CUATRO

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Loki caminó tras ella, la rebasó y encaró, Tara se detuvo en seco y lo miró, esperando que hablara, pero el solo la miraba directamente 

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Loki caminó tras ella, la rebasó y encaró, Tara se detuvo en seco y lo miró, esperando que hablara, pero el solo la miraba directamente 

— ¿Puedo ayudarte?—  dijo insegura 

— Así es, necesito tu ayuda— respondió el 

Tara dudó un segundo y después habló de nuevo — ¿Qué sucede? 

— Soy Loki — se detuvo un segundo, aún no sabía con que apellido debía presentarse — De Asgard

Tara arrugó el ceño, que se presentara no le servía de nada  

— Soy un Dios — añadió tratando de aclarar su confusión

Tara no pudo evitarlo y río con ganas, Loki la miró irritado y ella suspiró de alivio, creyó que estaba drogado así que solo negó divertida y lo rodeó para seguir su camino

El atuendo de Loki cambió, su ropa Asgardiana —incluyendo su corona— sustituyeron el traje negro, y con un simple movimiento de manos los hizo abandonar las calles de Nueva York, ahora ambos estaban en medio del desierto, todas las personas habían desaparecido y el sol los cubría intensamente 

—  ¿Qué mierda? —  Tara apretó los bordes de su saco y miró desesperada a su alrededor, giró y observó a Loki mirarla divertido — ¿Tu hiciste esto? 

Pensó en salir corriendo, pero no tenía ni idea de en donde estaba y quizá alejarse de quien podría ser su única manera de volver a casa no era la mejor idea 

—  Devuélveme a Nueva York—  jadeó , Loki alzó una ceja —  Si, si, eres un Dios o lo que sea, ahora quiero volver a casa 

Sin ni siquiera poder anticiparlo, Tara estaba de nuevo en la calle, Loki abrió la boca para hablarle pero Tara salió corriendo, Loki rodó los ojos con fastidio y fue tras ella 

***

Tara dio un portazo y trató de calmar su respiración, había corrido cuatro calles sin mirar atrás, no podía explicar lo que acababa de ver. Se llevó las manos al rostro ¿Acaso tenía fiebre? Aquello quizá justificaría su traslado al desierto pero dudaba que hubiera sido una alucinación; Había sentido el calor sofocante y aún tenía arena en el cabello.

— Si me ayudas, tu lealtad será recompensada

Tara soltó un gritó al ver a Loki frente a ella, ahora simplemente vestido con su traje habitual 

Alzó una mano y la levantó hacía el —  No te me acerques 

El no respondió  

— ¿Ayuda? —  preguntó Tara con la respiración cortada —  ¿Por qué un Dios necesitaría mi ayuda?

Loki sonrió y mientras formulaba sus palabras, se tomó unos segundos para admirarla, algunos mechones de su cabello estaban desarreglados, su ritmo cardíaco acelerado y  ahora tenía cerrado los puños a la defensiva. La observó con cuidado, era innegable que la chica poseía una belleza única, y quizá esa era la razón por la que aún no había usado su cetro para manipularla 

—  Necesito conocer a los humanos—  Loki entró en su mente, observó su pasado y a que se dedicaba, sonrió complacido —  Eso es lo que haces ¿No es así? 

Ella negó — Solo escribo historias sobre lo que las personas hacen, y algunas acciones que cometen, buenas o no 

— Eso es justamente lo que necesito

— ¿Y debo obedecer solo por que este Dios lo necesita? — pensó Tara

Loki sonrío ante los pensamientos de la joven, y decidió relajar su postura, sabía que para obtener aliados, algunas veces, la fuerza no era necesaria 

— No es una orden, estoy aquí en busca de un favor

Tara decidió callarse, después de todo parecía inútil cuestionar las habilidades de aquel hombre — Tengo algunas historias conmigo, puedes leerlas si lo deseas

El asintió, Tara caminó a través de la sala hasta rebasarlo, quedó de espaldas a el cuando Loki volvió a hablar — Eso no es todo lo que necesito

Ella se detuvo pero no giró para mirarlo

— Necesito ojos y oídos en este mundo, ademas un lugar donde hospedarme por el momento no volveré a mi mundo por un tiempo, necesito que me brindes ambos — cuando terminó se sorprendió de la gentileza con la que lo había dicho

— ¿Los Dioses duermen en sofás? Porque no creo que haya nada en todo Nueva York que esté a tu nivel

— ¿Qué es un sofá?

A Tara se le escapó una risa y señalo el sofá beige que había en el centro de la sala de estar, Loki lo miró despectivamente pero no dijo nada. Ella continuó su camino hacía su pequeña oficina en casa. Sintió su celular vibrar en su bolsillo y sopesó la idea de llamar a la policía, pero ¿Qué iba a decirles? Lo más probable era que no le creyeran que había un hombre en su departamento que aseguraba ser un Dios y que además podía cambiar de atuendo cada vez que le venía en gana.

Se hincó para jalar una caja de cartón y sacó un tomo de papeles y los llevó a la sala, encontró a Loki sentado en la pequeña mesa de la cocina, los puso frente a el y le dijo

— Te traeré más cuando termines 

— Aún no se tu nombre— Ella lo miró tímidamente

— Tara Sallow

Caminó de nuevo hacía su oficina pero desvió la vista en el librero que tenía frente al sofá, a su cabeza volvió el recuerdo del libro que había leído en la secundaria, recorrió con la vista en librero con la esperanza de encontrarlo y sonrío aliviada al hacerlo; Un gran título en dorado destacaba "Mitos y leyendas" lo abrió y pasó las páginas desesperadamente alternando la vista al Dios en la cocina, soltó una expresión de asombro al encontrar lo que buscaba y miró incrédula el libro 

— ¿Este eres tú? — dijo estática en su lugar aun con el libro en las manos, Loki miró en su dirección pero continuó leyendo, Tara entró a la cocina y puso el libro frente a el , el lo miró y  divisó un retrato de sí mismo vagamente similar

— ¿Loki Odinson? — Preguntó ella, ocasionando una molestia en el —El Dios de la mentira 

— No soy un Odinson— declaró 

— ¿Y como voy a creerte eso? — sus palabras ocasionaron que Loki se levantara, rebasándola en altura 

— Los humanos escribieron lo que ellos creían que éramos y después de tantos años hemos decidido tener misericordia de ustedes, esa es la razón por la que he abandonado mi mundo y llegado a este, mi encomienda es averiguar todo sobre ustedes por qué esa es la única manera de salvarlos 

Aunque no quisera, Tara tenía que admitir que lo que decía tenía sentido  — ¿Y de qué van a salvarnos? 

— De la autodestrucción 

— ¿Qué? — frunció el ceño 

— La mayor amenaza son ustedes mismos, debe existir un orden y régimen — y aunque Loki estaba prácticamente confesándole su plan, ella no pudo descifrarlo 

— Ya lo hay, tenemos leyes y....

— Algún ejecutor de esas acciones —la interrumpió y  tomó una hoja que contenía un reportaje sobre un asesinato de un hombre a sangre fría — ¿Los ha seguido o respetado? Es hora de cambiar eso y tomar las riendas de nuevo

HEART; Loki LaufeysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora