C3. Ya veremos.

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—Ahora sí, es momento de que esta linda señorita se vaya a dormir.—anuncio obsequiándole una pequeña sonrisa a Vee al tiempo que la cubro con su edredón color lila.

Sus ojos marrones me observan un segundo y deja escapar un pequeño suspiro.—Oye pa…

—¿Si?—cuestiono sentándome a su lado. Su manita se entrelaza con la mía y una sonrisa se instala en mis labios.

—¿Tú crees que mi mamá desde el cielo está cuidándome?—mi cerebro se queda en blanco un segundo y de repente siento la manera tan desenfrenada en la que mi corazón late dentro de mi pecho.

—Claro que si.—murmuro sonriéndole débilmente porque en el fondo estoy mintiendo y no quiero que Venus se dé cuenta de ello.

—¿Era muy bonita, verdad?—cuestiona de nueva cuenta.

—Si.—respondo en voz baja.

—¿Dios la necesitaba en el cielo, verdad? Para que sea un ángel de la guarda porque los ángeles son los más bonitos de todos y ella  era muy bonita; por eso se la llevó…¿verdad, papá….?

—Vee, es momento de dormir, mi amor.—anuncio inclinándome sobre ella para dejar un pequeño beso sobre su frente.—Mañana tienes que ir al colegio y ya es tarde…

—¿Mañana puedo visitar a Alana y a Danna?—pregunta sin dejar de mirarme.

—Mi amor, no creo que sea prudente. Las nuevas vecinas deben estar atareadas con todo lo que conlleva su nueva mudanza y no creo que sea conveniente que  reciban visitas en este momento…

—Pero Alana dijo que puedo ir…—murmura.

—Fue amable.

—Papá…—se queja y una pequeña risita escapa de mis labios.

—Vee…

—¡Papi, por favor!

—Ya veremos…—hago una pausa.—ahora sí, mi cielo. A dormir.—Vee me sonríe débilmente y yo me pongo de pie para salir de su habitación pero cuando estoy a punto de salir: su voz de niña se hace presente una vez más.   

—Papá…

Freno mis pasos y me giro para mirarla de nueva cuenta.—¿Si…?

—Te quiero mucho.—susurra lanzándome una sonrisa.

—Yo te amo, mi amor…y te amaré siempre…

—Lo que estoy tratando de decir es… ¿Por qué Miami?—cuestiona Axel mirándome fijamente desde la pantalla de mi ordenador portátil

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—Lo que estoy tratando de decir es… ¿Por qué Miami?—cuestiona Axel mirándome fijamente desde la pantalla de mi ordenador portátil.

Dejo escapar un largo suspiro, tomo mi taza de porcelana y la llevo a mis labios para darle un pequeño sorbo.—Porque necesitaba aires diferentes.—respondo encogiéndome de hombros.—Las dos necesitábamos un cambio…realmente no lo sé, es como si algo me hubiese dicho que Miami era una buena opción y ya, todavía no estoy demasiado segura de ello…

Una novia para papá|Christopher Vélez|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora