Conozcan a la señorita Annie Brigther

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Candy candy

Capitulo once

Conozcan a la señorita Annie Brigther

—Buenos días clase, presten atención — así entró aquel día la hermana Margareth aquel día —. El día de hoy se une a nuestra magnánima institución una nueva alumna. Pasa por favor.

Candy no le prestaba atención estaba más interesada en la suave brisa que corrí esa mañana y que podía ver  desde la ventana como agitaba las copas de los árboles, era tan injusto tener que estar ahí encerrada, cuándo podría estar disfrutando de esa frescura acompañada de Albert o mejor aún de Anthony. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no regresaba todavía? Lanzó un largo suspiro al que se le escapó el nombre de Anthony, un nombre que captó la atención del rebelde del colegio San Pablo que tampoco prestaba atención a la recién llegada por estar más interesado en la rubia pecosa que se sentaba enfrente.

—Ella viene desde América, por favor denle una cálida bienvenida. Pasa querida,no seas tímida. Chicos, conozcan a la señorita Annie Brighter.

Algo dentro del pecho de Candy cobró vida de repente al escuchar ese nombre,pero ese no podía ser su corazón, nunca antes había palpitado así de fuerte, con tanta violencia, giró la vista al frente con suma lentitud y ahí estaba su amiga de la infancia, su hermana.

—En esta clase estudian dos con ciudadanas suyas — prosiguió la religiosa —,la señorita Elisa Leagan y la señorita Candice Withe, de pie señoritas — ordenó,a Candy le temblaban las rodillas, le costó trabajo obedecer y ponerse de pie, era tanta su emoción que no le cabía en el cuerpo y tras oír a la hermana Margareth a continuación esa emoción creció todavía más.

—¿Dónde te acomodare? — se preguntó la religiosa buscando un lugar con la mirada y para la buena fortuna de Candy el único lugar disponible era a su lado. No podía estar más feliz.

Annie estaba ahí, de vuelta a su lado, en Londres capital de Inglaterra, en el pomposo colegio San Pablo, juntas otra vez, juntas como antes.

—¡Ah! hay un lugar junto a la señorita White.

Sí, Candy era feliz.

—Si no le importa, conozco a la señorita Leagan, me gustaría poder sentarme junto a ella.

Hasta que su hermana dijo eso. La desilusión le pinchó el corazón.

—Hermana Margareth, yo puedo cambiarme — se ofreció Patty.

Muchas gracias señorita O'brien, es usted muy amable.

Candy miró a Annie pasar junto a ella sin mirarla siquiera de refilón, estaba más alta y más linda que nunca,pero también más fría, una vez más volvió a rechazarla,¿a qué se debe esta vez su frialdad? pensó que ya estaba todo bien entre ellas,pero al parecer no era así.

Elisa sonrío con mezquindad, ella sabía la verdad sabía que la actitud de Annie lastimaba a Candy aunque todavía no sabía muy bien por qué razón pero lo iba a averiguar.

Dulce CandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora