•Cap 15•

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Allí se encontraba nuevamente el adolescente y su amante, mirada contra mirada, esta vez el menor estaba más tranquilo de lo normal, con su pequeña sonrisa, había descubierto la situación, fácilmente esa pequeña mentira que le aplico el de ojos glaucos.

-Andy, ¿Por qué estamos aquí? -Miró al menor, se puso bastante nerviosos al ver como lo miraba tan fijamente-

-...-El menor seguía mirándolo sin ninguna respuesta- ¿En serio? "Déjame amarlo"

Un corto escalofrió subió por la espalda del adulto, un sonrojo decoró sus mejillas, y la verdad, era la primera vez que el mayor usaba la palabra "Amor o Amar" sin mentira alguna.

Sus ojos verdes tal y como la esmeralda con una pequeña sonrisa nerviosa y con un tono de intento cariñoso dijo:

-Andrés Felipe Saavedra Ardila...-Lo tomó de las manos, ambos sentados en la cama del mayor-

-Tu robabas corazones como un dulce a un niño -Lo miró a los ojos, estaba tranquilo-

-Del amor siempre eh escuchado cuentos tan distintos, pero debo de admitir que tú eres original... -Su sonrisa aun no desaparecía- Me mareas con tus vueltas, Andy, tú te acercas a la puerta más de lo normal

Le rompió en mil pedazos el corazón al ver esos ojitos de miel llenos de lágrimas

-Ari, ¿Esto es solo un amor pasajero para ti? -Apretó sus puños ligeramente- Ni siquiera somos pareja, vamos, nos encontramos en un club... un Amor de club no es para enamorarse, ¿No?

-...-Suspiró profundamente, eso le había desconcertado, pero era cierto-

-...-Un silencio algo incómodo se presentó-

-Es cierto -Soltó su mano y miró al menor- Bien... tal vez Víctor tenía razón.

Aquel de ojos avellana cruzó miradas con el contrario, un corto silencio se armó nuevamente.

- ¿Acaso crees que no puedo cambiar?... en verdad puedo enamorarme, yo...-Fue callado por el menor, simplemente había unido sus labios, eso le quitó el aliento-

¡Maldita costumbre la de sus labios!

El silencio inundo la habitación, las ligeras caricias iban comenzando, uno sobre el otro, el momento se tornó lujurioso con unos pocos besos de caramelo, llevando a subir de tono tras cada toque que los hacía sentir aquel cosquilleo desde la primera vez.

•Aͣmͫoͦrͬ dͩeͤ Cͨluͧвⷡ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora