34. ― 𝘚𝘵𝘦𝘷𝘦 𝘙𝘰𝘨𝘦𝘳𝘴 「28.4」

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STEVE ROGERS

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𝘊𝘈𝘜𝘛𝘐𝘖𝘕 |

― Creo que es hora de irme

❝― Creo que es hora de irme ❞

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Sus labios recorrían su piel al mismo compás en el que sus manos acariciaban su cuerpo.

Sin saber cómo, habían terminado sobre la cama, tumbados uno encima del otro mientras sus labios seguían entrelazándose.

Steve se movió entre besos, sujetándose de sus brazos para no dejar todo el peso sobre el cuerpo de Brooke. No podía pensar en otra cosa que en besarla, tenerla entre sus brazos y demostrarle de una vez por todas cuanto la quería.

Sus labios recorrieron su cuello, besándolo lentamente, aspirando con devoción el fantástico y añorado olor de Brooke. Lo necesitaba, necesitaba ese momento personal e íntimo en el que solo eran ellos dos. Lejos de cualquier cosa, alejados de todas las preocupaciones que los rodeaban. Sin peleas ni reclamos.

Solo él y ella.

Sus manos subieron lentas y suaves por su caderas, escondiéndose debajo de la camiseta de Brooke. Quería tocarla, hacerla suya, darle placer, pero tenía dudas y se detuvo.

La miró fijamente, acariciando su frente con delicadeza, respirando agitado mientras esperaba una respuesta desesperada.

Brooke lo miró, sintiendo sus ojos aguarse. Lo extrañaba, en todas y cada una de las formas en las que se puede extrañar a alguien. Sus ojos azules e intensos la miraban, sabía perfectamente que él estaba pasando por un pequeño debate interno, su mente también hacía lo mismo con ella.

Quería razonar, pensar de forma civilizada qué era lo mejor para ella, para su salud emocional y para su corazón, pero era prácticamente imposible, porque él la miraba como siembre lo hizo, con ese cariño cálido y reconfortante que la hacia sentir segura y querida. No podía resistirse teniendo su cuerpo encima del suyo, a solo una camiseta de sentir su piel caliente y tersa.

Lo necesitaba aunque solo fuese una sola y última vez.

Brooke acaricio sus mejillas, haciendo que Steve cerrase los ojos, débil ante sus tacto. Sus labios volvieron a juntarse, lenta y pausadamente, dándose el tiempo de recorrer a la perfección cada milímetro de sus bocas, recordando lo bien que se sentía.

Bucky Barnes  ☰  Steve Rogers  ―  ONE SHOTS  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora