Te gusta verme así, ¿verdad?
Te encanta deshacerte de mi ropa poco a poco, rosando mi piel con las yemas frías de tus dedos que se van calentando con cada prenda que vas quitando.
Cada día me cuesta no pensar en ti y la necesidad tan ardiente que recorre mi cuerpo de tenerte conmigo. Cada poro de mi piel exige tu rose, mis labios piden los tuyos, mis muslos lloriquéan ser apretados por tus manos, acariciados por tu dulce nariz y besados por tus labios.
Me encanta cuando das pequeñas mordidas sobre mi cuello y recorres siempre el mismo camino a mis pechos, tratándolas con tanta pasión que me arrebatas toda mi cordura.
Eres un maestro si de placer se trata, haces tan bien las cosas que no hay momento donde el cosquilleo mágico no recorra nuestros cuerpos. Contigo, yo no necesito de drogas ni de alcohol para quitarme la pena de hacer lo que deseo. Porque tú, con tu actitud, tu manera de mirarme y de tocarme, floreces en mi las ganas de darte todo mí ser.
Me encanta sentir tu respiración sobre mi piel, oler tu embriagante olor y acariciar tu cabello a causa de la excitación. Aquí, en este cuarto, en cuanto cierras la puerta somos solo tú y yo y eso me excita.
Yo sé que no soy la única mujer en tu vida, pero sin decírtelo, me gusta creer que lo soy. Quiero creer que soy única he incomparable y que es por eso que siempre vuelves a mí sonriendo seductoramente en cuanto me ves.
No te lo niego, porque es evidente; estar contigo me ha convertido en una depravada adicta al placer sin pudor. Antes temía que nos escucharan y que los muebles golpearan las paredes. Pero tu voz hizo que me olvidara de Mis sonidos y me enfocara en los tuyos que susurraban apasionadamente sobre mi oído.
Tu dulzura, tu pasión, tu manera de tocarme, las marcas que llegaste a dejarme, la lencería despedazada, las camas revolcadas, los platos rotos, las copas de vino a medias, tu ropa olvidada, tu forma de seducirme, de besarme, de tratarme: todos los recuerdos juntos me llevaron más de una vez a darme placer a mí misma en consecuencia de tu ausencia. Mis ganas de sentirte cada vez más cuando no estabas, me llevaban a buscar maneras de estar lo más cerca de ti, a meterme en tus pensamientos por medio de tus oídos.
Mi necesidad me llevó a hacer llamadas eróticas a altas horas de la madrugada, sólo para que me escucharas gemir tu nombre y terminara escuchándote a ti gruñir el mío, acompañado de comentarios excitantes de lo que te gustaría hacerme, lo cual le daba ideas a mi imaginación y mejoraban el trabajo de mis dedos.
Mi punto G eras tú, eres mi debilidad y no te quiero dejar, porque siento que con nadie más puedo disfrutar de mi sexualidad si no es contigo. No busco compromiso! Por favor no te asustes. Solo placer a largo plazo, cada que queramos, fundirnos uno sobre el otro, sudando por el rose intenso de nuestros cuerpos, disfrutando de nuestros labios y cumpliendo nuestros más oscuros deseos. Solo hasta que nos cansemos y una vez que recobremos nuestras fuerzas seguirnos divirtiendo en este pecado tan deliciosamente depravado.
Riizaah Mcardy >-<-?
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DEMASIADO ROJO
Historia CortaNo es poesía, pero todo está escrito con el corazón. Con las emociones más profundas de una una y más mujeres, enamoradas, enojadas, engañadas, dolidas y todo aquello que hace que sean quienes son.