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—Esta es la dirección que me señala el mapa.—anuncio frenando el auto frente a un edificio de color blanco. Los ojos marrones de Melissa lo observan fijamente y luego me mira a mi.—¿Es aquí donde vivías antes?
Niega.—No realmente pero vine aquí tantas veces...reconocí un poco el camino pero de todas maneras no estaba segura...—explica.
—¿Y es aquí...?—cuestiono.
—Si.—asiente.—El edificio cambió de color pero sin duda alguna este es...—anuncia.—Espero no se haya mudado...
—Bien, entonces vamos adentro.—decido pero ella se queda en su lugar sin mover un solo musculo.—¿Mel...?
—Es que tengo miedo.—confiesa.
—Bueno, lo que vas a hacer no es cualquier cosa de todos modos pero tienes que hacerlo.—la animo.—Se supone que para eso estamos aquí y de todos modos... ¿Qué tal si aquí es donde vive tu hija?—niega.—¿No?
—Este es el edificio donde vive la abuela de mi hija...—suelta.—Mi ex suegra o lo que sea...
—Bien pues entonces con más razón, si ella sigue viviendo aquí entonces estás un paso más cerca de tu hija...tal vez ellas viven juntas...—asiente lentamente pero sigue sentada en el auto como si estuviese batiéndose en una guerra interna.—Melissa si tú no quieres hacer esto justo ahora yo lo entiendo...de verdad...podemos volver otro día...
—Nunca te dije como se llama el padre de mi hija...—suelta y yo niego de inmediato.
—No quiero saberlo de todas maneras.—respondo de inmediato.—Escucha...lo único que me interesa es que encuentres a tu hija, eso es todo...no me interesa saber el nombre de tu ex novio o lo que sea...
—Gracias.—murmura tomando mi mano.
—Melissa, yo te quiero mucho, de verdad.—susurro.—Y si hubiera sabido de lo que tu hija antes de igual manera te hubiese ayudado a buscarla...
—¿Aun sabiendo que la dejé...?—asiento lentamente sin dejar de mirarla.
—Escucha...yo creo que todas las personas en el mundo merecen una segunda oportunidad, tal vez el papá de tu hija no es tan buena padre y entonces puedes tenerla, Mel... ¿no has pensado en eso? Tal vez en serio existe la oportunidad de que puedas llevarla contigo a Nueva York...de que la conozcas como tal, de que vivan juntas...de recuperar el amor que por derecho te corresponde ¿no crees?
—Axel...—comienza y yo niego.
—Cometiste un error, sí. Pero en este mundo nadie es perfecto, todas las personas cometemos errores, se supone que de eso se trata la vida ¿no?—murmuro.—Tal vez todavía existe una segunda oportunidad para ustedes...—hago una pausa.—Ahora lo que tienes que hacer es ir allá adentro y encontrarla...sino está ella en este lugar entonces tienes todo el derecho a preguntar en donde está porque eres la madre biológica...¿de acuerdo?
