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El corazón de Tara se encogió de angustia al ver el cartel que colgaba de la puerta del ascensor "Fuera de servicio". Su apartamento estaba en el quinto piso e imaginarse subiendo todo eso le dio dolor de piernas, pero evidentemente no tenía otra opción.
Cuando llegó se llevó una mano al pecho y trató de calmar su respiración
— ¿Estás bien Tara?
Respingó al oír a Loki — Si, es solo que he subido demasiados escalones
El Dios se acercó a ella y puso la mano sobre su cuello, el cansancio y la sed desaparecieron, ella le sonrío en agradecimiento.
— Tengo algo que mostrarte — dijo ella y le extendió un ejemplar del periódico de ese día. En la primera plana y con letras amarillas se leía
"La vida dentro de los diferentes barrios de Nueva York" justo más abajo en letras más pequeñas estaba escrito "Tara Sallow"
— ¿Lo has escrito tú?
— ¡Si! — dijo emocionada — Se ha estado vendiendo bien, incluso Isaac me felicitó está mañana
Loki alzó una ceja ante el nombre del chico
— Solo es mi jefe — río ella — Concéntrate, finalmente he publicado algo que no tenga que ver con hombres millonarios o alienigenas; Espero que esto funcione para que las personas se escuchen unas a otras, al ser una ciudad tan inmensa es difícil lograr unión entre ciudadanos
Loki la besó, después abrazó su cintura pegándola a su pecho — Excelente trabajo preciosa
Era la primera vez que la apodaba y Tara se sonrojó, ocasionando que Loki riera.
***
A Tara le encantaba oír a Loki contarle historias, algunas eran sobre las Valkirias librando guerras de Asgard y otras menos felices como la razón de su rapto, pero siempre disfrutaba la voz de Loki narrándole todo aquello; Y a el parecía también gustarle compartirlas con ella, se encontraban en la cocina mientras Tara organizaba la despensa y Loki la ayudaba a alcanzar los estantes más altos
— ¿Tu corona es pesada?
El negó — En lo absoluto
Tara abrió la boca para hacer un comentario acerca de la habilidad en batalla cuando el brillo del cetro llamó su atención
—¿Es normal que haga eso?
Loki suspiró —Debo irme — cambió a su traje Asgardiano
Tara quiso preguntar, pero Loki ya se había esfumado, se veía nervioso pero trató de ignorarlo y continuó con sus actividades.
Loki reconoció el lugar al que el cetro lo transportó, ya había estado ahí. Los Chitauri lo rodearon.
— Ya no precisaré de su ayuda—comenzó
— Has hecho un trato Asgardiano y debes cumplir con el
— Y así será, tendrán el Teseracto pero su ejercito ya no será necesario
— No puedes cambiar las reglas que el ya dictaminó, todo permanecerá
— No — Los chitauri se acercaron más y uno lo encaró
— Si no cumples con tu palabra Asgardiano, nos llevaremos a tu joya más preciada
— Pueden quedarse el Teseracto— repitió
Lo más parecido a una sonrisa se formó en el rostro del Chitauri
— Así lo haremos, pero también sabemos que tienes algo más preciado en Midgard
Loki cerró su mano sobre el cetro, listo para atacar, entendía la amenaza
— Continua con lo planeado y así quizá no vayamos tras la chica
Calló por unos segundos antes de repetir — No
— El no perdona una traición ni tampoco posee misericordia o continuas con la conquista o te atendrás a las consecuencias Asgardiano
El cetro volvió a brillar, y volvió al departamento de Tara, comenzó a buscarla y la asustó al abrir de golpe la puerta de la oficina
— Aquí en la tierra tocamos antes de entrar Loki
Suspiró aliviado al verla sentada escribiendo sobre su escritorio, dejó el cetro y se acercó a ella, le tomo suavemente la barbilla y la miró, buscando algún tipo de herida, ella lo miró confundida
