PREMIO.

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Pov Yerin.

Después del momento intenso que me hizo pasar Sinb delante de mis amigas decidí ir a la cancha de Baloncesto en donde se llevaría acabo el partido el cual se encontraba en nuestras instalaciones, no faltaba mucho para que comenzará por lo que ya había unas compañeras aquí estirando y entrenando. Algunas practicaban su tiro y otras el pase, yo soy buena en las dos cosas pero no me gusta confiarme por lo que decidí practicar junto con ellas.

-Espero que estés concentrada señorita Jung-. Dijo la entrenadora mientras se acercaba.

-Por supuesto-. Afirme segura.

-Entonces ya es hora de que se pongan el uniforme todas-. Indicó a cada una de nosotras.

-¡Si entrenadora!- Gritamos al unísono obedeciendo su órden.

Solo faltaban unos minutos para que comenzará el partido, mentiría si dijera que no estaba nerviosa; me puse el uniforme el cual constaba de una playera sin mangas color amarilla con negro y uno shorts que me quedaban arriba de la rodilla, me puse una manga la cual tenía una espuma en mi codo para prevenir que me raspara, me puse unas mallas las cuales me cubrían por debajo de mis rodillas, después coloque una cinta en mi cabeza para evitar que mi pelo cubriera mi rostro para finalmente atar mi cabello.

Salí del vestidor para verificar cuánta gente había en el lugar y valla que si había demasiada, suspiré nerviosa al no saber cómo terminaría el partido; la entrenadora nos reunió nuevamente en el vestidor dándonos una plática motivadora, al terminar salimos todas juntas al centro de la cancha observando al equipo contrario, se miraban un poco intimidantes pero yo también se hacer perfectamente ese tipo de caras. Mi rostro se volvió serio, no quería parecer que estaba nerviosa y que tenía un leve miedo, mire a cada una de las chicas del equipo contrario analizando detenidamente sus rostros.

Estaba tan concentrada observando aquellas chicas hasta que unos gritos me interrumpieron bruscamente.

-¡Jung Yerin! ¡Jung Yerin! ¡Jung Yerin! ¡Jung Yerin!-. Gritaban unas chicas las cuales no conocía; tenían un gran cartel con mi cara y nombré.

-Al parecer tienes fans-. Dijo una de mis compañeras.

-Supongo-. Dije secamente ya que solo me importaba la precensia de una persona y esa es Sinb.

Mire por todos lados en busca de mi novia pero no la encontraba.

-Espero que si vengas-.

El partido estaba por comenzar y antes del que el árbito lanzará el balón hacia arriba di una última mirada a las gradas y ahí estaba Sinb, al mirarla sonreí alegre para después mandarle un beso; ella se puso nerviosa y eso me parecía muy tierno de su parte.

Cuando el árbito hizo sonar el silbato automáticamente puse toda mi atención en el partido, mirando sería a mi oponente de enfrente, cuando el balón fue lanzado di un gran salto atrapando el balón para pasárselo a una de mis compañeras.
Durante todo el partido no podía dejar de escuchar tanto a chicas como a chicos gritar mi nombre, me sentía feliz de que me apoyaran por lo que de ves en cuando les daba una mirada y los saludaba; hubo momentos épicos en los cuales yo encestaba desde el otro lado de la cancha dejando con la boca abierta a todos los que estaban presentes, no quería parecer presumida por lo que solo me mantenía tranquila. Todo iba bien, estaba apunto de lanzar el balón a la canasta nuevamente cuando de repente sentí que alguien me había empujado hacia el suelo, eso no evito que lanzará el balón pero si me provoco un leve dolor en mis costillas, todos mirábamos atentos al balón esperando lo mejor; el balón rebotaba dramáticamente en una de las orillas del cesto hasta que por fin entró, todos gritamos felices al ver tal escena dramática y tan malditamente épica.

UN INEVITABLE Y PELIGROSO AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora