—Buenos días, hermanita.—saluda Alana en cuanto abro la puerta del departamento. La miro un momento encontrándola sentada en la sala con una taza de café en las manos.—¿Dormiste bien?
Me rio en voz baja y caminando hasta ella me dejo caer en el sillón a su lado.—Buenos días…
—¿O al menos dormiste?—cuestiona haciéndome reír.
—Dormí mejor que en toda mi vida, desde luego.—anuncio encogiéndome de hombros.—¿Dónde está papá?
—Fue a desayunar fuera.—responde con simpleza.—Uno de sus amigos está en Miami así que le envió un mensaje para reunirse con él y ahora están desayunando juntos…
—Ah.—susurro con simpleza.—¿Qué tal tu cita con Richard?—le pregunto y automáticamente una amplia sonrisa digna de una mujer enamorada se forma en sus labios.—¡¿Y esa sonrisa puedo saber a qué se debe?!—bromeo y Alana se echa a reír de inmediato.
—Richard y yo oficialmente somos pareja.—anuncia.
—¡Felicidades, Ali!—inquiero ofreciéndole una amplia sonrisa.—En serio me siento muy feliz por ti…
—Gracias.—se ríe.—¿Y puedo saber cómo te fu a ti…?
—Mi cita con Chris fue muy linda e increíble.—dejo escapa un suspiro y me muerdo el labio inferior.—Es sin duda alguna la mejor cita que he tenido a lo largo de mi vida…
—Me imagino que si porque la cara de felicidad que tienes en el rostro dice más que mil palabras…—me echo a reír de nueva cuenta y niego lentamente.—Solo…no me cuentes los detalles…
—¡Tonta!—me quejo y Alana se ríe..
—¿Desayunaste ya?—cuestiona.
—Desayuné con Chris antes de que él fuese a buscar a Vee a la casa de su madre…
—¡Hablando sobre sobre los Vélez! Recuerda que la semana que viene es el cumpleaños de Christopher.—me recuerda.—Y que tenemos que terminar de afinar algunos detalles para la fiesta de cumpleaños sorpresa…
—Aja…
—Estaba pensando…de las tres la que conoce mejor a Christopher es Vee así que decidí que haré la tarta de cumpleaños que ella sugirió…—inquiere y yo asiento en acuerdo.
—Aja…
—¿Estás prestándome atención?—cuestiona.
—Aja…
—¡Danna!—se queja entornando sus ojos. Me rio en voz baja y niego lentamente.
—Tomaré una ducha.—anuncio poniéndome de pie.—Cuando salga seguimos hablando sobre esto… ¿de acuerdo?
—De acuerdo…—hace una pausa mientras me pongo de pie para marcharme a mi habitación.—¿Y Dan…?
—¿Qué sucede?
—Esa felicidad luce muy bien en ti… Una sonrisa involuntaria se forma en mis labios y asiento débilmente.—Gracias…
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