Capítulo 8

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Ese sábado, te esperó en el auto al pie de la montaña peak. Llegué temprano porque no quería perderlo.

Ellos necesitan saberlo. Si yo no hubiera ido allí ese día, deseando y esperando hacer otra caminata en su compañía, jamás habrías dado el siguiente paso. Las cosas se habrían quedado en esa aula, entre esas paredes (construido con camisas de botones y suéteres con cuello en V, vasos y cilindros, y menús de PowerPoint), habría quedado entre nosotros.

Pero no fue lo que pasó, Jungkook. Porque llegaste en aquella camioneta Pickup S-10 con Voldemort preso en la cabina, saltando arriba y abajo y sin apenas controlar su excitación.

Planeabas un paseo normal. Como tantos otros que probablemente ya habías hecho. Pero yo planeé una caminata exactamente igual a aquella que ya habíamos tenido. Soy responsable de que estuviéramos juntos ese día. Siempre fui yo quien creó las oportunidades, quien cultivó esa relación. Pará ti, ¿esto es un acto de manipulación? Mirando hacia atrás, me parece precisamente eso. Pero no tuve esa sensación en ese momento. Sólo creía que eras irresistible y que necesitabas más.

Salí del auto antes de que aparcaras para fingir que acababa de llegar. Tomé el abrigo del asiento de atrás, cerré la cremallera y seguí la dirección de la pista como si no hubiera reparado en ti.

Voldemort me dio la opción. Ladró, y me volví para mirarlo, fingiendo sorpresa. Parecía real, Jungkook, ¿Creíste mi actuación? ¿Te volviste para verme así como yo me volví para verte? Todo lo que quería era que compartiésemos ese secreto, esos paseos que eran sólo nuestros. Acuérdate de eso. Mientras esperaba a la sombra de la montaña Peak, ni siquiera soñaba que nos convertiríamos en lo que fuimos. Sólo me gustaba sentirme cerca de ti, me gustaba que, por lo menos en un momento de mi existencia, no era necesario fingir ser alguien que no era.

Creo que esto es el colmo de la ironía, poder ser yo mismo cerca de alguien que pensaba que era una persona completamente diferente. Pero quiero que sepas que mi edad es la única cosa que nunca compartí contigo. Todo lo demás era cierto.

Cuando saliste de la camioneta, vi que llevabas una sudadera con capucha. Tenía una enorme águila del equipo de fútbol de los Seattle Seahawks en el frente y los cordones habían sido retirados. Estaba raída y te quedaba bien. Todavía tengo esa sudadera ¿lo sabías? Me olvidé de tirarla aquella mañana que me abandonaste en mi casa y no miraste para atrás. Espero que no sea un problema que me haya quedado con ella. Es todo lo que tengo ahora.

La cara y los recuerdos de cuando comenzaste a caminar por el sendero, con Voldemort saltando, moviendo la cola y temblando de excitación, más o menos como quedaba mi corazón siempre que me mirabas.

—Entonces, Jimin —comenzaste cuando llegamos a la primera curva y nos adentramos en las coloridas sombras del bosque.

—Entonces, Jungkook —respondí, metiendo las manos en los bolsillos del abrigo.

Me miraste un poco sorprendido cuando dije eso. Creo que habías olvidado que me habías dicho tu nombre.

—¿Grandes planes para el fin de semana? —Me preguntó.

Me encoji de hombros.

—Oh, ya sabes, maratón de películas malas, con comida basura en el intervalo entre los estudios. ¿Sabías que tenemos un profesor de biología que nos trata como esclavos? Tenemos algunas hojas de ejercicios bastante molestas...

Te reíste y me diste un pequeño empujón en el brazo, y dejé escapar una risita cuando hiciste eso, porque me tocaste de nuevo.

¿Era un flirteo, Jungkook, o una broma entre amigos? Pero creo que eso es irrelevante. Seguramente tú ni siquiera lo sabías.

GRECIA "kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora