C23. Cosas de mujeres.

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—Cuéntame más de ti, Christopher.—pide Katherina tomando entre sus manos el vaso de cristal con la bebida extraña que pidió.

—Pues en realidad no hay mucho que contar.—responde él.—Solo somos Venus y yo, ha sido así desde hace siete años…

—¿Suena a que me estoy entrometiendo en cosas que no incumben si pregunto dónde está la madre de Venus?—cuestiona de nuevo.—Porque en la oficina dijiste que no eres casado… ¿eres viudo entonces?

—¡El ambiente es genial!—interfiere Alana lo suficientemente alto como para que cada par de ojos se pose en ella alrededor de la mesa.—¿No?

—Claro…—la secundo.—¿En dónde está Erick, por cierto? Se supone que ya debería de haber llegado…—anuncio.

—Hace un rato me envió un mensaje y me dijo que iría a recoger a una de sus amigas…ya sabes; alguna posible conquista o algo parecido…—inquiere Richard.

—¿Hace mucho tiempo se conocen ustedes?—cuestiona Katherina llevando su mirada de entre Christopher y Richard.

—Hace mucho tiempo.—responde.—Demasiado en verdad, se podría decir que nos conocemos desde que estábamos dentro del útero de nuestras madres…

—¡Richard!—se burla mi hermana y todos nos reímos.

—Pero si hace mucho tiempo que somos amigos…—lo secunda Christopher.—¿Ustedes hace mucho tiempo se conocen?—cuestiona en dirección a nosotras.

—No demasiado.—murmura Katherina llevando un mechón de cabello detrás de su oreja.—Hace un par de años solamente; comenzamos siendo solo compañeras de trabajo y después nos hicimos amigas…

—Buenísimo.—responde Richard ofreciéndonos una amplia sonrisa.

—¿Por qué no vamos a bailar?—cuestiona Alana lanzándome una mirada .

—¿Bailas conmigo, Christopher?—los ojos de Christopher me observan un momento antes de mirarla a ella.

—¿Bailas conmigo, Kathe?—se entromete Richard atrayendo su atención. Dejo salir el aire de mis pulmones de manera lenta  cuando él se pone de pie y le tiende su mano.

—Claro.—murmura ella tomándola con delicadeza y solo por un momento creo ver un atisbo de decepción en el océano azulado que hay en sus ojos pero sé que es lo suficientemente educada como para no rechazar la oferta de su nuevo socio.

—Te prometo que la siguiente canción es contigo, preciosa.—anuncia Richard acercándose a mi hermana para hablarle en el oído.  Las mejillas de mi hermana se tornan rojizas pero asiente lentamente.

—¡Dios, eso fue condenadamente incómodo!—anuncia Alana de manera dramática.

—Lo fue.—decide Christopher.

—Lo que ustedes necesitan hacer es de una vez por todas decirle al mundo entero que son pareja porque si no lo hacen entonces Katherina jamás va a dejar de coquetear contigo y tú jamás vas a sentirte incomoda…—nos espeta entornando sus ojos.

—Tienes razón.—decimos al unísono y una amplia sonrisa de satisfacción se instala en los labios pintados de carmín de mi hermana.

—¿Lo ven?—murmura llevando a sus labios su refresco.—Y creo que en este momento lo que tienen que hacer es ir hasta esa pista de baile, bailar hasta que les duelan los pies y ser muy felices juntos…—hace una pausa.—Olvídense de todo lo demás y sean la pareja bonita que normalmente son…

—¿Pero qué pasa con…?—niego de inmediato.

—¡Que vayan dije!—nos espeta entornando sus ojos.—¡Solo disfruten chicos!

Una novia para papá|Christopher Vélez|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora