Parte 10

39 0 0
                                    

Era Gustav, corrió hacia mi para alcanzarme.

--Ho-hola.-Dije tímida.

--Hola, hum.. te quería decir que nos cambiamos de hotel, ya todas las fans saben que estamos aquí, toma.-Dijo un poco agitado.

Me dio la dirección de donde estarían.

--Oh, amm, gracias.-Dije sonriendo. 

--De nada.

Se me acerco y beso tan despacio y suave mi mejilla, pasó su mano por mi brazo erizado y llego hasta mis manos y las tomo.

--Espero verte pronto, adiós.-Dijo suave susurrando en mi oído.

Yo quede en shock, lo miraba mientras se iba al auto, Georg me saludo de lejos antes de subir al auto, Gustav cuando estaba apunto de subir me miro y me sonrió, yo seguí en un estado de shock me tomaba el brazo para sentir toda la trayectoría que hizo Gustav para llegar a mis manos. Después de que ellos se fueron unas gotas tocaron mi cara, de un hermoso sol se torno a una tormenta, el tiempo estaba bastante raro, se supone que nos encontrábamos en primavera, empecé a correr hacia algún lugar, no sabía exactamente a donde, llegue a una plaza muy grande en el centro había un árbol en donde la lluvia no llegaba, así que corrí hacia el y me refugié. Cuando paró un poco corrí a la calle y pude encontrar un taxi, me senté en la parte de atrás del taxi y me puse a recordar como me toco y hablo Gustav, cada vez que lo recordaba la piel se me erizaba y un poco me sonrojaba, llegue al hotel y corrí rápido para no mojarme. Cuando llegue a mi casa fui al baño y me saque toda la ropa, se me cayó el papel que me dió Gustav, estaba un poco mojado pero se podía entender lo que decía, atrás del papel había un número, supuse que era el de Gustav, así que me envolví en la toalla y salí para tomar mi celular.

*Vía mensaje*

--¡Hola! Soy Soledad este es mi número. 

--¡Hola! Gracias por darme tu número, si mejora el tiempo ¿quieres salir?

Oh my god, empecé a gritar y saltar por todos lados, ¿Gustav me estaba invitando a salir? De todos modos tenía que contestar rápido o sino notaría que me demoré.

--Oh si claro, ¿en donde?

--Bueno... No conozco muy bien Argentina, mejor dime tú.

--Conozco un lugar muy lindo y tranquilo, a las 7 te parece bien?

Le pase la dirección de la costa en donde estuve con Paz así estaríamos tranquilos y podríamos hablar.

--Ok te veo ahí hermosa.

No quise contestar estaba muy emocionada, solo suplicaba que el tiempo mejorara.

*fin de la conversación vía mensaje*

Volví al baño y me dí una ducha de agua caliente para relajarme un poco y evitar enfermarme, todo el tiempo pensaba en Gustav fue tan irreal todo, pero pensé ¿Gustav quiere estar conmigo por una noche? ¿Se estará riendo de mi?, como siempre después del hermoso sol viene la tormenta, y así fue, ¿porque siempre mis buenos momentos se arruinan por alguna cosa o en este caso por un mal pensamiento?. Salí de la ducha me vestí y me asome a la ventana para ver como estaba el tiempo, para mi asombro estaba semi nublado, el sol quería salir pero le costaba. Fui a la cocina para ver si estaba mi madre pero no estaba, fui a su habitación y si allí estaba.

--Hola ma.-Dije muy alegre.

--Hola hija,¿a dónde te fuiste hoy tan temprano? .-Dijo preocupada.

--Al hotel donde estaban los chicos, la verdad pase una gran vergúenza con Bill...-Dije apenada.

--¿Por qué?.-Pregunto curiosa.

--Le reclame algo en lo que él no tenía nada que ver en fin, hoy tengo una cita.-Dije gritando.

--Jajajajaja ¿enserio? ¿Con quien?.-Pregunto mas curiosa que antes.

--Con Gustav Schafer.-Dije mostrando orgullo.

--Jajajajajajajajajajajajajajaja claro hija, saldremos hoy de compras?.-Dijo ignorando lo que le dije.

--...¿Ammm?...Si, tengo que conseguir un poco de ropa para hoy.-Dije en un tono molesto.

--Bueno ve por tu mochila que ya saldremos, tenemos que aprovechar que el tiempo mejoró un poco.

Me sentí un poco enojada y tiste a la vez ya que mi madre no me creía pero bueno, no dejaría que nada me arruine mi momento, así que solo ignore todo. Salimos con mi madre a fuera para tomar un taxi y nos dirigimos a un centro comercial aproveche y me compre ropa para mi "¿Cita?", llegue a una tienda que reálemnte me gustó la ropa que había, así que lo que iba a usar hoy lo compre ahí: Un jean azul marino, una remera con el hombro caidó y unos tenis normales.

--Son las 5:30, ¿quieres ir a tomar una café o un té?.-Dijo mi madre.

--Amm no, quiero ir a casa así me puedo alistar tranquila.

--Yo me quiero quedar a mirar alguna película.-Dijo inconforme. 

--Bueno... Tú te quedas y yo me voy...Por cierto no te pregunté por Paz.-Dije con un tono preocupada.

--Aaaah es verdad me dejó su número, toma anótatelo y me dijo que estaba mucho mejor y que gracias por ser tan amables .-Sonrió.

--Ooh me alegro, bueno me voy, chau.-Dije despídiendome 

Anoté en número y me fui a la calle en busca de un taxi, yo siempre tenía plata en mi bolsillo, ya que ahorre muchos años para este momento, no era necesario pedirle a mi madre. Me tome un taxi y mientras iba en viaje pude notar que el tiempo mejoró mucho, había sol pero también una que otra nube, al llegar me di una ducha rápida sin mojarme el pelo, salí me puse la ropa que me compre me maquille un poco y salí, quería llegar un poco mas temprano así que salí a las 6:30. Al llegar me senté en un banco que estaba seco, el mar estaba un poco revuelto, habían muchas olas y el agua estaba muy agitada, mientras admiraba todo eso el tiempo pasaba y el sol se ocultaba, me fije la hora y eran las 7:25, ya tendría que haber llegado.

Mientras mis esperanzas de que el viniera morían no pude evitar que callearán un par de lágrimas, eran 8:10 y él no llegaba, ya me rendí y me fui a la calle a buscar un taxi, me sentí tan decepcionada, estaba tan triste sentía una angustia muy grande en mi...

--¡Eres una estúpida Soledad! como se te pudo haber imáginado que Gustav quería verte!.-Grite.

Vi que venía un taxi y lo pare, me subí al asiento de atrás y no pude evitar llorar en el taxi. Llegue a mi hotel y corrí directo a mi habitación para así poder llorar en mi cama.

--¿Porqué ni un mensaje me dejó? ¿¡Por qué!? Soy una idiota me lo tenía que haber imáginado.

Y así estuve toda la noche hasta que me dormí sin darme cuenta...

Nunca hay salidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora