alfa; éste por su parte se encargaba de disfrutar como Min Ho se abría para que pudiera deslizarse en su interior. Kim colocó sus brazos a cada lado de la cabeza del omega, dejando que el rebote del colchón ayudara a mover el cuerpo del omega contra el suyo en un movimiento placentero.

Atacó los labios del omega con una sonrisa al escuchar su nombre salir repetidas veces de esos labios que le encantaban, como si el aire le estuviera faltando al pequeño. Comenzó a lamer y succionar el cuello del omega, sintiendo el orgasmo formarse. Aprovechó que Min Ho arqueó su espalda para abrazarlo por la cintura, liberándose con fuerza, tiras de espeso semen llenando el interior del pelinegro, recibiendo el nudo de Jin.

Pero de pronto sintió algo más; unos dientes clavándose en la profundidad de la carne de su cuello. Abrió los ojos como platos, al igual que la boca. Una mezcla de placer, más allá de que alguna vez había experimentado, junto al dolor, se instaló en su cuerpo. Jin tenía la boca encajada en su cuello, sentía la sangre salir de la herida y sus ojos liberar lágrimas de ambos sentimientos combinados. Maldición, sí.

Kim Seok Jin lo había marcado, lo había mordido.

Estaba inmóvil, estaba como un muñeco, con las piernas abiertas, sus brazos sin fuerzas a cada lado de la cama y el cuello estirado hacia la derecha. Su alfa en su interior y aprisionándolo con sus fuertes brazos, no podía emitir ni un solo movimiento mientras que los dientes del alfa estuvieran encajados en su carne. Al cabo de unos minutos sintió como lentamente el castaño desencajaba su mandíbula y la lengua de Jin lamer la herida muchas veces.

Min Ho buscaba con sus ojos, tratando de peguntarle con la mirada qué fue lo que acababa de suceder. Jin le sonrió con amor y sopló ligeramente la, ahora cicatriz, en el cuerpo de Min Ho, amando como se deshacía en espasmos.

-Ahora eres mío, para siempre. -dijo el alfa, y el omega sintió su corazón explotar de felicidad.

El lazo había comenzado entre ellos, ahora estaban enlazados de por vida.

♦♦♦

Jungkook abrió sus ojos lentamente. Se sentía bien, se sentía de una manera que nunca lo había hecho. Siempre tuvo un vacío en su corazón, pero ahora, ahora era sólo felicidad. Tenía un alfa que lo amaba, un hijo de Jimin y una linda familia que lo aceptaba.

Llevó su mano a su vientre, acariciando la cicatriz que había quedado impresa en su cuerpo desde hace tres meses. Hizo un puchero, no le gustaba como se veía, pero luego su alfa le decía que se veía igual de precioso, además, Jimin le gustaba acariciar esa zona y decirle que era una marca por lo valiente y fuerte que había sido.

Salió de la ducha con una toalla rodeando su cintura. Sonrió al ver a los dos amores de su vida acostados. El cachorrito acurrucado en el brazo del alfa mientras que continuaban durmiendo.

-Levántense dormilones. -dijo con una sonrisa. Como si fuera a su llamado, Jimin abrió los ojos con una sonrisa al ver a su omega. Pegó su mejilla llena de barba en la de Jung para acurrucarlo.

Park se mordió el labio al ver como Jungkook se daba la vuelta para quitarse la toalla y agacharse para abrir un cajón y sacar un bóxer. Mordiéndose el labio para esconder su sonrisa al escuchar el gruñido de protesta del alfa.

-No, no. -dijo el mayor con el ceño fruncido. Jungkook se había sentado a la orilla de la cama. Pronto sintió los dedos del alfa en su cintura y Jimin lo atrajo a su pecho, ya que se había sentado dejando a Jung acostado. -Esto me gusta más así.

Lanzó la prenda donde primero cayera. Colocando su mano en la entrepierna del omega y la otra acariciando su pecho.

-¡Jimin! -dijo conteniendo la risa.

-Te amo tanto pequeño Kookie. -besó su mejilla sonoramente. -Te amo tanto Jungkook, no sabes cuánto. Joder, pensé que iba a morir sin decir esas palabras. -ronroneó en el oído del menor. -Siéntete afortunado.

-Mmm... voy a pensarlo. -bromeó mordiendo la mandíbula del alfa juguetonamente. Jimin gruñó, volteó el cuerpo del castaño para quedar frente a frente y capturar los labios de Jungkook en un beso posesivo pero tierno.

-Voy a nalguear ese lindo trasero si no me dices que me amas en los próximos segundos.

-Amo cuando juegas de rudo. -se burló acariciando todo el abdomen del moreno. Park volvió a gruñir intentando lucir intimidante pero ya Jungkook no se lo creía. -Te amo, grandote.

La mano de Jimin se estrelló en la nalga de Jungkook un poco fuerte. Jeon no se inmutó si quiera, ya estaba acostumbrado a eso.

-Vamos a ir a Costa Rica en nuestra luna de miel. -sonrió el alfa. -El lunes.

-P-Pero... y ¿Jung? -dijo viendo instintivamente a su hijo.

-Tae Hyung se ofreció a cuidarlo. No te preocupes amor, además son tres días.

-Bien. -suspiró. -Te amo Jimin.

-Yo te amo más Jungkook, mucho más.










Hola Mis Pastelitos de Arroz!

Espero que estén bien y que se estén cuidando y a todos los que están en sus casas (como yo) espero estén pasando bien la cuarentena recuerden que es por su salud y la de los demás así que no se desesperen. Esto es algo serio así que les pido de verdad de corazón por que ustedes me preocupan mucho que hagan caso a las medidas de salud que les piden las autoridades de sus países y recuerden lavarse las manos.

Abrazos, besos y que coman pescadito!

Los amito con todo el corazón!

Bye.

Don't You Hurt Me Jikook (Adap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora