•Cap 14•

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Allí estaban los dos "Amantes"

Estos que estaban cada día juntos en secreto, los cuales sentían cada caricia, beso y cariño que el contrario desprendía, aunque su pasado aún seguía tenso, tan solo lo evitaban.

Tan cercanos se habían vuelto, tanto ya habían compartido el uno con el otro.

Pero, ahora, el pequeño chisme se hizo más grande.
Al frente del hermano mayor del más pequeño de ambos amantes.

-¿Cómo se atreven? -Se lo veía tranquilo, con una taza de té de limón sobre una servilleta que tenía a su lado- No pueden estar juntos, además de ilegal, es algo inseguro.

Ninguno hablaba, sus miradas iban por distintos destinos de la cafetería, estaban en el horario de almuerzo, por lo cual era el horario de descanso.

-Bien, empecemos contigo Spartita -Aquel apodo tan conocido le dio un escalofrío al menor el cual recorrió toda su espalda- ¿Tienes algo que decir?


Sus amigos estaban del otro lado del mostrador mirando todo, no querían interponerse, pero tampoco podían irse, simplemente observaban y cuestionaban la situación entre ligeros murmureos.

-¿Qué quieres que te diga?, no estuviste conmigo en la mitad de mi vida, ¿Y ahora te apareces de la nada? -Odiaba esa faceta de su hermano, Seguía con la mirada perdida- Solo pagaste los gastos cuando mamá falleció, ni siquiera asististe a su funeral.

-Ya veo... ese no es el tema ahora -Bebió un sorbo de su té-... ¿Y tú Ari?

Miró a su amigo de ojos verdes, con total tranquilidad. Sabia con toda claridad como terminaría esto.

-...-Este solo bajo la mirada- Soy un adulto, y el estar por serlo, no puedes hacernos esto.

Eso hizo que su amigo sonriera de par en par.

-De acuerdo...esto es lo que haremos. -Dejo el té a un lado-
Andrés, te enviaré al Sur con la hermana de mamá, la tía Teresa. Hasta que cumplas la mayoría de edad, te iras a la granja con ella.

Eso arruinó completamente el argumento que el de ojos avellana iba a presentarle a su hermano.

Este lo miro, no podía creer lo que estaba pasando

-N-no puedes hacerme eso...

-Soy tu tutor legal, claro que puedo, Spartita -Sonrió dando otro sorbo de su té de limón-

Tanto como el de ojos miel, y el de ojos verdes estaban atónitos, un año, todo podría cambiar en un año.

-...Víctor, Vamos, déjalos tranquilos, es solo un maldito año para que sea legal -Comentó su esposo-

-Cállate May. -Su tono subió un poco más de lo normal al pronunciar dichas palabras-

Esa simple frase bastó para poder sorprender al grupo de amigos, solo se quedaron en silencio, su esposo bastante sorprendido solo quito la mirada.

-Víctor, por favor...dame una oportunidad. -Murmuró el de ojos verdes- Prometo cuidarlo, hacerlo feliz, yo... sé que no soy la mejor opción, pero, intento serlo, intento cambiar mi historial de malas dichas, ¿Si?

Su voz fue cambiando poco a poco, tomó la mano de su amante.

-Intento... empezar de nuevo, con alguien a quien dañe en un pasado, no lo volveré a hacer -Miraba fijamente, con cariño a aquellos ojos avellana tan dulces como la miel- Déjame amarlo

Unos minutos de silencio se presentaron, hasta que Víctor abrió ligeramente su boca

"Una Oportunidad"

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