C42. Canberra.

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Una semana después…

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Una semana después…

Danna…sé que las cosas entre nosotros no terminaron de la mejor manera y que debes odiarme…la verdad es que yo también me odiaría pero me preocupas mucho. Hace días no te veo y Alana tampoco dice demasiado de todos modos. Richard dice que Ali se fue a una serie de entrevistas con John Franks por su libro y en serio me da mucho gusto por ella. No espero que respondas mi carta porque sería algo demasiado pretensioso pero solo quería…

Dejo escapar un suspiro, niego lentamente y  arrugo el papel antes de llevar mi atención a la puerta del departamento. La casa permanece en total silencio  y  hace que mi corazón lata con demasiada rapidez mientras los recuerdos de Danna llegan una vez más a mi cabeza. Busco en mi bolsillo mi cartera y la abro lentamente encontrándome con la pequeña fotografía donde Danna, Vee y yo sonreímos a la cámara. Una pequeña sonrisa se forma en mis labios automáticamente recordando el momento exacto en el que fue capturada esa fotografía.

Siento mi corazón latir con rapidez ante el recuerdo hasta que el sonido del timbre de la puerta se hace presente.

Me pongo de pie lentamente y camino con pasos lentos para atender con la idea de que probablemente se trate de Venus y Melissa. Inspiro profundamente pero cuando abro finalmente me encuentro de frente con Jonas –el portero del edificio- y su amable sonrisa.

—Buenos días, señor Vélez.—me saluda.

—Buenos días.—respondo.—¿Pasa algo, Jonas?

—No.—me sonríe.—Solo venía a entregarle este sobre.—anuncia tendiéndome un sobre amarillo que ni siquiera había notado. Lo tomo entre mis manos.

—Gracias, Jonas.—anuncio tratando de sonreírle.

—No hay de qué.

Lo veo marcharse con pasos lentos y entro a casa cerrando la puerta detrás de mí. Frunzo mis labios tomando asiento en uno de los sofás, inspiro profundamente y  abro el sobre. Mi corazón deja de latir en el momento en el que mis ojos se percatan del par de logotipos que hay estampados en el sobre blanco que estoy sosteniendo entre mi manos. Lo abro cuidadosamente y extiendo la hoja de papel pasando mis ojos lentamente por cada uno de los renglones del escrito de la corte que está dirigido para mí.

Custodia legal. Las dos palabras quedan grabadas en mi cabeza como si de repente se hubiesen tatuado en mi cerebro.

La puerta se abre detrás de mí y la risa de Vee llena el aire.—Hola, papi.—me saluda echándose a correr en dirección a mí. Envuelve sus brazos alrededor de mi cuerpo y deja un casto beso sobre mi mejilla.—¿Me extrañaste?

—Si.—murmuro.

—Trajimos comida así podemos saltarnos la parte de cocinar.—anuncia Melissa y automáticamente mis ojos van a los suyos.—¿Qué sucede…?

—Vee… ¿puedes ir a tu habitación, por favor?—cuestiono y ella se queda en silencio observándome fijamente.

—Pero pa…

Una novia para papá|Christopher Vélez|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora