C36.Propuesta no oficial.

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—¿Lloraste?—cuestiono apenas Danna me abre la puerta de su departamento

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—¿Lloraste?—cuestiono apenas Danna me abre la puerta de su departamento. Sus ojos mieles se quedan fijas en mí un momento y me niega lentamente.

—No tiene importancia—responde.

—Si te hace llorar es más que obvio que si la tiene.—anuncio y ella niega un segundo antes de envolver sus brazos alrededor de mi cuerpo. Correspondo a su muestra de cariño de inmediato y dejo un beso sobre su cabeza.—Está bien, no preguntaré más…

—Solo no me sueltes…—susurra y yo niego de inmediato.

—Nunca.—murmuro.—Hagamos algo…—inquiero en voz baja apartando a Danna de mí solo un poco para poder mirarla a los ojos.—Podemos quedarnos aquí o podemos quedarnos en casa, comer algo y ver el televisor ¿de acuerdo?—sugiero y ella asiente lentamente.—Ven, mi amor…—Entrelazo mi mano con la de Danna y la hago caminar a mi lado cerrando la puerta detrás de mi antes de ir hasta mi departamento. Ella no dice nada, simplemente camina a mi lado como si fuese una especie de fantasma.—Adelante…

Los pasos de Danna son relativamente lentos, deja escapar un suspiro y se sienta en el sofá de la sala sin dejar de observarme.—Eres muy lindo…—anuncia y una pequeña sonrisa tira de mis labios inevitablemente.

—Bueno…si alguien es lindo aquí esa definitivamente eres tú.—la contradigo tomando asiento a su lado.

Danna me sonríe débilmente  y se acurruca contra mi cuerpo sin decir nada más. Me dedico a guardar silencio y a acariciar su brazo derecho y ella tampoco dice demasiado.—Arruiné todo…—susurra finalmente.

—No arruinaste nada.—murmuro.

—Sí, se suponía que teníamos que pasar un día bonito y después mi sentimentalismo me ganó. Lo lamento, de verdad…—niego dejando un beso sobre su frente.

—Todavía podemos tener un día lindo ¿no te parece…?—inquiero en voz baja.—Preparemos algo para cenar o pidamos algo ¿de acuerdo…?—Danna asiente lentamente y le dedico una sonrisa que corresponde de inmediato.—Escucha, voy a contarte algo que seguramente te hará reír mucho…

—¿Qué vas a contarme?—pregunta.

—De acuerdo…—comienzo dejando escapar un pequeño suspiro.—Cuando yo tenía trece años te prometo que era la persona más estúpida del mundo…—Danna niega lentamente.—Si, te lo prometo, mi amor. Era el tipo más tonto del planeta y en un acto de pura estupidez un día mamá nos llevó a un balneario a mis primos y a mí. Era verano y hacía tanto calor que parecía que de repente estábamos en medio del infierno así que ella y mi tía nos llevaron a un balneario repleto de personas.—hago una pequeña pausa solo para comprobar que los ojos color miel de Danna están completamente posados encima de mí  en total concentración.—Y creo que si en algo nos parecemos Vee y yo es precisamente en que ambos somos demasiado obstinados y cuando queremos conseguir algo sin importar cuanto tardemos en lograrlo, vamos por ello…recuerdo perfectamente bien que ese día me daban demasiado pánico los toboganes de las piscinas pero quería hacerlo, quería subir porque quería sentirme grande y valiente como mis primos; y no es que ellos me ayudasen demasiado de todos modos porque todo lo que hacía era burlarse de mi por mi miedo hasta que decidí hacerlo.

Una novia para papá|Christopher Vélez|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora