Ambos desprendiamos el casi imperceptible aroma de la adrenalina, un aroma que solía olfatear mucho en el pasado, en esos viejos días cuando los dioses gobernaban el mundo decadente y caótico, durante las eras de sangre y gloria para las bestias.
El humano enfrente de mí emitía la genuina aura de un cazador aunque no portara un arma. Solo se mantenía firme, sudoroso y con una cuerda luminosa en la mano.
Yo estaba confundido, luchando tratando de volver en mi, hasta que las garras de mis patas se tensaron sobre la hierba y las botas roidas del humano rozaron el suelo.
Le mostré los colmillos, erice el lomo e inmediatamente emití un gruñido feroz.
El hombre chorreaba salado sudor sobre sus sienes, algo goteaba directo sobre sus cejas fruncidas.
Su mueca tensa dejaba entrever unos débiles dientes omnívoros. Se resistía a parpadear tanto que sus ojos parecían salir de sus cuencas... Era eso o solo estaba pujando del miedo.
Cómo sea, podía sentirlo: su terror. El infinito temor de los mortales cuando le hacen frente a un ser superior.
Y oh si, yo era un ser superior.
...
Un momento. Algo no andaba bien.
El humano estaba desarmado y al acecho. No había ni un rastro de nieve o hielo. Mi núcleo elemental no reaccionaba.
Y lo más inquietante:
¡¿Que era ese sonido vibrando desde mis entrañas?!
Me dolía el abdomen, jamás había sentido ese dolor, mejor dicho no había sentido dolor en siglos.
Por la loba madre ¡¿Qué me estaba pasando?!
Me atacaron los nervios que jamás sentí en la vida.
Llame a Byan'ko en vano. Invoque al rayo sin éxito alguno, convoque a los lobos de montaña sin recibir respuesta.
El bosque a mi alrededor no era el mismo, ni el cielo sobre mi lomo o el suelo bajo mis garras. A kilómetros a la redonda solo había árboles jóvenes con un soso aroma a primavera floral, mosquitos y el abominable humano sudado con una cuerda en la mano.
Me resistí a no bajar la guardía, ninguno de los dos lo hizo.
Me inquietaba el hecho de que él fuera demasiado grande como para mirarme desde arriba, o quizá yo era demasiado pequeño.
Cómo fuera me prepare para atacar a muerte. Una pesadilla, era un pesadilla.
Luego recordé: yo no dormía, no al menos en los últimos diez mil años.
Mis patas delanteras flaquearon tras la revelación de mi situación. No estaba dormido, tampoco estaba bajo la influencia de un hechizo alucinógeno.
¿Una broma?
Tal vez era una broma del estúpido espíritu zorro. 'Maldito Byan'ko no sabes en qué te has metido canalla'.
El humano dió un paso al frente. Era impensable retroceder ante el costal de hueso. Intenté mantener firme mi postura para luego emití un gruñido más fuerte cuando su mano fue directo a su bolsillo izquierdo.
Snif, snif... Grrrllll.
El gruñido está vez provino de mi estómago al olfatear el delicioso aroma de un trozo de carne. Me saboree, la baba resbalaba de mi hocico.
¡No! Mostrar tal debilidad ante un pedazo de deliciosa carne jugosa...
Agite mi cabeza para librarme de la tentación. ¿Q-qué? ¿Qué estaba haciendo el humano?
¡No la pongas en el suelo imbécil!
Caí en la trampa.
Yo era víctima del tormento carnal número uno de todos los seres vivos: el hambre.
Me lance al ataque, ¡esa carne era mía! Conseguí el manjar, me deleite con el sabor de la grasa, la sangre y la superficie crujiente.
¿Cómo es que me había privado de estos placeres por tanto tiempo? Incluso calmó el dolor en mis entrañas.
[Alerta: has sido tameado]
[Actualización de estatus: Mascota de cazador/Compañero bestial]
¿Uh?
¡¿Quéeeeee?!
⚜️⚜️⚜️
Glosario
•Tamear: Acción de vincular el alma con una bestia.
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La legendaria mascota del cazador
FantasyLuchar contra monstruos, conquistar calabozos y entrenar a mi patético... ¡¿humano?! ¡¿Es en serio?! Raou, el poderoso jefe de la montaña no es un lobo cualquiera. ¡Es un lobo legendario con poderes divinos! Aparentemente despojado de todo poder, e...