El humano estaba en guardia. Su expresión era casi como la que tenía cuando me enfrentó.
¡Pfff! ¿Se atrevía a compararme con un pollo? Que insulto.
Convencido de mi poderosa mandíbula, me prepare para atacar. Un solo movimiento y ese plumifero estaría frito... Si frito también sabía bien si mal no recuerdo.
Antes de poder flexionar mis patas, una presencia me aturdió.
—¡Hey! Te reto a un duelo, tu mascota contra la mía.
Un humano de la misma contextura ridícula apareció entre los árboles. Al menos ese sujeto llevaba un arma, eso explicaba mi presentimiento.
Kato cambio su semblante, se notaba que quería mostrarse más valiente de los que era.
—¡Acepto! Sponchi, es hora de demostrar de que estamos hechos.
¿Me estás hablando a mí asqueroso?
Como si mi rostro de ira y repugnancia hubiera sido pasado por alto, recibí un comando.
[El máster ordena: guardia]
Esto es humillante...
—No tengo un arco real, pero si es necesario atacaré con mis propios puños al lado de Sponchi.
La cosa llamada Kato se posiciono a un lado mío. ¡Jajaja!
¿Qué pretendía? Luchar con uñas y dientes? ¿Contra un pollo? ¡Jajaja!
Kato saco algo de una bolsa mágica.
Solo pude girar los ojos al ver su "arco" esa cosa era un insulto para su raza. Es decir, era una vara curva con una cuerda como la que usaba para atar sus pantalones a la cintura, las dos flechas eran dos ramas puntiagudas, ni siquiera tenían plumas para darles balance.
Viendo bien, el otro humano al menos calzaba unas botas de cuero y un peto del mismo material. Su arco, también era una porquería, pero era un arma real, con flechas de punta de hueso y plumas. Sin duda estaba a otro nivel.
Lo único que no concordaban con las caras de combate apasionado era el pollo con ojos saltones.
Acabemos con esto de una vez. ¡Tengo hambre de pollo!
—¡Sponchi!
Salte directo al pájaro gordo, era su fin.
¡Pukyooo!
Por un instante lo perdí de vista, el ave había desaparecido.
[Golpe crítico recibido. El daño es efectivo]
¡Agh!
Un dolor intenso en mi cabeza me tumbó al suelo.
Auch, auch...
Me gire a un lado. ¡El pollo me estaba atacando con frenéticos picotazos!
Pukoooo...
No sé cómo explicarlo, pero ese maldito pollo puso cara de asesino.
¡¿Qué clase de ave era?!
Me levanté, un poco de sangre escurrió de mi cabeza. El estúpido Kato corría en círculos evitando los certeros disparos del otro cazador.
El pollo corrió directo a mi cara.
¡¡¡Pukoooo!!!
Jamás podré superar ese día.
Los ví alejarse sobre la hierba verde de la pradera rumbo al atardecer. Un humano cazador y su pollo nivel 2.
El gusano estaba a un lado de mi. Herido y golpeado.
Nos habían ganado a los dos sin mucho problema.
Todo el cuerpo me dolía, pero lo más herido era mi orgullo.
—Perdoname Sponchi... Esto es mi culpa, si tan solo no fuera tan mediocre, si tan solo tuviera un poco de dinero para comprar un arco real...
Ese bastardo se arrastró como pudo hasta alcanzarme. Hablaba de dinero, lo que los humanos siempre codiciaban cuando se acercaban a mi.
Acaricio mi pelaje y me moví un poco para tenerlo de frente.
¡Maldito imbécil! Mira lo que me hicieron por tu culpa. ¡Liberarme! ¡Liberarme! Quiero mi libertad, no quiero morir al lado de un asqueroso humano. No quiero. No...
Deje de morder su mano. Lo herí gravemente pero no hizo nada para defenderse.
En ese momento ya no tenía la cuerda. El mensaje de restricción de ataque tampoco apareció.
—Eres libre Sponchi. Vete, soy un fracaso.
Un mensaje apareció.
[El máster desea liberar el vínculo de Tamer. Aceptar para romper vínculo al alma]
El humano limpiaba sus lágrimas con las manos llenas de suciedad y sangre.
Quede más aturdido cuando saco una bolsa llena de carne.
—Llevate esto. Estás muy lejos de tu hogar, seguro te estarán buscando. Puedes compartirlo con ellos. Lo compre con el último dinero que tenía, ya no me queda nada...
Era la carne, la carne que él me dió.
Idiota. Nadie ha venido a buscarme.
Nadie.
Estaba tan cansado que simplemente cerré los ojos.
Será otro día bastardo. Si ese dinero del que tanto alardean los humanos puede usarse así, en vez de comprar carne, deberías comprar un arco.
Supongo que me quedé dormido.
Los dos estábamos jodidos y la noche caía con prontitud. Esa era la hora de las bestias. Que me lo digan a mí.
Me di cuenta de mi necedad. Era nivel uno, un cachorro básicamente. Incluso los pollos me golpeaban.
¡Ya! Ya deja de llorar poderoso Sponchi... ¡¡No!! ¡Me llamo Raou! Soy Raou por el amor de las diosas. Está humillación es temporal.
Me levanté, tenía que ir a un lugar seguro, e irónicamente el único sitio en mi mente era la ciudadela humana.
Pero no podía entrar solo. Una bestia sola a esas horas de la noche seguramente sería perseguida y asesinada.
Entonces lo entendí, necesitaba al humano, me gustara o no.
Si quería sobrevivir, aunque fuera de una forma dura y precaria, debía aceptar ser la mascota de un cazador.
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La legendaria mascota del cazador
FantasyLuchar contra monstruos, conquistar calabozos y entrenar a mi patético... ¡¿humano?! ¡¿Es en serio?! Raou, el poderoso jefe de la montaña no es un lobo cualquiera. ¡Es un lobo legendario con poderes divinos! Aparentemente despojado de todo poder, e...